Los brigadistas espa?oles se refugian en el hotel
Son siete personas. Llegaron para apoyar el no a la guerra. Han vivido los ¨²ltimos d¨ªas en el s¨®tano de un peque?o hotel que el due?o les permiti¨® gestionar. Y se van sin sensaci¨®n de derrota. "Nos vamos con la pesadumbre de ver que el destino inmediato de este pa¨ªs ser¨¢ el retorno a un modelo de administraci¨®n militar, como el que hab¨ªa aqu¨ª hace 70 a?os. Cuando esta gente pod¨ªa haber salido adelante por s¨ª misma. Pero no nos sentimos derrotados, ni el pueblo iraqu¨ª deber¨ªa sentirse derrotado. Con el debilitamiento que ha sufrido el pa¨ªs con 12 a?os de sanciones, han luchado como han podido", dec¨ªa Carlos Varea, coordinador de la Plataforma por el Levantamiento de las Sanciones contra Irak. "Hemos contribuido a fomentar la solidaridad de la sociedad espa?ola con este pueblo. Hemos visitado muchos hospitales y podemos documentar hasta 80 casos de ataques a poblaci¨®n civil", a?ad¨ªa.
Los dos funcionarios que el Ministerio de Exteriores les hab¨ªa asignado para protegerlos continuaban ayer con ellos. "Para nosotros, estas personas han sido un ejemplo. Nos preocupa que la imagen que se tenga ahora sea la de bandas de atracadores que se matan entre ellos; no. Estas dos personas han dormido en este hotel todas las noches cuando pod¨ªan haberse ido con sus familias. Pero las pusieron a buen recaudo y se vinieron con nosotros, a pesar de que ya hab¨ªan perdido su cadena de mando. Y siguen con nosotros".
"La causa iraqu¨ª", se?alaba Varea, "tal vez es menos asequible desde el punto de vista sentimental que la sahariana o la zapatista, porque ¨¦ste era un r¨¦gimen muy peculiar, con un personaje muy peculiar. Pero Irak era un Estado emergente econ¨®mica, social y militarmente. Si lo hubiesen dejado emerger podr¨ªa haber transformado la relaci¨®n de fuerzas en Oriente Pr¨®ximo. Es el ¨²nico Estado ¨¢rabe de la zona que combina recursos y poblaci¨®n. Y sus gentes son constantes, pac¨ªficas y laboriosas. Hace diez a?os, este pa¨ªs padec¨ªa una hambruna y una miseria tremendas. Y a pesar de todos los pesares, estaba saliendo a flote. Por eso, la llegada de los norteamericanos a la plaza frente al hotel Palestine no provoc¨® un movimiento de masas aclamando a las tropas. Hab¨ªa pocas decenas de gentes. Y algunos sentir¨ªan alivio. Otros, sentimientos contradictorios. Pero la mayor¨ªa ha vivido esto como un proceso de invasi¨®n".
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