"La situaci¨®n me obliga a irme"
Cristina Escudero, de 25 a?os, natural de Cartaya (Huelva), estudia el idioma chino en Pek¨ªn desde hace ocho meses a trav¨¦s de una beca concedida por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECI), del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ella, al igual que el resto de estudiantes extranjeros en el distrito de Haidan, se siente alarmada con el espectacular avance del virus de la neumon¨ªa at¨ªpica asi¨¢tica. "Estoy angustiada. Todos tienen que llevar mascarillas. Esto parece una pesadilla. No puedes ir a ning¨²n lado sin adoptar las precauciones precisas. Es casi mejor no salir a la calle", afirma en entrevista telef¨®nica con ¨¦ste peri¨®dico.
En el aula de Cristina Escudero hay un total de 22 alumnos. Ayer s¨®lo fueron cinco a clase. "Hay un equipo de personas que vienen a desinfectar el edificio cada d¨ªa. Los pasillos, las clases, todo desprende un olor ¨¢spero a lej¨ªa mezclada con amoniaco", se?ala.
Cristina Escudero es experta en traducciones jur¨ªdicas. "Mi proyecto era permanecer dos a?os estudiando chino a fondo. Aprender bien esta extra?a lengua tanto a nivel hablado como escrito. Sab¨ªa que podr¨ªa encontrar muchas salidas profesionales. El chino es una lengua complicada y no hay muchas personas en Espa?a que lo dominen", afirma. Ahora el brote de neumon¨ªa amenaza con tirar por tierra todos los proyectos de esta joven estudiante. "Lo he pensado mucho. He esperado a ver c¨®mo se desarrolla el virus, pero creo que la situaci¨®n est¨¢ llegando a unos l¨ªmites que me obligar¨¢n a irme. Si tengo que dejar la beca, no me quedar¨¢ otra alternativa. Lo primero es la salud, la vida. Creo que ya he tomado la decisi¨®n", se lament¨®.
Esta estudiante prefiri¨® en un principio permanecer en el pa¨ªs hasta que la situaci¨®n cambiara. El Ministerio de Asuntos Exteriores hab¨ªa comunicado a los estudiantes espa?oles que dispon¨ªan de una beca en Pek¨ªn que si abandonaban por voluntad propia, perd¨ªan la gratuidad de los estudios. Pero la situaci¨®n ahora ha cambiado: "El mi¨¦rcoles los estudiantes espa?oles tuvimos una reuni¨®n con representantes de nuestro Gobierno en la Embajada y nos han ofrecido una repatriaci¨®n voluntaria, que consiste en que cada uno nos pagamos el billete de vuelta y no perdemos la beca", explic¨®.
A pesar de que Cristina Escudero sabe que la situaci¨®n es de m¨¢xima alerta en Pek¨ªn, ella intenta que en el d¨ªa a d¨ªa la vida parezca normal. "Parece parad¨®jico, pero lo mejor es no pensar en que existe el problema, aunque sin olvidar que tienes que extremar las precauciones", dice. Cristina hace la compra en el supermercado con mascarilla y unos guantes. "Cuando llego a casa me lavo r¨¢pidamente las manos. Dicen que con el roce de los productos comestibles te puedes contagiar si despu¨¦s te tocas la nariz o los ojos. Cuando salgo del campus intento ir en taxi, porque es m¨¢s seguro que el autob¨²s".
Tanto Cristina como el resto de estudiantes extranjeros procuran permanecer el mayor tiempo posible en el campus y mantener el menor contacto posible con el exterior. A Cristina le ha dicho un vecino que han muerto ya dos estudiantes chinos y que otro ha huido a su casa, al sur de Pek¨ªn, horrorizado por la situaci¨®n. La informaci¨®n circula entre los estudiantes de esta forma. Por los comentarios. O por la prensa extranjera, las dos ¨²nicas formas de conocer con exactitud qu¨¦ est¨¢ pasando: "Ayer fui a hablar con mi coordinadora y me dijo que estuviese tranquila, que en el momento en que tuvieran conocimiento de que alguien estaba infectado cerrar¨ªan la Universidad. Lo cierto es que, por un lado, a los extranjeros no quieren interrumpirnos las clases. Pero sabemos que hay departamentos chinos cerrados y que ha muerto un profesor. Esto es una locura, ?qu¨¦ est¨¢ pasando? Aqu¨ª intentan que nos calmemos quit¨¢ndole dramatismo al asunto. La semana pasada nos dijeron que eran 60 los afectados. Pero ahora sabemos que en Pek¨ªn, una ciudad con 13.000.000 de habitantes, los enfermos alcanzan los 700. Y cada d¨ªa se incrementa el n¨²mero. No quiero ni imaginar a d¨®nde puede llegar esta epidemia".
"No quiero alarmar a mi familia. He tomado la decisi¨®n de regresar a Espa?a. Dejarlo y punto", concluy¨®.
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