Equidistancia
Agotada a diario mi capacidad de llanto, mi compasi¨®n, mi miedo y mi repulsa ante el espect¨¢culo de la guerra, y tras depositar todas mis flores y mis velas ante la permanente capilla ardiente del inmolado pueblo iraqu¨ª, me acerco a la capilla anexa en la que descansan los cad¨¢veres de los soldados ingleses y norteamericanos y descubro que de mi vac¨ªo vuelven a brotar la piedad, las l¨¢grimas, la compasi¨®n, la indignaci¨®n, el pensar en mis hijos... All¨ª est¨¢n John y Michael y qu¨¦ s¨¦ yo qui¨¦nes, muertos, rotos, tan v¨ªctimas de la guerra como sus hermanos iraqu¨ªes.
No son ellos mis adversarios; ellos, v¨ªctimas de la misma guerra, gentes lejanas, hijos de alguien. Quien haya impulsado a unos contra otros, ¨¦se es mi adversario. Aquel que acaba con ellos hoy y que no dudar¨¢ en acabar con nosotros ma?ana. ?Nos dar¨¢ un papel en el lado de los civilizados/buenos/vencedores o en el de los malos/provocadores/vencidos? ?Nos pondr¨¢ a unos contra otros en bandos rivales? Sus creencias y sus intereses le dictar¨¢n en su d¨ªa el gui¨®n.
Vuelvo a la capilla anglo-americana. Recibe visitas, si bien hay quien, movido por el enfado, opta por no visitarla, como reforzando as¨ª su "no a la guerra". Cuando la visito no me tengo por un traidor a los m¨¢rtires iraqu¨ªes. Estoy contra no admitir que la guerra es siempre solo una, que v¨ªctimas y verdugos pierden por igual, que habr¨¢ otra y otra guerra m¨¢s en tanto no revisemos piedras angulares del hecho humano, mientras perpetuemos una cultura que no educa para la paz. Si alguien se siente enfadado con esos comandos b¨¦licos armados como tanques que, llenos de fervor patri¨®tico, asesinan ni?os, que piense, si quiere, en los ni?os que esos soldados fueron, como los ni?os-soldado de Sierra Leona antes de ser soldados, ni?os que ni hubieran despedazado ni hubieran muerto despedazados si no se les hubiera empujado a los unos contra los otros.
A esto m¨ªo yo lo llamo "pensamiento equidistante". La prensa ya reflej¨® el primer d¨ªa de esta guerra palabras de Aznar advirtiendo: "No cabe la equidistancia". Pues s¨ª que cabe.
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