La reina de la bata de cola
Matilde Coral ha publicado el primer tratado sobre esta t¨¦cnica de baile que ha estado en 'peligro de extinci¨®n'
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"Soy una Isabel la Cat¨®lica de la bata de cola, porque como ella me he dedicado a la reconquista". As¨ª de contundente, entre bromas y veras, suena Matilde Coral. La bailaora y maestra trianera, de 67 a?os, lleva toda la vida luchando para que esta t¨¦cnica de baile no desaparezca y ahora est¨¢ segura de que su esfuerzo no ha sido en vano: tiene en sus manos un instrumento con el que la bata de cola ha dejado de estar en peligro de extinci¨®n.
Matilde Coral, que naci¨® Matilde Corrales Gonz¨¢lez en un barrio sevillano de alfareros, ha empleado los ¨²ltimos cuatro a?os en elaborar Tratado de la bata de cola, con la colaboraci¨®n de su hija Roc¨ªo Coral. El libro, editado por Alianza Editorial, est¨¢ escrito por el flamenc¨®logo y cr¨ªtico de EL PA?S ?ngel ?lvarez Caballero, quien firma la biograf¨ªa de la bailaora, y con m¨¢s de 300 dibujos a tinta del pintor sevillano Juan Vald¨¦s, que explican el baile de forma did¨¢ctica. "No quiero que la gente sufra lo que yo he sufrido para aprender, con esto tendr¨¢n donde agarrarse", afirma la bailaora.
La edici¨®n de Tratado de la bata de cola, en la que colabora tambi¨¦n el Centro Andaluz de Flamenco, abre un nuevo frente del Festival de Jerez, el ¨²nico en Espa?a dedicado al baile. Francisco L¨®pez, director del festival y del teatro Villamarta de Jerez donde el mes pasado se celebr¨® su s¨¦ptima edici¨®n, ha iniciado con esta obra una l¨ªnea de publicaciones del festival.
Los 300 dibujos de Juan Vald¨¦s muestran, con bata y sin ella, los movimientos precisos para dominar la indumentaria y no acabar en suelo como le ocurri¨® a Matilde Coral la primera vez que se subi¨® a un escenario con una bata de cola.
"Fue en la sala Pavill¨®n de Madrid en 1958 y yo bailaba en el cuadro. Alejandro Vega me pregunt¨® si quer¨ªa sustituir a su pareja, Maleni Loreto, que se tuvo que ir a M¨¦xico. Me acuerdo que hab¨ªan ca¨ªdo unas gotas en el escenario y que la bata, que era de seda fucsia, se me enrosc¨®. Alejandro se resbal¨®, perdi¨® pie, se me ech¨® encima y fuimos los dos al suelo liados con la bata", recuerda Matilde, aunque para esta defensora de la Escuela Sevillana el incidente no supuso ning¨²n trauma.
"El peor momento que ha atravesado la bata de cola ha sido en los noventa, cuando se puso de moda el baile de hombre. Todas quer¨ªan salir con pantalones. Gracias a Dios que, como yo, tambi¨¦n hubo otras que se pusieron la bata de bandera", comenta Matilde, quien abri¨® escuela de baile en 1964. "De la escuela de Matilde han salido grandes bailaoras como Milagros Meng¨ªbar, Isabel Bay¨®n o Ana Mar¨ªa Bueno, lo que garantiza que esta t¨¦cnica no se perder¨¢", comenta ?lvarez Caballero, un vallisoletano de 74 a?os autor de libros claves para la historia del g¨¦nero como El cante flamenco (Alianza, 1994) y El baile flamenco (Alianza, 1998).
"En la obra he respetado los textos de Matilde porque reflejan muy bien su personalidad. Quien la conozca se dar¨¢ cuenta de que est¨¢n plagados de sus expresiones. Me parece que no se debe traducir a un lenguaje acad¨¦mico la forma que tiene de hablar la gente, sus modismos, y menos los andaluces", aclara ?lvarez Caballero, quien est¨¢ a la espera de que salga de imprenta la obra que completa la trilog¨ªa, El toque flamenco.
"La bata de cola ha evolucionado mucho desde los a?os en que comenz¨® su carrera Matilde. Antes era mucho m¨¢s pesada que ahora. Carmen Amaya, que era muy bajita, lleg¨® a manejar colas de hasta tres metros, algo espectacular", a?ade el cr¨ªtico y periodista.
De los salones al tablao
"A m¨ª siempre me ha gustado mucho investigar, eso es lo m¨¢s cierto que hay. Creo que la bata de cola viene de la indumentaria de fiesta de las mujeres del siglo XIX. Llevaban un vestido con un recogido a un lado y cuando llegaban a un sitio limpio se lo soltaban", argumenta Matilde Coral.
"Todo debi¨® empezar as¨ª, porque la gente se pon¨ªa a bailar como iba vestida para la calle. Las primeras colas que conozco son de principios del siglo XX, a partir de Malena y La Macarrona", a?ade la mujer que m¨¢s ha hecho en Espa?a por preservar este baile y que tiene cerca de 80 de estos trajes.
El largo normal de una de estas prendas, desde la cintura del vestido, var¨ªa entre 150 y 175 cent¨ªmetros, aunque algunas artistas las usan m¨¢s largas. Para la historia quedan los tres metros de cola que mov¨ªa Carmen Amaya.
"La bata puede ser lo m¨¢s delicado del mundo si sabes manejarlo; de lo contrario se vuelve una mal educada", comenta Matilde Coral que ha pasado m¨¢s de 40 a?os paseando sus batas por escenarios de todo el mundo. La bailaora, que form¨® en los sesenta el tr¨ªo Los Bolecos junto a su marido Rafael el Negro y a Farruco, se ha atrevido con todos los palos vistiendo esta prenda.
"Cuando empec¨¦ las colas pesaban unos 25 kilos, ahora suelen ser de 10 kilos. Antes se hac¨ªan de percal, iban almidonadas y llevaban un encaje de bolillo. Una cola necesita entre 50 y 35 metros de tela", dice la bailaora que aparece en el libro en un dibujo de Juan Vald¨¦s.
"El trabajo ha sido muy laborioso porque ha habido que sintetizar el movimiento de forma que no se pierda la est¨¦tica y quede bien", asegura Vald¨¦s, quien tambi¨¦n retrata a otras bailaoras como Pastora Imperio, Pilar L¨®pez o La Argentina.
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