Llegar al lugar de trabajo
?C¨®mo llegamos al lugar de trabajo? Aunque lo parezca, no es una cuesti¨®n balad¨ª ni una pregunta que ata?e a la movilidad de los ciudadanos. Con esta, en apariencia, sencilla pregunta empieza una reflexi¨®n sobre oportunidades de trabajo perdidas, estrategias empresariales para dise?ar plantillas y modelos de ciudad excluyentes. Un debate que est¨¢n iniciando algunas empresas, los sindicatos y ciertas administraciones p¨²blicas.
Esta inquietud es una expresi¨®n clara de algunas disfunciones de nuestro planeamiento urban¨ªstico y del sistema de transportes. Desde hace algunas d¨¦cadas estamos trasladando las actividades laborales fuera de la trama urbana consolidada de nuestras ciudades: pol¨ªgonos industriales, centros comerciales, espacios de ocio se localizan en ¨¢reas suburbanas conectadas por la red viaria y desligadas de las rutas y las l¨ªneas de transporte p¨²blico; todo ello agravado por la paulatina desaparici¨®n de los servicios de transporte colectivo de las empresas. Por ello, el acceso a estas ¨¢reas, en muchos casos, s¨®lo se puede realizar en autom¨®vil. As¨ª, y de acuerdo con un estudio del Pacto Industrial de la regi¨®n metropolitana de Barcelona (RMB) y la Autoridad del Transporte Metropolitano, de los 694 pol¨ªgonos industriales que existen en este ¨¢mbito metropolitano casi el 20% no tiene ning¨²n enlace con transporte p¨²blico y en la mitad de ellos la poblaci¨®n ocupada tiene que caminar unos 20 minutos entre la parada del autob¨²s o del tren hasta su lugar de trabajo, siempre que los horarios coincidan con la jornada laboral.
Casi el 20% de los pol¨ªgonos industriales del ¨¢rea metropolitana no tiene ning¨²n enlace con transporte p¨²blico
La tesis doctoral de A. Cebollada advierte que s¨®lo el 35,8% de las mujeres adultas tiene carnet de conducir y que entre los 30 y 34 a?os, edad en que lo posee el mayor porcentaje, ¨¦ste llega al 67,2%, cifra que en los hombres supera el 90%. Adem¨¢s, A. Sanz calculaba, a mediados de los a?os noventa, que a pesar de tener carnet, s¨®lo una de cada cinco mujeres dispone diariamente de autom¨®vil, ya que en la mayor¨ªa de hogares (en la provincia de Barcelona la cifra es del 46,5%) se dispone de un solo coche. La tesis doctoral citada perfila tres grupos de ciudadanos que, con m¨¢s o menos intensidad y por distintos motivos, est¨¢n excluidos del modelo de movilidad hegem¨®nica ya que tienen un acceso dif¨ªcil al uso cotidiano del transporte privado: las mujeres, los j¨®venes y los inmigrantes que no tienen el castellano como lengua materna y les es m¨¢s dif¨ªcil superar el examen de conducir. Esta dificultad no es s¨®lo ante la utilizaci¨®n de un medio de transporte, sino, y en especial, al acceso a muchas ¨¢reas donde est¨¢n ubicados los puestos de trabajo, debido a la planificaci¨®n funcional y suburbana de la ciudad y a la poca atenci¨®n que, hasta hoy, estas conexiones han merecido.
En este contexto, a la cuesti¨®n planteada de ?c¨®mo llegar al lugar de trabajo? se le puede a?adir qui¨¦nes llegan y qui¨¦nes no y, por tanto, qui¨¦nes trabajan y qui¨¦nes no. As¨ª, el acceso al lugar de trabajo pasa a ser un elemento importante para que la poblaci¨®n activa sea poblaci¨®n ocupada, sin una selecci¨®n previa y no relacionada con las aptitudes personales que requiere cada lugar de trabajo. Muchos j¨®venes y muchas mujeres tienen aptitudes para trabajos que no ocupan porque no pueden llegar a los emplazamientos donde ¨¦stos se ubican, por lo que las empresas pierden capacidad de selecci¨®n y los trabajadores, oportunidades laborales. Es un elemento clave cuando nos planteamos aumentar los ¨ªndices de actividad de estos colectivos.
Las soluciones a esta disfunci¨®n que padece el mercado de trabajo son m¨²ltiples; algunas, aunque imprescindibles, se perfilan a largo plazo, como es una organizaci¨®n de la ciudad m¨¢s multifuncional, donde no todos los desplazamientos requieran medios de transporte mec¨¢nicos. Otras, m¨¢s a medio y corto plazo, son las que se plantean desde las administraciones locales, o las empresas de transporte, o los sindicatos; todos ellos est¨¢n estudiando la dimensi¨®n de esta disfunci¨®n e intentan redefinirnuevas rutas de transporte p¨²blico o de empresa para paliar los d¨¦ficit y las disfunciones. As¨ª por ejemplo, algunas empresas han elaborado planes de movilidad que intentan solucionar estos problemas y a la vez contribuir a la mejora del medio ambiente, con un autob¨²s lanzadera y con la implantaci¨®n del sistema de coche compartido. Tambi¨¦n los 45 municipios que integran el Pacto Industrial de la RMB est¨¢n elaborando estrategias para adaptarse a las desconexiones que presentan los emplazamientos.
Ya que no hay una f¨®rmula ¨²nica, ni todos en autom¨®vil ni todos en transporte p¨²blico, las soluciones tienen que ser m¨²ltiples porque las necesidades lo son, y s¨®lo con esa diversidad estrat¨¦gica se puede alcanzar una estructura urbana y una organizaci¨®n de los transportes que optimice las oportunidads del mercado de trabajo.
Carme Miralles-Guasch es profesora de Geograf¨ªa de la UAB y diputada del PSC
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