La OPEP se prepara para lidiar con Irak
El cartel se re¨²ne para acordar un recorte de producci¨®n que impulse los precios tras la guerra
La Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) afronta esta semana una reuni¨®n clave, y en la que la presencia de Irak, con o sin representaci¨®n f¨ªsica, es crucial. El objetivo de la cumbre del pr¨®ximo d¨ªa 24 es acordar un recorte de la producci¨®n de en torno a los dos millones de barriles diarios para impulsar los precios, que en las ¨²ltimas semanas bajaron al ritmo del avance del ej¨¦rcito anglo-estadounidense en Irak. Desde que la guerra comenz¨® el 20 de marzo, el crudo se ha abaratado de 34 a 24 d¨®lares, y el cartel quiere prevenir un desplome a¨²n mayor.
La cumbre tiene tantos ingredientes como la receta m¨¢s compleja: precios, producci¨®n, el futuro de Irak, el porvenir de la OPEP. Pero lo primero es lo primero, y es revertir la tendencia a la baja de los precios. Para lograrlo, el cartel quiere recuperar su sistema de cuotas de producci¨®n, suspendido el pasado 20 de marzo. Si la OPEP pone en marcha este mecanismo, a partir del 1 de mayo los 10 productores no deber¨ªan extraer m¨¢s de 24,5 millones de barriles diarios, es decir, 1,57 millones menos de lo que produjeron en marzo.
Divisi¨®n en el cartel
La expectativa de una dr¨¢stica reducci¨®n de la producci¨®n de la OPEP, que incluso puede llegar a los dos millones de barriles diarios, caus¨® a principios de la semana pasada una ligera subida en el precio del crudo. Pero la reacci¨®n fue ef¨ªmera. El mercado petrolero sabe perfectamente que las cosas en el seno de la OPEP, su cohesi¨®n y fortaleza, penden de un hilo. El regreso de Irak a la organizaci¨®n, con voz, voto y, sobre todo, poder, ha reactivado una lucha en el seno de la organizaci¨®n que estaba dormida desde el pacto que Venezuela y Arabia Saud¨ª sellaron en Madrid a finales de 1998.
En la capital espa?ola, estos dos grandes productores (primero y tercero de los 11 del cartel) acordaron cumplir con las cuotas de producci¨®n acordes a la potencia de extracci¨®n de cada uno. Ese pacto, con el que en 2002 lograron disparar los precios del crudo de 10 a 30 d¨®lares, ha quedado completamente desfasado en el ¨²ltimo a?o. Mucho ha cambiado desde entonces: el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez ya no es tan fuerte como hace tres a?os, los productores ajenos al cartel han avanzado mucho e Irak recupera ahora un papel que perdi¨® hace m¨¢s de 10 a?os.
Las cuotas de producci¨®n, despu¨¦s de todo, son parcelas de mercado. Quien m¨¢s tiene m¨¢s vende y si no lo vende alguien m¨¢s lo har¨¢. ?ste es el caso de Argelia, por ejemplo, que lleg¨® a producir en marzo 1,1 millones de barriles diarios y la cuota que tiene asignada es inferior a los 800.000. Venezuela, por su parte, arguye que como ha sufrido una huelga de 60 d¨ªas, necesita mantener su producci¨®n al m¨¢ximo posible para recuperar los ingresos y los clientes perdidos durante la paralizaci¨®n del sector. Caracas sostiene, adem¨¢s, que los dem¨¢s exportadores ganaron mucho mientras dur¨® la huelga, entre diciembre de 2002 y enero pasado, cuando el barril cotizaba a una media de 30 d¨®lares. Nigeria, que vio su producci¨®n interrumpida por la escalada de la violencia ¨¦tnica, tambi¨¦n reclama una tregua para recuperar su nivel de producci¨®n y mantener sus ingresos.
Irak entra en esta cola de peticiones con mayores argumentos que los dem¨¢s: tiene una deuda externa de unos 130.000 millones de d¨®lares (excluyendo compensaciones y contratos impagados que suman otros 250.000 millones) y necesita reactivar su producci¨®n petrolera, su ¨²nica fuente de ingresos en este momento. La industria petrolera iraqu¨ª, por lo menos los yacimientos del noroeste, en Kirkuk, estar¨ªan produciendo para finales del mes pr¨®ximo, seg¨²n han constatado los ingenieros de la empresa Kellogg Brown & Root, filial de Halliburton (empresa de la que el vicepresidente estadounidense Dick Cheney fue un m¨¢ximo ejecutivo). Las fuerzas anglo-estadounidenses sostienen que tienen bajo su control las zonas petroleras y que durante los 20 d¨ªas de guerra, los da?os causados a las instalaciones petrol¨ªferas a lo largo del pa¨ªs fueron m¨ªnimos.
