Un crecimiento en clave de fado
La obsesi¨®n del Gobierno por controlar el d¨¦ficit p¨²blico lleva a Portugal a la recesi¨®n
Por primera vez, una econom¨ªa de la zona euro esta en recesi¨®n. El PIB portugu¨¦s retrocedi¨® en el ¨²ltimo trimestre de 2002 por segunda vez consecutiva y el pa¨ªs entr¨® en la llamada recesi¨®n t¨¦cnica. Es el resultado de un a?o marcado por la obsesi¨®n del Gobierno de controlar el d¨¦ficit p¨²blico por debajo del 3% exigidos por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).
Del 4,1% en 2001, el d¨¦ficit luso pas¨® al 2,6% en 2002. El milagro se consigui¨®, en parte, con la disminuci¨®n de las inversiones p¨²blicas. As¨ª se controlaron los gastos del Estado, pero tambi¨¦n se impidi¨® el crecimiento. Ahora, pol¨ªticos y empresarios preguntan: ?vale la pena pagar la factura del PEC?
El PIB portugu¨¦s retrocedi¨® en el ¨²ltimo trimestre de 2002 por segunda vez consecutiva, entrando as¨ª en 'recesi¨®n t¨¦cnica'
Va ser muy dificil que se cumpla el objetivo de crecimiento presentado en Bruselas, que prev¨¦ el equilibrio de las cuentas en 2006
La generalidad de los analistas dicen que s¨ª, aunque la cuesti¨®n es un poco m¨¢s complicada. "Admito que es una factura relativamente desproporcionada y que, con la actual coyuntura de recesi¨®n, ser¨ªa mejor reajustarla", afirma Miguel Cadilhe, ex ministro de Hacienda de Cavaco Silva y actual presidente de la Agencia Portuguesa de Inversi¨®n. La misma opini¨®n defiende la oposici¨®n, actualmente formada por todos los partidos de izquierdas: hay que olvidar un poco el PEC y aumentar los gastos p¨²blicos. Sin inversi¨®n no hay crecimiento. Y se?alan a Alemania y Francia, los otros dos pa¨ªses de la zona euro con d¨¦ficit excesivos, pero con pocas ganas de controlarlos para no perjudicar el crecimiento del PIB.
En el otro lado est¨¢n los que matizan la cuesti¨®n. La entrada de Portugal en el euro y la consecuente obligaci¨®n de controlar sus cuentas p¨²blicas son, de hecho, responsables de la actual situaci¨®n de recesi¨®n, pero estos dos factores no han actuado aislados. Y su culpabilidad es tan s¨®lo colateral.
Ola especulativa
Desde 1998, Portugal acumula d¨¦ficit excesivos, con una evoluci¨®n de los gastos p¨²blicos en contra del ciclo internacional. Aprovechando la ola especulativa y el buen ritmo de crecimiento, los gobernantes optaron por estimular m¨¢s y m¨¢s la inversi¨®n, tanto p¨²blica como privada, y no controlar los gastos del Estado. Las grandes expectativas creadas llevaron a un enorme endeudamiento de las familias, de las empresas y del propio sistema financiero, que necesit¨® recursos externos para facilitar los cr¨¦ditos. Una coyuntura internacional de desaceleraci¨®n hizo el resto y cogi¨® a los agentes econ¨®micos lusos sin posibilidad de reacci¨®n. "Ahora, tenemos que pagar lo que hemos comido en los ¨²ltimos a?os", ilustra Jo?o C¨¦sar das Neves, antiguo asesor del ex primer ministro Cavaco Silva. Y la cuenta sale m¨¢s cara porque la entrada en el euro y la introducci¨®n de una pol¨ªtica monetaria supranacional "retir¨® a los Estados la posibilidad de bajar sus tipos de cambio y dar competitividad a sus productos y a sus salarios", afirma Augusto Mateus, economista y ex ministro de Econom¨ªa del primer ministro socialista Ant¨®nio Guterres. "La exigencia de control presupuestario impidi¨® tambi¨¦n la introducci¨®n de est¨ªmulos fiscales, lo que inhibi¨® la inversi¨®n", a?ade Ant¨®nio Nogueira Leite, economista y ex secretario de Estado de Hacienda socialista.
