'Big macs' y 'haigas'
Nada, que no aparecen las armas de destrucci¨®n masiva, esos apocal¨ªpticos p¨¢jaros exterminadores que, en manos de un tirano sanguinario y loco, nos amenazaban a todos. Esas armas que fueron la raz¨®n fundamental de la guerra. Por eso, a falta de armas de destrucci¨®n masiva buenos son unos millares de v¨ªctimas de la represi¨®n. Las nuevas autoridades de la ciudad de Kirkuk han descubierto fosas que contienen m¨¢s de dos mil cad¨¢veres presuntamente pertenecientes a algunas de las m¨¢s de 100.000 v¨ªctimas provocadas hasta finales de los a?os ochenta por la campa?a de represi¨®n y exterminio del r¨¦gimen irak¨ª contra el pueblo kurdo. Deber¨ªamos recordar que por aquellos a?os Saddam Husseim era uno de los muchos son of a bitch en n¨®mina del Gobierno norteamericano: tir¨¢nico y brutal como todos los dem¨¢s criminales que, con el patronazgo de Washington, ensangrentaron durante a?os Chile, Argentina, Guatemala, El Salvador, Hait¨ª, Indonesia o Somalia, entre otros pa¨ªses.
Ahora pretenden hacernos olvidar que el partido Baaz, y con ¨¦l Saddam, logr¨® el poder tras un golpe de estado organizado por la CIA contra el gobierno de la Uni¨®n Socialista ?rabe. Todo indica que el motivo del golpe de estado fue la pretensi¨®n de los gobernantes iraqu¨ªes de nacionalizar la industria del petr¨®leo, al que posteriormente se sum¨® la convicci¨®n de que el dictador iraqu¨ª era un baluarte contra el creciente islamismo iran¨ª. Nada distinto a lo ocurrido en Afganist¨¢n, donde los talib¨¢n fueron apoyados por Estados Unidos hasta bien entrados los a?os noventa tanto por considerarlos piezas clave en su lucha contra Rusia y contra Ir¨¢n, cuanto por garantizar una ruta segura al petr¨®leo de las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas de Asia central.
Lo m¨¢s escandaloso de todo es que, seg¨²n el documentado trabajo de John Pilger Los nuevos gobernantes del mundo, los kurdos del norte de Irak han continuado siendo v¨ªctimas de la represi¨®n incluso tras las guerra del Golfo. El 25 de octubre de 2000, The Washington Post publicaba la noticia de que en m¨¢s de una ocasi¨®n los pilotos norteamericanos y brit¨¢nicos que patrullaban la amplia zona de exclusi¨®n a¨¦rea definida tras la guerra del Golfo al norte de Irak para, supuestamente, proteger a las poblaciones kurdas, hab¨ªan recibido la orden de volver a sus bases en Turqu¨ªa para facilitar el acceso a dicha zona de aviones de combate turcos en misi¨®n de bombardeo sobre localidades kurdas. Adem¨¢s, desde 1992 esta zona ha sufrido repetidas invasiones del ej¨¦rcito turco en lucha con las fuerzas del Partido de Trabajadores Kurdos (PKK). Por cierto, ?d¨®nde estaba el ardor guerrero de Aznar en defensa de los derechos de los kurdos cuando, hace dos a?os, el presidente del Parlamento Vasco se ofreci¨® a acoger en esa sede parlamentaria la reuni¨®n del parlamento kurdo en el exilio?
M¨¢s all¨¢ de toda la palabrer¨ªa humanitaria que, desde hace unos a?os, disfraza las intervenciones militares de Estados Unidos y de sus aliados, la verdadera raz¨®n de esta guerra (y de las que vendr¨¢n) es la defensa del insostenible estilo de vida americano. Todo para mantener una poblaci¨®n de obesos subyugados por la imaginer¨ªa del "haiga" (ya saben, eso que se dec¨ªa de los nuevos ricos que en Espa?a empezaban a descubrir, a trav¨¦s de la televisi¨®n, la opulencia americana: quiero el coche m¨¢s grande que "haiga") y obsesionados por la oferta del "Big Mac".
De ah¨ª la relevante conclusi¨®n de Emmanuel Todd en su libro Despu¨¦s del imperio: "El objetivo de Estados Unidos ya no es defender un orden democr¨¢tico y liberal que se vac¨ªa lentamente de contenido en los mismos Estados Unidos. El abastecimiento de bienes diversos y de capitales se vuelve primordial: el objetivo estrat¨¦gico fundamental de Estados Unidos es ahora el control pol¨ªtico de los recursos mundiales". Para ello, debe hacerse imprescindible. Y no hay forma mejor de hacerlo que abusar de su incontestable poder militar manteniendo permanentemente abierta una guerra contra el terrorismo cuyos tiempos s¨®lo ellos controlan.
Con su apoyo a esta guerra, Espa?a ha contribuido a defender la despensa de Estados Unidos. En contra de la dieta mediterr¨¢nea. Que no se nos olvide.
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