Vandalismo en Bagdad
En varios de los hospitales asaltados por la turba, los enfermos est¨¢n tirados en el suelo
Los marines no hacen nada por impedirlo y el desorden y la rapi?a en la capital iraqu¨ª es cada d¨ªa mayor. Ayer, varios hospitales fueron saqueados de nuevo por una turbamulta. "V¨¢yanse de aqu¨ª, esto es un barrio muy peligroso", aconsejaron unos enfermeros vestidos con batines azules y armados con Kal¨¢shnikov. Es el barrio shi¨ª de Zaura (Revoluci¨®n), el ¨²nico lugar de Bagdad donde se han organizado manifestaciones en contra de Sadam Husein.
Ayer, junto a ese hospital, ard¨ªan los almacenes de alimentos. "Los han quemado. Ha sido la gente de Al Qaeda, que ha venido al barrio, no hemos sido nosotros", dec¨ªan varias personas armadas con rifles y bazucas. Situados frente a un edificio aconsejaban a los periodistas que se marcharan de all¨ª, que el lugar no era seguro. "Hay sirios, jordanos y egipcios que han venido a dispararnos; hemos cogido a dos y los tenemos prisioneros en la mezquita. Nos vamos a casa porque queremos seguir viviendo", dijo un enfermero.
Ayer, en el tercer d¨ªa de rapi?a, se ve¨ªan decenas de autom¨®viles quemados en mitad de calles y carreteras. Documentos oficiales del Alto Tribunal de Justicia de Irak estaban esparcidos en el suelo. En otro hospital, cerca del antiguo Ministerio del Interior y de la antigua sede de la polic¨ªa, los adolescentes robaban todo tipo de material m¨¦dico ante la pasividad de los marines. Este caos que se ha apoderado de Bagdad se extiende como una mancha en otras de las ciudades conquistadas los ¨²ltimos d¨ªas por las fuerzas brit¨¢nicas y estadounidenses.
A los soldados estadounidenses s¨®lo les preocupa su seguridad, que la gente no camine armada por las calles y que nadie se le acerque m¨¢s de un metro. Tienen miedo a los suicidas a los posibles fedayin vestidos de civil en espera de ejecutar su venganza contra unas tropas que consideran invasoras.
En medio de los saqueos de edificios, colegios, tiendas, hoteles y hospitales, varios m¨¦dicos hicieron ayer acopio de varias cajas de algodones para transportarlas a otro hospital antes de que los asaltantes las roben y se las llevaran a sus casas. "De los 32 hospitales que existen en Bagdad, s¨®lo tres contin¨²an funcionando y ninguno en condiciones normales", declar¨® un coordinador del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja. Tamara Rifai, portavoz de este organismo humanitario en Bagdad, denunci¨® la pasividad de las tropas extranjeras y calific¨® la situaci¨®n que se vive en la capital de muy preocupante. "Roban las medicinas, el equipamiento e incluso los muebles y las camas; muchos enfermos se encuentran tirados por el suelo". La situaci¨®n no es s¨®lo complicada para los heridos de la guerra, sino tambi¨¦n para aquellos que sufren de enfermedades cr¨®nicas y necesitan tratamiento constante, como los diab¨¦ticos. "No sabemos qu¨¦ hacer porque tenemos miedo de que, si intentamos volver a abastecer a los hospitales, ¨¦stos vuelvan a ser saqueados", dice Tamara Rifai.
[La Organizaci¨®n Mundial de la Salud inst¨® ayer a las tropas de la coalici¨®n y a las por ahora inexistentes autoridades civiles de Irak a que act¨²en lo antes posible para restablecer la ley y el orden e hizo un llamamiento a la poblaci¨®n para que proteja los hospitales y su material sanitario y garanticen la seguridad en estos establecimientos, seg¨²n un comunicado, informa la agencia Efe].
Los saqueadores compart¨ªan ayer tabaco y bromas con los marines apostados en una calle; les dec¨ªan good morning entre chanzas en un ingl¨¦s bastante extra?o. Pero tras hacer esa pausa segu¨ªan robando sin pudor y sin que nadie les parase. No lo hac¨ªan por necesidad extrema o por odio, robaban por robar. Estos j¨®venes se llevaban hasta las peque?as luces que hay sobre los asientos de los autobuses.
En espera de refuerzos
"Nosotros estamos preparados para hacer frente a este tipo de situaciones", comentaba Austin Clancy, un soldado estadounidense de 19 a?os, "pero nuestra especialidad no es poner orden. Para eso est¨¢n los refuerzos que llegar¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas desde Kuwait". "Ayer fuimos a hacer una ronda al norte de la ciudad, donde hay muchos chal¨¦s y casas buenas", comentaba otro marine, "y la gente nos echaba flores, nos entregaba a sus ni?os para que los cogi¨¦ramos en brazos y nos ped¨ªan que los protegi¨¦ramos, pues tienen miedo de que cuando esta gente se canse de saquear los edificios oficiales empiecen a robarles a ellos". Algo que ya ha ocurrido en otros barrios residenciales, como el de las embajadas.
Tal vez sea el caos reinante en Bagdad y en otras ciudades de Irak; tal vez se deba a las cr¨ªticas, pero ayer, las fuerzas militares de Estados Unidos pusieron en marcha una especie de comit¨¦ de servicio civil, que supone el primer esfuerzo concreto de reconstrucci¨®n de Irak tras la guerra. El llamado comit¨¦ de control operacional c¨ªvico-militar comenz¨® a operar en unas oficinas del hotel Palestina de Bagdad y desde el que se tratar¨¢n de contactar a los profesionales iraqu¨ªes que quieran colaborar en la tarea de reconstrucci¨®n y orden.
Pero todo parece fuera de control. A medio kil¨®metro del lugar donde los marines hablaban de los refuerzos procedentes de Kuwait, una f¨¢brica de ropa hab¨ªa sido desvalijada. En uno de los m¨¢rgenes de la carretera se ve¨ªan una cincuentena de autom¨®viles aparcados frente a un campo de peque?as colinas. Parec¨ªa extra?a esa aglomeraci¨®n. Esas colinas resultaron ser el escondite donde el Ej¨¦rcito hab¨ªa ocultado sus reservas de gasolina antes de la guerra. Las bandas que pululan por Bagdad ya las ten¨ªan localizadas. La muchedumbre escalaba esos peque?os cerros arrastrando enormes bidones con la intenci¨®n de llenarlos a la salud de los liberadores y transportarlos hasta sus autom¨®viles.
Comprar gasolina en Bagdad es una tarea dif¨ªcil. Las estaciones que no han sido saqueadas, no abren. Asimismo, conseguir alimentos tampoco es sencillo. Las peque?as tiendas est¨¢n cerradas y hay quien cree que cuando escaseen los alimentos, los peque?os comercios ser¨¢n las v¨ªctimas de los v¨¢ndalos. En algunos lugares de la ciudad a¨²n predominaba el aire festivo entre los saqueadores. El d¨ªa anterior, muchachos de todas partes de la ciudad hab¨ªan entrado en las cuadras del hijo mayor de Sadam Husein y hab¨ªan robado todos los alazanes ¨¢rabes. En las casas de los altos cargos, las fotos de familia yac¨ªan esparcidas por el suelo. En la de la hija de Sadam, su correspondencia personal, tambi¨¦n se encontraba por todos los rincones junto a lujosas versiones del Cor¨¢n.
Pero los saqueadores ya no se conformaban ayer con eso. La mirada de pillaje se ha ido transformando en una m¨¢s violenta de vandalismo cruento.
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