La guerra detr¨¢s de las c¨¢maras
Las cadenas de televisi¨®n preparan el relevo de los equipos de corresponsales a la guerra de Irak
Parte del contingente de los enviados especiales de las televisiones espa?olas a la guerra de Irak, que el viernes pasado vieron reconocido su trabajo -junto al resto de los periodistas- con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo, emprenden la vuelta. La muerte de los periodistas Julio A. Parrado y Jos¨¦ Couso, esta semana en Bagdad, llev¨® a algunas cadenas a plantear la retirada de sus corresponsales. Pero la mayor¨ªa vuelve para dar el testigo a otros periodistas que anclar¨¢n de nuevo las c¨¢maras en Irak. "Hemos cumplido una etapa. Queda mucho por contar y vendr¨¢ otro equipo para el relevo", comenta desde Bagdad el reportero de Antena 3 Carlos Hern¨¢ndez 83 d¨ªas despu¨¦s de llegar a Irak.
Del medio centenar de profesionales que han cubierto esta guerra para la televisi¨®n, algunos regresan con una cierta frustraci¨®n en el cuerpo. A punto de emprender la vuelta, Jos¨¦ Antonio Guardiola, enviado por TVE a Kuwait, asegura que esta guerra ha demostrado que los avances tecnol¨®gicos "no garantizan la mejor informaci¨®n". A la vista de su experiencia personal precisa que "ha primado el parte de guerra sobre el relato de las v¨ªctimas". En su caso, el acceso a la informaci¨®n estaba supeditado a la estrategia dise?ada por Estados Unidos y Reino Unido. "Es frustrante tener que contar lo que pasaba en Basora o Nasiriya desde Kuwait. No se nos ha permitido acceder a las fuentes. No se ha contado el aspecto m¨¢s cruel de la guerra. La pol¨ªtica informativa del Gobierno estadounidense ha sido mostrar los avances de las tropas, pero no las v¨ªctimas".
Empotrado en las tropas brit¨¢nicas junto a los corresponsales de las televisiones brit¨¢nicas y la RAI, Guardiola afirma que era dif¨ªcil salirse del gui¨®n trazado por los mandos militares. "A veces viaj¨¢bamos a Basora para grabar im¨¢genes y envi¨¢bamos el reportaje desde Kuwait". Acompa?ado por el veterano c¨¢mara Evaristo Canete, Guardiola asegura que en ning¨²n caso ha visto censuradas sus informaciones y a?ade que tuvo m¨¢s sensaci¨®n de miedo en las guerras de Kosovo, Afganist¨¢n o Ruanda.
Tras la muerte, el pasado martes, del c¨¢mara Jos¨¦ Couso, Tele 5 se plante¨® retirar a sus enviados especiales. El viernes, en territorio sirio camino de Espa?a, Jos¨¦ Luis Fuentecilla resum¨ªa su experiencia. Anclado en el norte de Irak asegura que su experiencia en Turqu¨ªa ha sido "lamentable", lejos de la que se espera "de un pa¨ªs que est¨¢ esperando a entrar en la Uni¨®n Europea". Relata que su capacidad de movimientos ha estado extremadamente limitada en el Kurdist¨¢n turco, situaci¨®n diferente a la del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, donde los periodistas se han podido mover con cierta libertad. Durante sus incursiones en el frente, Fuentecilla asegura que en varias ocasiones se vieron envueltos en el fuego cruzado entre los milicianos kurdos apoyado por las tropas estadounidenses y el ej¨¦rcito iraqu¨ª. "Nos dec¨ªan que el camino estaba despejado, pero cuando menos te lo esperabas estabas en medio del fuego de los morteros", cuenta.
Televisi¨®n Espa?ola es, sin duda, la cadena que m¨¢s medios ha desplazado a la zona: 25 profesionales, entre periodistas, c¨¢maras, t¨¦cnicos y productores. Almudena Ariza, inicialmente desplazada a Turqu¨ªa, subraya desde la cuidad iraqu¨ª de Mosul, "envuelta en el caos y tomada por bandas de incontrolados", las dificultades t¨¦cnicas de las televisiones para hacer llegar las im¨¢genes a la sede de ¨¦stas. "Es muy frustrante, casi un milagro. Resulta mucho m¨¢s estresante la tensi¨®n que genera no poder trasmitir que el miedo en las trincheras cuando cae una granada de mortero cerca". Asegura que la falta de infraestructuras es notoria, no hay tel¨¦fonos disponibles y los sat¨¦lites est¨¢n copados por los medios estadounidenses. Cuenta que, a menudo, el saludo a las cadenas de televisi¨®n por parte de los iraqu¨ªes ha sido una lluvia de pedradas.
Carlos Hern¨¢ndez, corresponsal de Antena 3, conf¨ªa en estar de nuevo en Espa?a ma?ana. Con las maletas hechas, relata las dificultades que, especialmente los periodistas de los medios audiovisuales, sufrieron al final de la guerra. "El r¨¦gimen de Sadam s¨®lo permit¨ªa enviar im¨¢genes desde el Ministerio de Informaci¨®n. Lo peor ha sido retransmitir de forma clandestina desde el hotel para entrar en directo. Te pod¨ªan acusar de espionaje". Aun as¨ª asumieron el riesgo. "Cuando nos avisaban de que la polic¨ªa sub¨ªa al hotel desmont¨¢bamos el tel¨¦fono por sat¨¦lite y lo escond¨ªamos debajo del la cama. Tambi¨¦n estaba prohibido enviar im¨¢genes por videoconferencia".
Al margen de las dificultades t¨¦cnicas, Hern¨¢ndez subraya los impedimentos para salir a la calle a grabar im¨¢genes. "?bamos siempre acompa?ados por esp¨ªas del r¨¦gimen, autodenominados gu¨ªas, que no quer¨ªan que vi¨¦ramos que estaban machacando a los iraqu¨ªes".
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