San Sebasti¨¢n despide a Oteiza con un homenaje ¨ªntimo ante el mar y su obra

Construcci¨®n vac¨ªa, la monumental escultura erigida frente al mar mirando al noroeste con la que Jorge Oteiza y la ciudad de San Sebasti¨¢n sellaron su reconciliaci¨®n hace apenas seis meses, fue el lugar desde donde los donostiarras despidieron ayer al genio y al amigo en una ceremonia ¨ªntima, pese a ser p¨²blica, impregnada de serena emotividad, que concentr¨® a unas mil personas.

La m¨²sica y la palabra se intercalaron a lo largo del homenaje al escultor fallecido el pasado mi¨¦rcoles, cuya celebraci¨®n hizo posible, por fin, el buen tiempo despu¨¦s de que la v¨ªspera tuviese que ser suspendido por la lluvia. El alcalde, Odon Elorza, art¨ªfice de esta despedida, dio una c¨¢lida bienvenida a los donostiarras desplazados hasta este rinc¨®n donde el monte Urgull, asomado al mar, cierra la bah¨ªa de la Concha justo frente al extremo en el que se yergue el Peine de los Vientos de Eduardo Chillida.

"Hemos sufrido vi¨¦ndote la angustia por dilatar el tiempo de tu partida, negando rabiosamente la realidad del inevitable fin", exclam¨® Nestor Basterretxea, escultor tambi¨¦n y amigo de Oteiza, con quien comparti¨® trabajo y estudio cuando en los a?os 50 fundaron el grupo Gaur. Otro amigo, Jos¨¦ Antonio Urbeltz, quien condujo el acto junto a la escritora Julia Otxoa, afirm¨® muy emocionado que Oteiza "lleg¨® al fin de su larga andadura peregrina y ahora habr¨¢ pedaleado por la V¨ªa L¨¢ctea para reunirse con Itziar", la esposa del escultor, fallecida en diciembre de 1991.

M¨²sica del padre Donostia, melod¨ªas del Valle del Bazt¨¢n interpretadas por la banda de txistularis del Ayuntamiento donostiarra y una canci¨®n de cuna de Juan Ignacio de Iztueta sonaron junto a los versos que el escultor dedic¨® a su esposa y otros textos, reflexiones y pensamientos del artista sobre la vida y la muerte, el euskera, la cultura vasca y el hombre, que la multitud escuch¨® con goce y recogimiento.