Javi Moreno harta al Calder¨®n
Nulo su delantero, el Atl¨¦tico tira de la heroica para empatar un encuentro que el Espanyol domin¨® en el marcador pese a su racaner¨ªa
M¨¢s chulo que un ocho, el Atl¨¦tico le quiso ganar al Espanyol con un futbolista menos. Con los mismos en la pura teor¨ªa, porque es seguro que Javi Moreno estuvo sobre el c¨¦sped -as¨ª lo acreditaron los inequ¨ªvocos silbidos de la grada cada vez que el bal¨®n se le acercaba-, pero con uno menos en la realidad. Con Javi Moreno, que salt¨® para suplir al lesionado Fernando Torres al cuarto de hora, ya no hay duda: no suma, resta, decididamente debilita a los suyos y potencia al rival. Y as¨ª, empujando para el lado contrario, desaparecido en combate, permaneci¨® el 19 rojiblanco todo el tiempo, sin que Luis Aragon¨¦s le discutiera su presencia. Muy al contrario, cuando nada m¨¢s comenzar la segunda parte le dio su c¨¦lebre ataque cambiador, al que mand¨® a la ducha fue a Jos¨¦ Mari. Y la decisi¨®n, la verdad, son¨® a provocaci¨®n. El p¨²blico tambi¨¦n lo entendi¨® as¨ª.
ATL?TICO 3 - ESPANYOL 3
Atl¨¦tico: Esteban; Otero, Coloccini, Hibic, Sergi; Albertini, Emerson (Movilla, m. 57); Aguilera, Luis Garc¨ªa; Jos¨¦ Mari (Stankovic, m. 49) y Fernando Torres (Javi Moreno, m. 15).
Espanyol: Toni; Marc Bertr¨¢n (Morales, m. 75), Lopo, Jarque, Torricelli, David Garc¨ªa; Domoraud; Maxi, ?scar (Fredson, m.60), Roger (De la Pe?a, m. 75); y Tamudo.
Goles: 0-1. M. 23. Tamudo, de penalti, cometido por Hibic sobre ¨¦l mismo. 0-2. M. 57. Tamudo cabecea un c¨®rner hacia atr¨¢s y Lopo, anticip¨¢ndose a Hibic, marca. 1-2. M. 74. Luis Garc¨ªa controla con el pecho un env¨ªo largo de Albertini y marca de fuerte y colocado derechazo. 1-3. M. 77. De la Pe?a saca un falta y Domoraud, tras ganarle el salto a Hibic, cabecea a la red. 2-3. M. 85. Stankovic cuelga una falta e Hibic fusila con de volea con la izquierda. 3-3. M. 90. Stankovic cuelga desde la derecha y Aguilera cabecea picado.
?rbitro: Undiano. Amonest¨® a Jos¨¦ Mari, Sergi y Lopo.
Unos 30.000 espectadores en el Calder¨®n.
En el fondo, el Atl¨¦tico jug¨® con dos menos. Pero Hibic, que estuvo desastroso, redimi¨® sus pecados con el desesperado gol del 2-3. El bosnio defendi¨® de horror ante un equipo que se resisti¨® a subir, que lleg¨® al Calder¨®n a esconderse. Cada vez que el Espanyol atac¨®, marc¨®. O casi. Y en sus tres visitas, Hibic pifi¨®: hizo el penalti a Tamudo (0-1) y se dej¨® robar la cartera por Lopo (0-2) y Domoroud (1-3) en dos centros que deb¨ªa ganar de todas, todas.
Jugar en semejante situaci¨®n de inferioridad -sin la m¨¢xima estrella, con un defensa en su d¨ªa torpe, con muy poco portero bajo la porter¨ªa y con el excesivo peso de Javi Moreno sobre el juego- conden¨® al Atl¨¦tico. Que no pudo ganar, claro, por mucho que el arrebato de heroismo de Luis Garc¨ªa, Aguilera y compa?¨ªa a punto estuviera de lograrlo; por mucho que no se rindiera jam¨¢s y que la iniciativa del juego fuera siempre suya. Pero no, la ¨¦pica de la que se arm¨® el conjunto madrile?o s¨®lo sirvi¨® para dejar la cosa en empate.
Qui¨¦n sabe si en la locura final, con el Atl¨¦tico lanzado y el Espanyol perdido del todo, a los rojiblancos le hubiera dado para m¨¢s, qui¨¦n sabe. El caso es que a Otero le dio un incomprensible ataque de equipo peque?o, se puso a perder el tiempo de manera irritante y decidi¨® que era bastante con el empate. Un resultado que dej¨® peor sabor de boca al Espanyol, que tir¨® con fallos infantiles una renta sabros¨ªsima. No hab¨ªa ense?ado demasiado para llevarse los puntos, pero s¨ª una efectividad demoledora. Dej¨® la velocidad de Tamudo y cierto sentido para el contraataque, pero tambi¨¦n una actitud reservona. El Atl¨¦tico le regal¨® facilidades y debi¨® pensar que para qu¨¦ exponer m¨¢s.
Sin embargo, pag¨® su racaner¨ªa. Fue cuando el Atl¨¦tico entendi¨® que para darle la vuelta al marcador deb¨ªa asumir que jugaba con uno menos, cuando Luis Garc¨ªa y Aguilera, los hombres de banda, decidieron echarse los asuntos del ¨¢rea a sus espaldas. Stankovic, Albertini y Movilla se encargaron de los centros y ellos dos, llegando con decisi¨®n, sorpresa y determinaci¨®n, pelearon por los remates. Luis Garc¨ªa fall¨® llegadas cantadas, pero result¨® encomiable su perseverancia, recompensada con el golazo del 1-2. Y lo de Aguilera definitivamente no tiene explicaci¨®n: no hab¨ªa cabeceado en toda su vida y se ha convertido en un ins¨®lito especialista. Empez¨® a probar suerte este a?o y ya se tiene una fe extraordinaria. Ayer le gan¨® en el salto hasta cuatro veces a los centrales del Espanyol, dejando cuatro remates venenosos. Uno de ellos, el ¨²ltimo, a la red.
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