Poeta y caballero en la Valencia del Siglo de Oro

Caballero ilustrado, guerrero en batallas italianas disputadas por la Corona de Arag¨®n, rico hacendado, halconero y amigo del rey Alfonso el Magn¨¢nimo, el valenciano Ausi¨¤s March pasa por ser uno de esos personajes hist¨®ricos que encarnan el Renacimiento en la primera mitad del siglo XV. Pero, por encima de todo, este caballero figura entre los m¨¢s grandes poetas l¨ªricos del Quattrocento europeo, a juicio de muchos especialistas. Nacido en el a?o 1400 en la comarca de La Safor, cuya capital es Gand¨ªa, hijo de un ilustre linaje, fallecido en 1459 en una Valencia que era, en aquella ¨¦poca, la ciudad m¨¢s pujante del Mediterr¨¢neo junto con N¨¢poles, Ausi¨¤s March eleva la poes¨ªa amorosa a una magistral combinaci¨®n de carnalidad y de religiosidad, de pasi¨®n por los sentidos y de anhelo de Dios.

En uno de sus ¨²ltimos poemas,

ya en el ocaso de su vida, el l¨ªrico valenciano no puede ser m¨¢s elocuente: "Ya ni el mundo ni Dios pueden valerme / para arrancar la causa de mi pena; / me complace ir vestido de tristeza; / mientras estoy as¨ª, siento deleite. / Hasta lo dulce me parece amargo: / as¨ª de corrompido tengo el gusto. Mi coraz¨®n es hierro, carne y le?o. / Soy aquel que se llama Ausi¨¤s March". No por casualidad, Josep Piera (Beniopa, 1947) ha elegido esta definici¨®n para dar t¨ªtulo a la biograf¨ªa que ha publicado sobre el poeta del Siglo de Oro valenciano. El t¨ªtulo alude a toda una declaraci¨®n de principios que se lamenta de la escasa proyecci¨®n de Ausi¨¤s March entre muchos aficionados a la literatura. Dentro del ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico en lengua catalana, la portentosa talla del poeta de La Safor s¨®lo fue descubierta a partir de 1959, cuando apareci¨® una antolog¨ªa a cargo de Joan Fuster que aprovech¨® la efem¨¦ride del quinto centenario de la muerte de Ausi¨¤s March. Sin embargo, hasta la d¨¦cada de los ochenta del siglo XX, este magn¨ªfico poeta del Quattrocento no trascendi¨® los l¨ªmites de los eruditos o de los estudios acad¨¦micos. Fruto de un apasionante desaf¨ªo que Piera se plante¨® en su juventud, cuando comenz¨® a leer a March, nace esta biograf¨ªa de un poeta escrita por otro poeta. Porque si bien Piera ha cultivado varios g¨¦neros con ensayos deliciosos como El parad¨ªs de les paraules, sobre los poetas ar¨¢bigovalencianos, o novelas premiadas como El cingle verd, estamos b¨¢sicamente ante un poeta. Josep Piera confiesa en el ep¨ªlogo que se propuso escribir este libro como "un deber de juventud". Una asignatura que ha aprobado con sobresaliente treinta a?os despu¨¦s para redescubrir a un gran poeta.