Sin novedad
Sin novedad en el frente del este. El capitalismo multinacional y de las JONS (la peque?a aportaci¨®n espa?ola) sigue mutilando ni?os, destruyendo familias, trabajos y d¨ªas, mientras vencedores, c¨®mplices y dem¨¢s ralea han sacado el tenedor y el cuchillo para el banquete de la reconstrucci¨®n de Irak. Plantearse la reconstrucci¨®n de lo que se est¨¢ destruyendo representa tal vez la m¨¢s elevada cota de cinismo pol¨ªtico exhibida en tiempos de globalizaci¨®n. En el mismo orden de cosas, Aznar ha atiplado un poco m¨¢s su voz para protestar por el constante bombardeo de huevos tontos que reciben dirigentes del PP. Insisto, huevos tontos, que no inteligentes.
Pues bien, alucinados y en buena parte deshabitados y mutilados por el espect¨¢culo de esta guerra miserable, de pronto hay que girar la vista hacia el Oeste porque tal vez, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el Gobierno cubano ha decidido practicar una razia contra la oposici¨®n pol¨ªtica, representada por disidentes de larga ejecutoria, como el poeta y periodista Ra¨²l Rivero. Han comenzado los juicios contra 70 periodistas y disidentes, a pocos kil¨®metros del gulag norteamericano donde permanecen secuestrados prisioneros talibanes, como si el Gobierno de La Habana quisiera construir o reconstruir el imaginario de aquella guerra de trincheras que se llam¨® guerra fr¨ªa. A pesar de la mucha dedicaci¨®n que Fidel Castro ¨²ltimamente ha aplicado a los estudios sobre globalizaci¨®n y antiglobalizaci¨®n, me parece que se le escapa la comprensi¨®n de la principal conclusi¨®n de la nueva dial¨¦ctica, y empleo el t¨¦rmino por el mucho uso que de ¨¦l se sigue haciendo en La Habana, donde hasta los porteros de night club saben decirte: "Compa?ero, ¨¦ste es un pa¨ªs en el que hay mucha dial¨¦ctica".
El sentido cr¨ªtico de los nuevos tiempos se siente asfixiado por los manique¨ªsmos, y muy especialmente por los obsoletos manique¨ªsmos de la guerra fr¨ªa. La represi¨®n antidemocr¨¢tica es la represi¨®n antidemocr¨¢tica all¨ª donde se d¨¦, y frente a la brutalidad depredadora del Imperio del Bien, resulta grotesco oponerle la usura dial¨¦ctica, eso s¨ª, pero provinciana y unidimensional de un peque?o aunque voluntarioso Imperio del Mal.
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