Hace poco m¨¢s de un a?o, durante la campa?a electoral, el actual primer ministro, Dur?o Barroso, prometi¨® un choque fiscal (la reducci¨®n de los impuestos que pagan las empresas), pero tras tomar posesi¨®n anunci¨® que el anterior Gobierno socialista dej¨® "el pa¨ªs en tanga", con las cuentas p¨²blicas en una situaci¨®n l¨ªmite, que no permit¨ªa la disminuci¨®n de los ingresos. As¨ª que el Ejecutivo aument¨® el IVA desde 16% al 19%, vendi¨® patrimonio para obtener ingresos extraordinarios y desisti¨® de todas las inversiones p¨²blicas.
La confianza de los consumidores y de los inversores cay¨® a niveles inferiores a los de 1993, fecha de la ¨²ltima recesi¨®n portuguesa, y la confirmaci¨®n de la crisis lleg¨® hace unos d¨ªas. El PIB portugu¨¦s cay¨® un 2,7% en el tercer trimestre de 2002 y en los tres meses siguientes present¨® de nuevo cifras negativas, al retroceder un 0,8%. Los expertos dicen que una recesi¨®n t¨¦cnica se produce con la ca¨ªda del PIB durante dos trimestres consecutivos. El PIB portugu¨¦s cay¨® un 1,3% en el cuarto trimestre con relaci¨®n al mismo periodo de 2001 y se mantuvo en el tercer trimestre.
En 2002, la econom¨ªa portuguesa creci¨® un 0,5%, por debajo del 0,7% previsto por el Gobierno. En 2001, el PIB hab¨ªa crecido un 1,6%. "Esta desaceleraci¨®n deriva de la evoluci¨®n de la demanda interna, que cay¨® un 0,4% en 2002, esencialmente condicionada por la inversi¨®n", aclara el informe del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Las inversiones bajaron un 5,1% en 2002 y sufrieron una variaci¨®n negativa, del 11,5%, en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado.
Estas cifras dejan pocas esperanzas para los pr¨®ximos a?os. Portugal tendr¨¢ muchas dificultades en cumplir los objetivos de crecimiento que present¨® el mes pasado a la Comisi¨®n Europea y que prev¨¦ el equilibrio de las cuentas del Estado en 2006. El Gobierno de Dur?o Barroso bas¨® sus previsiones en un crecimiento de la econom¨ªa del 0,7% en 2002 y de un 1,25% en 2003, cifras que la Comisi¨®n Europea considera "demasiado optimistas". Por otra parte, Bruselas ve "problem¨¢tico" que el crecimiento se base "totalmente" en el incremento gradual de la demanda interna.
Otros indicadores, conocidos hace pocos d¨ªas, fomentan la alarma. Las ventas de cemento, un indicador importante del comportamiento del sector de la construcci¨®n, bajaron un 22,2% en enero de 2003 con relaci¨®n al mismo periodo del a?o anterior. Muy preocupante, dicen los expertos, porque desde hace algunos a?os ¨¦ste era el ¨²nico sector de la econom¨ªa portuguesa que parec¨ªa estar en expansi¨®n. El desempleo pas¨® del 4,2% a final de 2001 al 6,2% a finales de 2002. Y el a?o pasado 794 compa?¨ªas se declararon en quiebra, un 20% m¨¢s que en 2001. El 38% de las empresas que cerraron sus puertas pertenec¨ªan al sector de la construcci¨®n.
