Expansi¨®n seminal
Tras Francisco Leiro, con quien coincide por cierto en su actual retorno al panorama expositivo madrile?o, el de Manolo Paz (Cambados, 1957) es sin duda el referente a la postre m¨¢s firme consolidado en el campo de la escultura por el relevo generacional que irrumpi¨® en el horizonte de la pl¨¢stica gallega hacia el umbral de los ochenta. Sin embargo, salvo por su siempre destacada presencia recurrente en las sucesivas ediciones de Arco, Paz llevaba sin ofrecer una muestra personal de su trabajo en esta ciudad desde la que realizara en 1990 en la galer¨ªa Estampa. Un par¨¦ntesis tanto m¨¢s manifiesto, en la medida en que la ¨²ltima d¨¦cada se asocia en el devenir de su trabajo a un esfuerzo sensible por explorar, a partir de una fructificaci¨®n expansiva de su sintaxis vertebral, un m¨¢s d¨²ctil y extenso espectro visionario.
MANOLO PAZ
Galer¨ªa Trama
Alonso Mart¨ªnez, 3. Madrid
Hasta el 10 de mayo
De ah¨ª el singular inter¨¦s del reencuentro propiciado por esta exposici¨®n de Trama, que el artista articula en torno a un contundente despliegue de trabajos fechados en el ¨²ltimo lustro, en una selecci¨®n que equilibra de forma elocuente la diversificaci¨®n tipol¨®gica instalada en su obra. Por supuesto, el Paz nuclear sigue asociado a la primac¨ªa de los cosmos de la piedra, tanto por la talla del granito que a¨²n modula la evoluci¨®n derivada de sus monolitos primordiales como en la dicci¨®n constructiva que suman sus ensamblamientos de lascas de cuarcita, tanto en el imaginario ensimismado de las piezas ovales abiertas a la intuici¨®n de un abismo interior como en la pulsi¨®n arquitect¨®nica de esas articulaciones expansivas que aqu¨ª nos deparan, con el conjunto esc¨¦nico de sus Catedrales, el impacto m¨¢s deslumbrante de la muestra. Pero junto al eje centrado por ese escultor mineral, la selecci¨®n introduce asimismo alg¨²n ejemplo puntual -como la modulaci¨®n c¨²bica de la pieza mural de madera- de la curiosidad alentada en el ¨²ltimo Paz hacia otros registros materiales, f¨¦rtil extrav¨ªo que ha deparado aciertos como el de la tan inquietante instalaci¨®n de las sogas erizadas de puntas, presentada el pasado a?o en la Fundaci¨®n Mir¨® de Palma.
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