Refinamiento 'new age'
A finales del siglo XIX, como resultado de la expansi¨®n colonial, los salones de los burgueses europeos se poblaron de im¨¢genes ex¨®ticas, escenas chinas, turcos subliminados con fez y mirada l¨²brica, odaliscas y sultanes, cimitarras, telas de Cachemira y enormes colmillos de marfil, junto a toda suerte de representaciones y objetos pintorescos que, con el desmembramiento de los imperios coloniales, enseguida cayeron en desuso, barridos adem¨¢s por la nueva iconograf¨ªa de vanguardia. Aquella moda era tremendamente delirante y, por otro lado, muy ingenua, no s¨®lo porque no era consciente de sus propias mixtificaciones sino porque desconoc¨ªa que el exotismo es una tendencia caracter¨ªstica de toda sociedad imperial.
RASTROS K?RMICOS
Eliot Weinberger
Traducci¨®n de Aurelio Major
Emec¨¦. Barcelona, 2002
280 p¨¢ginas. 16,50 euros
A menudo la cultura llamada new age parece ganada por la misma ingenuidad (y el mismo delirio) que el orientalismo decimon¨®nico.
Nacida en los a?os sesenta,
entre el fumito del brujo don Juan de Castaneda, la era de Acuario anunciada como nueva edad del esp¨ªritu (?a qu¨¦ me recuerda eso?), el tantra, con su promesa de goce infinito, las intrincadas geometr¨ªas significantes del I Ching, el tao y el zen e infinidad de pr¨¢cticas m¨¦dicas alternativas, gastron¨®micas, habitacionales, indumentarias y musicales, acompa?adas de lecturas filosofantes donde se predica la consabida fusi¨®n entre Oriente y Occidente, se reivindica la naturaleza espiritual de casi todo y se repiten algunos t¨®picos inconfundibles: el camino de la meditaci¨®n o la v¨ªa inici¨¢tica de algunas drogas rituales (peyote, ayahuasca, etc¨¦tera) para alcanzar la secreta sabidur¨ªa de los s¨ªmbolos y la experiencia m¨ªstica, que se extiende a todas las esferas de la vida, al cuerpo y a la memoria, al sexo y a la religi¨®n, etc¨¦tera.
Rastros k¨¢rmicos es un ejemplo refinado de esa cultura. Eliot Weinberger ha sido traductor de Borges y de Octavio Paz y compilador de una premiada antolog¨ªa de la poes¨ªa norteamericana contempor¨¢nea, pero su refinamiento -un cruce entre B. Traven, el Calasso m¨¢s kitsch y el nomadismo culto de Bruce Chatwin- no le sirve para evitar incurrir en los topicazos de la materia. En este libro se describen lugares m¨¢gicos y singulares: la Atl¨¢ntida y Tenochtitl¨¢n, Islandia y la inevitable India, y se revisitan los tigres de Borges, el I Ching o la Camboya de los jemeres rojos.
Se repasan los vedas y se
descubren las extra?as costumbres de algunos animales (que, por cierto, son bastante raros y asquerosos), pero en definitiva, no se afirma nada. Las abundant¨ªsimas referencias ex¨®ticas y librescas, el desorden afectado de la compilaci¨®n -la mayor parte de las piezas reunidas aqu¨ª son pr¨®logos a libros-, el estilo oracular o alusivo, s¨®lo consiguen producir un h¨¢lito de extra?eza, pero curiosidad, muy poca.
Otra cosa es que el probable lector participe de la t¨ªpica "espiritualidad" sin trascendencia de la cultura new age. Si fuera as¨ª, el libro es muy recomendable: por una vez se despliegan toda suerte de esoterismos y no se hace intervenir a los extraterrestres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.