El desaf¨ªo de la OPEP ser¨¢ el de mantenerse unida para sostener el precio del crudo en su banda de entre 22 y 28 d¨®lares y, al mismo tiempo, satisfacer los intereses particulares de sus miembros. El "nuevo Irak" es, desde luego, el factor clave en este objetivo, puesto que puede convertirse f¨¢cilmente en el segundo mayor productor del cartel en pocos a?os y desde dentro o desde fuera de la organizaci¨®n, socavar su poder.
La OPEP, de momento, recortar¨¢ la producci¨®n aprovechando que Irak a¨²n no cuenta. No se espera que un nuevo ministro iraqu¨ª se presente en Viena el 24 y agite el tablero, y menos despu¨¦s de que en la pasada cumbre de la oposici¨®n iraqu¨ª del d¨ªa 15 en Nasiriya no se decidiera nada. De todos modos, el ex ministro iraqu¨ª del Petr¨®leo, Ahmer Rashid, que aparece en los naipes de los m¨¢s buscados del r¨¦gimen de Husein repartidos por Washington, hace tiempo que no va por Viena. En las ¨²ltimas cumbres, Irak ha sido representado en la OPEP por un funcionario del ministerio o la embajada, y s¨®lo porque las decisiones en el cartel se toman por unanimidad.
El poder saud¨ª
A pesar de que el regreso de Irak inquieta al cartel, hay consenso en el sector petrolero de que su peso nunca podr¨¢ arrebatar el protagonismo de Arabia Saud¨ª. A¨²n cuando Bagdad pueda desarrollar su sector petrolero con la ayuda de Washington y las empresas extranjeras, es casi imposible que Irak pueda cerrar y abrir la espita a su antojo como lo hacen los saud¨ªes. Arabia puede, en cuesti¨®n de d¨ªas, dar o privar al mercado de un mill¨®n de barriles diarios.
La capacidad de producci¨®n que Arabia Saud¨ª puede manejar a su antojo fue desarrollada hace m¨¢s de 30 a?os por las compa?¨ªas privadas a quienes el Gobierno de Riad compens¨® con la nacionalizaci¨®n de la Saudi Aramco en los setenta. Es pr¨¢cticamente imposible que eso se vuelva a repetir, puesto que no hay Ejecutivo que tenga suficientes fondos para pagar esto.
El sector tambi¨¦n cree que EE UU no desea que Irak debilite la pol¨ªtica de recortes de la OPEP. Es sabido que si el crudo se abarata demasiado, la inversi¨®n privada en exploraci¨®n y producci¨®n cae dr¨¢sticamente, y esto no conviene a los grandes importadores como EE UU, que prev¨¦ que sus importaciones aumenten a 13 millones de barriles diarios para 2013, una cifra equivalente a todo lo que produce Arabia Saud¨ª y el mar del Norte.
Un mercado a la espera
Los precios del crudo han experimentado un fuerte retroceso desde que comenz¨® la guerra, cayendo de 34 a 24 d¨®lares por barril en apenas 20 d¨ªas. La OPEP ha perdido la llamada "prima de guerra" y, a?adido a esto, la situaci¨®n de tres de sus miembros (Venezuela, Nigeria e Irak) ha cambiado pr¨¢cticamente de forma radical.
Hasta hace un mes ninguno produc¨ªa, y ahora los dos primeros est¨¢n recuperando su nivel de extracci¨®n normal, y el tercero, ayudado por EE UU, puede llegar a sacar tanto crudo como antes de la guerra en apenas un mes. Tanto crudo, de cara al verano en el hemisferio norte y en plena desaceleraci¨®n econ¨®mica, hundir¨¢n los precios.
La perspectiva del recorte ha mantenido al mercado expectante durante la ¨²ltima semana. La cotizaci¨®n del crudo brent, en el mercado de Londres, oscil¨® entre 24 y 25 d¨®lares por barril. Nadie quer¨ªa jugarse demasiado, porque hab¨ªa muchas preguntas flotando. La principal era si Arabia Saud¨ª iba a apoyar el recorte de producci¨®n, puesto que la idea hab¨ªa surgido de productores m¨¢s peque?os dentro del cartel, como Argelia o Qatar.
La OPEP, seg¨²n fuentes kuwait¨ªes, debe encarar la reuni¨®n con la idea de tomar medidas a corto plazo y pensando en reunirse nuevamente en pocos d¨ªas m¨¢s. La clave, seg¨²n Kuwait, est¨¢ en seguir muy de cerca los acontecimientos y actuar con rapidez.
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