Potentes antihero¨ªnas

Por una vez, el festival madrile?o ha mirado atr¨¢s a su propia historia y retoma una idea de 1989 en que se comenzaron las noches de danza, primero solos; en 1990, d¨²os; en 1991, tr¨ªos, y en 1992, cuartetos de bailarines en obras de creaci¨®n. Marta Reig Torres, Christine Cloux y Raquel S¨¢nchez son tres artistas singulares y muy diferentes entre s¨ª, que se expresan voluntariosamente y que demuestran su consciente preparaci¨®n danc¨ªstica y actoral. Aunque ajenas, puede especularse con que hay un sutil hilo interior que une sus trabajos: la expresi¨®n desolada y una urgencia de redibujar la experiencia.

Marta Reig Torres es una bailarina segura, de lirismo ¨ªntimo y con un discurso donde no falta cierto virtuosismo, heredero de sus a?os en compa?¨ªas de ballet. Lo mismo hace, por otras v¨ªas formales, Christine Cloux, potente y segura, con un sobrio sentido del adagio, un movimiento ligado y musical sobre el que dibuja una sucinta narraci¨®n de soledades.

Cierra la velada Raquel S¨¢nchez, que pone en escena una creaci¨®n de M¨®nica Valenciano. Es la tercera sorpresa de la noche. La pieza permite el lucimiento de la bailarina-actriz, que despliega una terrible furia esperp¨¦ntica. Es lo goyesco en estado impuro, una confesi¨®n espasm¨®dica que a la vez inspira una ternura compasiva. Raquel, con capirote (aqu¨ª cabe toda su simbolog¨ªa y su peso: el loco, el tonto, el disciplinante, el apestado) y seductora androginia, hace inestable la atm¨®sfera, transmite una lecci¨®n que puede ser de tinieblas, pero donde el humor responde a la presencia de alguna luz. Esta noche de solos y estas tres mujeres valientes es de lo mejor que se ha visto en Madrid en danza.