Objetivo, las sedes
Los ataques que ahora denuncia el PP contra sus oficinas afectan desde hace a?os a partidos nacionalistas valencianos
El apoyo del Gobierno espa?ol a la guerra de Irak est¨¢ en el origen de los ataques sufridos por las sedes del Partido Popular en diversas localidades valencianas en las ¨²ltimas semanas, que los populares han denunciado con vehemencia como un intento de "acallar" al partido, del que han responsabilizado especialmente a los partidos de la oposici¨®n, a los que consideran instigadores de las agresiones. No es nada nuevo. Las oficinas de partidos otras formaciones pol¨ªticas hace tiempo que son objetivo de los violentos, en algunos casos de forma reiterada, aunque por otros motivos y sin que hayan merecido tanta atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n gubernamentales. Partidos como el Bloc Nacionalista Valenci¨¤ acumulan hasta seis agresiones en el ¨²ltimo a?o y medio. Tambi¨¦n sedes de sindicatos y de entidades culturales, como El Micalet, han sido atacadas. Pero si los recientes ataques sufridos por sedes del PP en toda Espa?a responden al rechazo que ha generado el apoyo del Ejecutivo a la guerra de Irak, los que han afectado en los ¨²ltimos tiempos a otros partidos y organizaciones tienen un origen m¨¢s lejano, que se remonta a los a?os de la transici¨®n y de la batalla de Valencia, as¨ª como una autor¨ªa menos precisa pero, en todo caso, siempre relacionada con medios ultra y anticatalanistas que en sus or¨ªgenes contaron con el apoyo de la derecha valenciana.
El PP ha denunciado 23 incidentes y boicoteos en la Comunidad Valenciana. Desde desperfectos en las sedes, como rotura de cristales o lanzamiento de pintura, a interrupci¨®n de actos o simples abucheos en apariciones p¨²blicas de pol¨ªticos del PP.
Los partidos de la oposici¨®n han condenado la violencia contra el PP y se han solidarizado con sus dirigentes. No pueden decir lo mismo los dirigentes del Bloc, que han sufrido, impotentes, hasta seis ataques a su sede de la calle de San Jacinto de Valencia. Hace un a?o, cuando el presidente del Bloc, Pere Mayor, acudi¨® al Senado para pedir el amparo de la C¨¢mara Alta ante los ataques sufridos por su partido, el senador valenciano del PP Vicente Ferrer le acus¨® de ir a Madrid "en busca de notoriedad" como "si fuera la Tamara de la pol¨ªtica valenciana".
La sede de los nacionalistas fue atacada en seis ocasiones entre agosto de 2001 y marzo de 2002. Las acciones no se limitaron a pintadas en la fachada, sino que incluyeron asalto a los locales, con robo de material incluido. Las sucesivas denuncias ante la polic¨ªa y la Delegaci¨®n del Gobierno surtieron poco efecto y el Bloc critic¨® que, pese a la reiteraci¨®n de los ataques, no se pusiera ning¨²n dispositivo de vigilancia policial. Mayor denunci¨® la "pasividad" de la entonces delegada del Gobierno, Carmen Mas. Tras cada una de estas agresiones que los nacionalistas atribuyen a grupos blaveros y anticatalanistas, el Bloc presentaba la correspondiente denuncia. Al final, la direcci¨®n del Bloc opt¨® por contratar seguridad privada y por instalar un sistema de c¨¢maras.
Tambi¨¦n han sufrido ataques a sus sedes otros partidos nacionalistas y de la izquierda valenciana, as¨ª como Uni¨®n Valenciana y organizaciones sindicales y culturalesc como el Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament del Pa¨ªs Valenci¨¤, el Ateneu de Russafa y la Societat Coral El Micalet, todas en Valencia. La sede del PSPV de Godella amaneci¨® el jueves con una pintada que dec¨ªa: "Rojos, mafiosos". Tambi¨¦n Izquierda Republicana ha sufrido agresiones. En casi todos los casos, a manos de blaveros.
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