La vuelta a Bagdad
La comunidad chi¨ªta de Sayyida Zeinab, una ciudad santuario de Siria, despide a los exiliados iraqu¨ªes que regresan a su pa¨ªs
Los iraqu¨ªes, que durante las ¨²ltimas semanas huyeron de la guerra y se refugiaron en la ciudad santuario chi¨ª de Sayyida Zeinab, a las puertas de Damasco, se disponen a volver a casa. A pesar de la incertidumbre y del miedo, por los rumores que llegan del otro lado de la frontera, han empezado a hacer las maletas y a despedirse de los amigos. Ayer salieron una decena de autobuses hacia Bagdad.
"Quiero volver a casa, junto a los m¨ªos", explica Al¨ª Galeb, de 59 a?os, comerciante de Bagdad, vecino del barrio de Yemaa, mientras mentalmente se prepara para el camino de regreso a Irak despu¨¦s de tres meses de vacaciones forzadas en este santuario de los musulmanes chi¨ªes, el m¨¢s importante de Siria.
Al¨ª ha permanecido durante todo este tiempo en la ciudad de Sayyida Zeinab, amparado por un visado de turista, entre la miseria y el hambre, arropado por la congregaci¨®n chi¨ª, sin m¨¢s ayuda que la prestada por los vecinos y amigos y sin poder olvidar ni un momento al resto de la familia que se hab¨ªa quedado en Bagdad, al cuidado de la casa y del negocio.
"Pero volver a casa no es tan simple. Las empresas de transporte han subido de una manera escandalosa los precios y por cada viajero llegan a pedir 100 d¨®lares. Es m¨¢s de un mes de sueldo en Siria", asegura compungido Al¨ª Galeb, mientras una y otra vez tratan de hacer unas cuentas imposibles, que le permitan reunir los 400 d¨®lares que le cuesta devolver a toda su familia a Bagdad. El precio del pasaje en autob¨²s desde Irak hacia Siria el pasado mes de enero le hab¨ªa costado tan s¨®lo 25 d¨®lares.
Miembros activos de la comunidad chi¨ª trataban ayer en silencio de reclutar una flotilla de taxis, que permitiera llevar de manera gratuita, hasta el puesto fronterizo de Tenf, a las familias m¨¢s necesitadas y desesperadas; las que est¨¢n dispuestas a volver a casa a toda costa, a pesar de los rumores que aseguran que, al otro lado de la frontera, se encuentran desplegados los soldados estadounidenses registrando todos los veh¨ªculos y tratando de manera violenta a los viajeros.
Restricciones en la frontera
La escalada de los precios del pasaje a Irak no es m¨¢s que el resultado de las restricciones en el tr¨¢fico de la frontera, impuestas por el Gobierno de Siria por las presiones de Estados Unidos. Desde hace unos d¨ªas los veh¨ªculos con matr¨ªcula siria no pueden entrar en Irak y los de matr¨ªcula iraqu¨ª pueden hacerlo en direcci¨®n a Bagdad, pero no volver a Damasco. Todo ello, sin contar con los cierres espor¨¢dicos y temporales, que convierten el viaje en un verdadero v¨ªa crucis.
Sayyida Zeinab, a poco menos de 15 kil¨®metros del centro de Damasco, ha sido durante estos ¨²ltimos meses el punto de encuentro de los refugiados iraqu¨ªes que profesan el chiismo. En este suburbio de tiendas abigarradas y de rezos intensos han coincidido los refugiados que hab¨ªan salido clandestinamente de Irak y que hu¨ªan de la represi¨®n de Sadam Husein, en camino hacia L¨ªbano, con los fieles que, con la utilizaci¨®n de un visado de turista, optaron por instalarse temporalmente en la ciudad.
"Es imposible darle cifras, pero le puedo asegurar que durante este tiempo, en Sayyida Zeinab han permanecido millares de iraqu¨ªes", explica Mohamed al Gharbi, de 39 a?os, empleado de una agencia inmobiliaria, mientras pone fin a una de las campa?as m¨¢s intensas y fruct¨ªferas de su negocio. Por el alquiler de un apartamento de poco menos de tres habitaciones se han pagado mil libras diarias (unos 20 d¨®lares), una cantidad fabulosa para los bajos precios de un pa¨ªs en el que los salarios no superan en muchos casos los 60 d¨®lares.
Agazapados en este refugio chi¨ª permanecer¨¢n sin fecha de regreso los m¨¢s temerosos. Ellos son los sirios, residentes en Irak, en su mayor¨ªa matrimonios mixtos, para los que la frontera de regreso a su pa¨ªs de residencia est¨¢ herm¨¦ticamente cerrada. Pero aunque el camino estuviera franco prefieren permanecer en el extranjero, hasta que se aclare la situaci¨®n. Las noticias que les llegan de Irak son alarmantes. Aseguran que en las principales ciudades del pa¨ªs se ha desatado una verdadera campa?a de caza al sirio, impulsada por los soldados de EE UU y en la que participan los vecinos iraqu¨ªes.
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