Magia blanca

Fuera de la programaci¨®n de Madrid en Danza, pero cronol¨®gicamente dentro de la recta final del evento, Dani Pannullo (Buenos Aires, 1962) ha presentado un espect¨¢culo excepcional, fruto de sus vivencias y cosmopolitismo. Pannullo ha vivido en Londres, en Tokio y en Miami antes de asentarse en Madrid; este inquieto creador multidisciplinar tiene un acusado olfato para reunir a su alrededor a artistas de talento.

Siempre empe?ado y comprometido con la modernidad puntera, a Danni Pannullo no se le puede calificar estrictamente como core¨®grafo, su trabajo es b¨¢sicamente de director y organizador, con una trayectoria que le ha llevado del cabaret art¨ªstico experimental (donde comparti¨® etapas de mucho empe?o con el propio David Delf¨ªn, que ahora aparece en este espect¨¢culo como un actor-bailar¨ªn m¨¢s) a la concepci¨®n contempor¨¢nea.

Orden de aparici¨®n es un recital de n¨²meros cortos, limpios y exactos donde se dan cita el butoh japon¨¦s, el break-dance cl¨¢sico (que hoy sigue ya en tercera generaci¨®n muy vivo bajo otras denominaciones), la danza moderna y el ballet contempor¨¢neo, adquiriendo una sorprendente unidad est¨¦tica. La pieza incluye incluso a un bicicletero que al son de Bartok hace unas evoluciones tan dif¨ªciles como atinadas: impensable en otro: la poes¨ªa de las dos ruedas. El vestuario de David Delf¨ªn es funcional, responde verticalmente a su manera de entender la moda con la dominante del blanco y un bordado sobre el lado izquierdo del pecho: un coraz¨®n seccionado. No puede dejar de mencionarse a Michi, con su solo de Krishna, que aport¨® el momento de mayor espiritualidad: delicado, arm¨®nico, evocador de sus ra¨ªces. Pannullo sabe lo que busca y lo muestra con rigor en los terminados y la estructura; es una pena que se le escape a los gestores, tan faltos hoy de esos hallazgos.