Los analistas dicen que todo esto es un s¨ªntoma de otro factor esencial que llev¨® Portugal a entrar r¨¢pidamente en recesi¨®n ante una coyuntura internacional menos favorable: el agotamiento de su modelo competitivo. O sea, "un modelo basado en el bajo coste de la mano de obra poco cualificada", dice Mateus.
A la cola en productividad
Portugal tiene la productividad m¨¢s baja de la UE (64 puntos, cuando la media europea es de 100). En comparaci¨®n con los pa¨ªses del Este que entrar¨¢n en la UE en 2004, el trabajador portugu¨¦s es demasiado caro para lo que produce. Portugal dej¨® de ser atractiva como econom¨ªa de transici¨®n, pero tampoco logra cautivar a las inversiones que exigen mayores niveles de cualificaci¨®n. En este contexto, el problema actual "no es un ajuste coyuntural recesivo, sino un ajuste estructural que logre producir un otro modelo de crecimiento", aclara Mateus. Este economista defiende que el equilibrio de las cuentas p¨²blicas es esencial, pero no suficiente. "Es tan s¨®lo el primer paso para la soluci¨®n", dice, y defiende que la crisis actual y la necesidad de tomar medidas para acabar con ella tiene que ser aprovechada para acometer reformas de fondo en la econom¨ªa. Por eso, "tampoco tiene sentido aumentar los gastos p¨²blicos para dinamizar la econom¨ªa; lo que hay que hacer es crear condiciones para que las inversiones privadas crezcan", a?ade, "y estar preparados para cuando se produzca una reactivaci¨®n internacional".
En este contexto, el PEC sale inocente. "No es su existencia lo que induce a la recesi¨®n, pero hace falta una lectura inteligente de los programas de estabilidad. Esto obliga a la adopci¨®n de calendarios reales y de criterios rigurosos y flexibles para que el empleo, la inversi¨®n p¨²blica y los gastos sociales no sean perjudicados por una aplicaci¨®n ciega del PEC", sintetiza Guilherme de Oliveira Martins, el ¨²ltimo ministro socialista de Hacienda. "La consideraci¨®n de d¨¦ficit primario, que no incluye el servicio de la deuda p¨²blica, y no el nominal, me parece suficiente para mejorar t¨¦cnicamente la aplicaci¨®n del PEC", dice Mateus.
En busca de las inversiones perdidas
Una de las primeras medidas del actual ministro de Econom¨ªa, Carlos Tavares, para intentar recuperar la econom¨ªa portuguesa fue la creaci¨®n de la Agencia Portuguesa de Inversi¨®n (API). El objetivo es captar inversiones extranjeras, que en 2000 y 2001 cayeron un 40%. El objetivo del Ejecutivo es atraer empresas y nuevas tecnolog¨ªas para aumentar las exportaciones, pero asume que uno de los mayores problemas de la econom¨ªa nacional es la dificultad en atraer inversiones directas extranjeras (IDE). El caso del IDE espa?ol en Portugal es ejemplar. Espa?a es el mayor aliado comercial de Portugal: es el primer proveedor del mercado luso (representando un 27% de las importaciones portuguesas) y el segundo cliente de Portugal (el 19,4% de las exportaciones). Pero, a nivel de inversi¨®n directa, su peso es bastante menor y un 25% del IDE espa?ol en Portugal proviene de filiales de multinacionales con sede en otros pa¨ªses de la UE o en EE UU. De hecho, en los ¨²ltimos a?os, el IDE portugu¨¦s en Espa?a fue superior al IDE espa?ol en Portugal.
El Ejecutivo portugu¨¦s aprob¨®, adem¨¢s, cinco medidas de corto plazo para disminuir los efectos de la subida del desempleo; un nuevo Programa Operacional de Econom¨ªa (que define la aplicaci¨®n de los fondos comunitarios) y nombr¨® un equipo de expertos para, en septiembre, analizar los sectores deprimidos de la econom¨ªa y se?alar posibles soluciones para su recuperaci¨®n.
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