Manos sospechosas

El personaje que aporta el t¨ªtulo a esta novela empieza diciendo que las manos de un pianista no son bellas y "delicadas" sino, bien al contrario, toscas y "duras" y esto es el principio de una serie de mon¨®logos situados a lo largo del texto que nos permiten asistir a una degradaci¨®n moral en la que este pianista pasa a ejercer de verdugo de animales dom¨¦sticos (otro trabajo manual) cuando los due?os se lo solicitan, un oficio s¨®rdido con visos delictivos que lleva a acariciar la comisi¨®n de un asesinato y a ser sospechoso de haberlo cometido. La estupenda expresi¨®n de este descarr¨ªo, una apresurada carrera hacia la indignidad, que refiere el propio protagonista, es lo mejor del libro y contiene las p¨¢ginas de mayor relieve literario.

Junto a ello est¨¢n los cap¨ªtulos que documentan y dramatizan un caso de asesinato en la misma ciudad provinciana, Breda, en que Fuentes ubic¨® sus novelas anteriores, El interior del bosque y La sangre de los ¨¢ngeles. Como ellas, es una obra de g¨¦nero, policiaco o negro, un caso intermedio entre los dos, pues tiene de la novela negra su cr¨ªtica social y su retrato de la vida ciudadana pero no su mirada inmisericorde y, en cambio, presenta usos tradicionales del g¨¦nero policiaco. El autor se ocupa de destacar el origen rural de los personajes y el peso que el r¨²stico entorno de naturaleza casi salvaje tiene en los acontecimientos, como ya suced¨ªa en la primera de las novelas, la mejor de todas. En Las manos del pianista la descripci¨®n de v¨ªsceras y mutilaciones de animales cumple la misma funci¨®n que en El interior del bosque el agreste escenario y los b¨¢rbaros asesinatos.

Cuando no habla el pianista, el narrador omnisciente cuenta los acontecimientos en un lenguaje eficaz y escudri?a la mente de los diversos personajes para que el lector los comprenda. Como es propio del g¨¦nero policiaco repiten presencia, entre otros, el detective privado Cupido y el teniente de la Guardia Civil Gallardo, y aunque en teor¨ªa el primero es el principal, creo que resulta m¨¢s atractivo el segundo, m¨¢s equ¨ªvoco pero tambi¨¦n m¨¢s directo y, excepto en un punto, m¨¢s decisivo para la resoluci¨®n del caso. Cupido es con toda certeza una extensi¨®n del autor y juzga a mi parecer con demasiada suficiencia todo lo que pasa. Vemos en ¨¦l demasiadas veces una enojosa voz de la conciencia. Tiene poco que ver con los detectives de la novela negra.