Esp¨ªritus y galletas
Define Aguilar de Campoo como su "casa espiritual", y eso descarta cualquier glosa de viaje ex¨®tico para la ocasi¨®n. La actriz, vuelta a la pantalla con la serie Cu¨¦ntame (TVE), se escapa siempre que puede a la paz de este enclave palentino.
Descubri¨® que Aguilar de Campoo es mucho m¨¢s que galletas.
Desde luego. Fui la primera vez a recibir un premio durante su festival de cine y me enamor¨¦ del lugar. La gente es natural, habla lo justo, sabe aceptar a los dem¨¢s...; y creo que eso es cultura. All¨ª he hecho amigos para siempre, aunque pasemos un a?o sin vernos.
D¨¦me m¨¢s argumentos.
El pueblo est¨¢ declarado conjunto hist¨®rico art¨ªstico. Cuando lo vi por primera vez, con sus casas de piedra, me pareci¨® un lugar de cuento. Adem¨¢s es un enclave imprescindible del rom¨¢nico. Hay que ir a la colegiata de San Miguel y al monasterio de Santa Mar¨ªa la Real, con ese bello museo rom¨¢nico. Luego puedes acercarte al embalse y practicar un mont¨®n de deportes n¨¢uticos, y...
Vale, me ha convencido. H¨¢game un plan personalizado.
Bien. Nada m¨¢s llegar nos bajaremos del coche para respirar ese aire tan distinto. Despu¨¦s vamos al molino convertido en hotel donde siempre me alojo. Tiene el suelo transparente y se ve discurrir el r¨ªo debajo. Daremos una vuelta por la plaza porticada, con sus tiendecitas, y tomaremos por all¨ª el aperitivo...
?Y qu¨¦ lleva en la maleta?
Lo menos posible. Prefiero ir sin nada y llenarme de cosas. Soy de llegar a un sitio y comprar lo que se lleva all¨¢: unas alpargatas, un sombrero... Y siempre un cuaderno en alguna papeler¨ªa.
S¨¦ que le gusta viajar sola.
Ja, ja. Es que el viajero debe ser solitario para saborear bien lo que se encuentra. Si vas con alguien, se rompe la espontaneidad, porque acabas sacando la media de ambas impresiones. Yo viajo sola para conocerme, para reencontrarme. Luego lo bonito es llegar y contarlo.
Ha tenido cierta experiencia espiritual en Aguilar, ?no?
S¨ª. Me ocurri¨® en un hotel levantado en una construcci¨®n rom¨¢nica. Ten¨ªa un patio muy sencillo y cuidado, y cuando quise pasear en ¨¦l sent¨ª que no pod¨ªa. No me atrev¨ªa a pisar, y me asalt¨® un deseo muy grande de rezar. Casi se me saltan las l¨¢grimas. Luego supe que aquello hab¨ªa sido un convento de clausura y que las monjitas estaban enterradas en el patio. Era un sitio de paz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.