La novedad de siempre

Salvador Vega puso sobre el tapete la dif¨ªcil novedad de lo perdurable o, por lo menos, de lo de casi siempre, cuyos ingredientes necesarios son un toro con aspecto y comportamiento de tal y un torero dispuesto a someterlo, utilizando procedimientos otrora habituales, hoy nada frecuentes: zapatillas atornilladas, para que el toro gire alrededor, muleta adelantada y baja, para empapar la embestida, encauzarla y poderle -el toro ten¨ªa que torear-, remate atr¨¢s y vuelta a empezar, al comp¨¢s y de verdad. Sobresalieron as¨ª dos series de naturales, que siguen siendo el fundamento de la cuesti¨®n y una por la derecha, que alcanz¨® un gran nivel pl¨¢stico. Mat¨® de pinchazo y estocada ca¨ªda, qued¨¢ndose en la cara. El sexto se da?¨® al dar una voltereta, la cosa fue a peor y hubo de ser apuntillado.

Para volteretas, las del primero, casi cuatro. As¨ª estaba el animal, derrengado ya de salida y as¨ª estaba V¨ªctor Puerto, pesado hasta el aburrimiento, dando pases malos y peores y otras cosas abstrusas que no eran pases. Lo lamentable es que lo reedit¨® en el cuarto con id¨¦ntico resultado.

Antonio Ferrera puso dos buenos pares al quiebro y cambi¨® vistosamente en otro. Esgrimi¨® el capote sin dar descanso a los pies y manej¨® la derecha alej¨¢ndose adecuadamente y rematando hacia arriba. Consigui¨® un par de naturales aparentes, acompa?ando la embestida, y se retorci¨® en amagos diversos. Se ech¨® fuera al matar.