El TSJ ordena a la Generalitat tirar el muro de la escena y levantar las gradas del Teatro Romano

El Ayuntamiento de Sagunto tampoco ha hecho p¨²blica ninguna valoraci¨®n del auto. El alcalde del PP de la poblaci¨®n de la comarca del Camp de Morvedre, Silvestre Borr¨¢s, ha sido muy cauto en sus declaraciones respeto al futuro del Teatro Romano y siempre ha recordado que hay una sentencia de obligado cumplimiento. De hecho, el pleno del Ayuntamiento aprob¨® un acuerdo en la que manifestaba su voluntad de que la ejecuci¨®n de la sentencia "posibilite su reversi¨®n y continuo uso cultural". Tambi¨¦n se hicieron unas consideraciones en el acuerdo plenario relativas a que las obras de reversi¨®n supondr¨¢ un gasto superior al ya efectuado en el monumento". Diversas asociaciones de vecinos y comerciantes de Sagunto se han manifestado en contra de tirar abajo la premiada intervenci¨®n de Grassi y Portaceli y han reclamado que se concluyan las obras paralizadas en 1993 por el recurso interpuesto por Marco Molines.El auto del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano sobre el Teatro Romano de Sagunto conocido ayer acaba con diez a?os de litigios. La obra de rehabilitaci¨®n del teatro proyectada por Grassi y Portaceli a finales de la d¨¦cada de los ochenta, por encargo de la Generalitat, entonces gobernada por los socialistas, tendr¨¢ que ser derribada en gran parte. Una obra que no ha dejado de generar pol¨¦mica desde sus inicios y que sus propios autores y los primeros informes han considerado siempre reversible.

El Teatro Romano de Sagunto, seguramente construido entre los reinados de Augusto y Tiberio, en el siglo I, es monumento nacional desde que se aprob¨® el Real Decreto de 28 de agosto de 1986. Dos a?os antes, en 1984, el director general de Patrimonio de la Generalitat Valenciana, Tom¨¤s Llorens, encargaba a Portaceli el proyecto de restauraci¨®n del teatro y su entorno con el fin de dotarlo de uso. No en vano, las ruinas del emblem¨¢tico monumento saguntino ya hab¨ªan sufrido varias reformas, muchas de ellas sin criterio, a lo largo de los siglos XIX y XX.

La ejecuci¨®n de este proyecto pol¨¦mico provoc¨® el inicio de un largo proceso judicial impulsado, principalmente, por el militante popular y posteriormente diputado auton¨®mico Juan Marco Molines. Ya en 1993, y cuando las obras del teatro estaban casi acabadas, el TSJ decret¨® la suspensi¨®n de las mismas. Sin embargo, el auto fue recurrido por la Generalitat y el Ayuntamiento de Sagunto, ambos socialistas.

Con la llegada del PP a la Generalitat, se retir¨® en 1995 del pleito, en el convencimiento de que el Ayuntamiento mantendr¨ªa el recurso. La raz¨®n, seg¨²n recoge la sentencia del TSJ, fue que "el proyecto de restauraci¨®n y rehabilitaci¨®n consist¨ªa realmente en una obra que se asienta sobre las ruinas de un teatro romano y las oculta, trat¨¢ndose de una reconstrucci¨®n sobre las ruinas aut¨¦nticas, lo que supone, por lo tanto, una infracci¨®n de los l¨ªmites de la Ley de Patrimonio vigente".

En 1999, el Tribunal Supremo ratific¨® la paralizaci¨®n de las obras ordenada por el TSJ de la Comunidad Valenciana en 1993. Pese a todo, durante este tiempo, el teatro ha sido utilizado por la Generalitat y por el Ayuntamiento, tanto en gobiernos del PSPV como del PP, y se han incorporado al recinto mejoras temporales.

La sentencia dictada en octubre de 2000 por el Supremo declaraba ilegal la restauraci¨®n del coliseo. "La obra de restauraci¨®n y rehabilitaci¨®n del Teatro Romano de Sagunto supone una reconstrucci¨®n del mismo y en algunos casos una simple construcci¨®n de un teatro romano, al ignorarse la forma que los elementos reales ten¨ªan" se?alaba el fallo del alto tribunal, que, no obstante, a?ad¨ªa que "el rechazo de la legalidad del proyecto no supone en modo alguno su desautorizaci¨®n desde el punto de vista estrictamente cultural, art¨ªstico o arquitect¨®nico". Y a?ad¨ªa que "nada habr¨ªa que objetar, en principio, a quienes consideran el proyecto como una actuaci¨®n ejemplar que respeta simult¨¢neamente la historia del Teatro Romano y supone un 'admirable empe?o creativo', recupera la presencia urbana del monumento, revaloriza sus ruinas y reanuda su uso tradicional, ahora en condiciones excepcionales de calidad".

Aquella sentencia fijaba un plazo de dos meses para solicitar su ejecuci¨®n de acuerdo con las condiciones que fijara el TSJ y abri¨® un proceso que acab¨® con el auto de ayer. Entremedias, el TSJ se dirigi¨® a las partes para que alegaran y orden¨® diversos estudios t¨¦cnicos acerca de la reversibilidad de las obras. Marco Molines no dejaba de insistir en que se llevara a cabo la ejecuci¨®n de la sentencia del Supremo, pero en enero pasado el propio TSJ encarg¨® a la Consejer¨ªa de Cultura un nuevo dictamen.

El perito elegido por el tribunal para dictaminar al respecto, ?ngel Abad, compareci¨® en marzo pasado para se?alar: "Las obras de rehabilitaci¨®n que se hicieron sobre el Teatro Romano de Sagunto son reversibles, pero las desaconsejo". Y a?ad¨ªa que una "demolici¨®n pura y dura podr¨ªa provocar alg¨²n perjuicio".