Celebrar las elecciones como una pascua
El se?or Camps no ganar¨¢ al dictado de un Zaplana en entredicho ni desde la distancia a un Olivas transitorio, y la pregunta es si Rafi Blasco sobrevivir¨¢ al despliegue de sus argucias
El teatro
Seguramente hay pocas cosas tan hermosas como una funci¨®n teatral resuelta como la escena manda, una emoci¨®n est¨¦tica comparable a la fruici¨®n lectora de alguna p¨¢gina perfecta, la contemplaci¨®n de una pintura de talento. Viendo a Flotats hace unos d¨ªas meti¨¦ndose en la piel de un Louis Jouvet que dicta un curso sobre la composici¨®n del personaje, se percibe lo mucho que el teatro de texto tiene todav¨ªa que decir en manos de quienes saben interpretarlo, diga lo que diga Albert Boadella. Los registros m¨¢s ¨ªntimos de la voz esc¨¦nica de Flotats son un espect¨¢culo en s¨ª mismo, a la altura de aquel Vittorio Gassman que hace unos a?os vino a Madrid para interpretar algunos mon¨®logos de Shakespeare en un vuelo que lleg¨® con retraso y se plant¨® en el teatro con lo puesto para subirse al tablado y dictar una lecci¨®n inolvidable.
Elegir bien
A la derecha le cost¨® catorce a?os y mucha infamia esconder a sus fieras y ganarles unas elecciones a la izquierda, echando mano de esas malas artes que ponen en peligro la estabilidad democr¨¢tica y con el concurso definitivo y definitorio de los asombrosos errores de un socialismo a la deriva. Todo indica que el periodo de gloria absoluta de esa derecha apenas reciclada ser¨¢ menos duradero en el tiempo, gracias a dios, de modo que la izquierda debe entender al fin el mensaje -y no precisamente a la manera del Felipe Gonz¨¢lez de postrimer¨ªas como presidente-, meterse en faena con un proyecto pensado, posible y limpio, y remediar de una vez la devastaci¨®n que el adversario ha impuesto en los ¨²ltimos a?os tanto en el cielo como en nuestra comunidad, a la que costar¨¢ ideas brillantes y mucha suerte salir de la burbuja ilusoria en la que el pollo de Cartagena la ha sumergido.
Misterios de la creaci¨®n
Si una literatura nacional no cuenta con al menos un autor presentable cunde el des¨¢nimo y la armon¨ªa social queda en manos de los alborotadores. Quico Mira sugiere que la narrativa de expresi¨®n catalana no brilla precisamente con una luz cegadora en el universo literario, y se monta una peque?a bronca, tan peque?a como el universo local al que se refiere. Que las grandes novelas urbanas sobre Barcelona hayan sido escritas por autores como Juan Mars¨¦ o Eduardo Mendoza es algo que parece incordiar, en lugar de estar agradecidos por la oportunidad de frecuentar tan espl¨¦ndidos relatos. La poes¨ªa se vincula de manera m¨¢s precisa con la intensidad de lo vivido, y ah¨ª estar¨ªan autores como Salvador Espriu, Gabriel Ferrater o Pere Gimferrer, por mencionar a tres ¨¢nimos consecutivos con una sola intenci¨®n verdadera. ?Hay aqu¨ª algo m¨¢s? Mucho pupilo que aspira a ser tutor.
All¨¢ pel¨ªculas
Parece que ya ni siquiera Joan ?lvarez se atreve a mencionar siquiera la pujanza del cine valenciano, que habr¨ªa de producir no menos de seis pel¨ªculas al a?o llevado de la eclosi¨®n de una Escuela de Guionistas que finalmente es pasto de historiadores por la puerta de atr¨¢s. ?En qu¨¦ quedaron las ilusorias alegr¨ªas de hace unos a?os? En la producci¨®n de dos pel¨ªculas de nula distribuci¨®n comercial, invitadas a las secciones menos importantes de festivales de tercera fila, que adem¨¢s hicieron bolos por los institutos de secundaria para pasmo y horror de los alumnos. As¨ª las cosas, cabe suponer que aunque la directora general del asunto abandonase a sus queridos pl¨¢sticos y sus muestras trasatl¨¢nticas para centrarse en la cobertura de las supuestas necesidades del sector audiovisual, no encontrar¨ªa directores ni equipos solventes para llevar a cabo sus prop¨®sitos, porque, encima, es que un tinglado de esa clase no se improvisa echando mano de las obras de otros. Con decir que hasta Berlanga est¨¢ desanimado queda todo filmado.
El otro escenario
Es todo excepto estimulante ver en la tele a pandillas organizadas de saqueadores iraqu¨ªes que lo mismo desvalijan la hortera grifer¨ªa dorada de los palacios de Bagdad que incendian la Biblioteca Nacional o destrozan un patrimonio arqueol¨®gico de muchos miles de a?os de antig¨¹edad, todo ello ante la pasividad culposa del ej¨¦rcito norteamericano de ocupaci¨®n. Si se trataba de confirmar a posteriori la necesidad de machacar a un pueblo embrutecido, el ¨¦xito del m¨¢s lerdo de los Bush ha sido completo. Tanto, que cuesta entender c¨®mo diablos van a montar una democracia tutelada con semejante tropa. Desde la sospecha de que lo peor, en lo que tiene que ver con el coste civil de esa contienda, est¨¢ todav¨ªa por llegar, hay que decir que el ocupante ha sido m¨¢s diligente en dise?ar el ataque que en asegurar el orden en una situaci¨®n de paz todav¨ªa precaria. Y a?adir que por algo ser¨¢.
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