Las mil fachadas de Burdeos
La monumental ciudad de los vinos rejuvenece con el tranv¨ªa
Burdeos, rostro atl¨¢ntico de Francia, ciudad de pasado glorioso que hab¨ªa ca¨ªdo en el abandono durante los casi cincuenta a?os de reinado del general Jacques Chaban-Delmas (que ocup¨® la alcald¨ªa de 1947 a 1995), se convierte hoy a marchas forzadas en una urbe moderna gracias al proyecto de tranv¨ªa del alcalde Alain Jupp¨¦. Aunque las obras colapsen determinadas arterias del centro, eso no impide apreciar uno de los patrimonios arquitect¨®nicos m¨¢s bellos del pa¨ªs franc¨¦s: el Gran Teatro, la plaza de la Bolsa, la alameda de Tourny, la catedral de Saint-Andr¨¦, las bas¨ªlicas de Saint-Michel y Saint-Seurin, y tantos otros lugares y monumentos que convierten a Burdeos en un digno rival de Par¨ªs a menor escala. Stendhal dijo de ella que era "sin discusi¨®n, la ciudad m¨¢s bella de Francia".
A finales de a?o, el tranv¨ªa animar¨¢ las calles de una ciudad ribere?a y vin¨ªcola. En 2007, este transporte limpio tendr¨¢ 43 kil¨®metros, una manera de modernizar un espacio urbano que sorprende por su car¨¢cter.
Lo que m¨¢s fascina de Burdeos son sus contrastes y sus contradicciones. Hay pocas villas en Europa que permitan ver bien el cielo desde cualquier parte, donde la luz entre en las casas con tal naturalidad, casas de planta baja y un piso o dos pisos a lo sumo, con jard¨ªn y en pleno centro. Esa luz debi¨® de enamorar de inmediato a Goya. Burdeos se construy¨® sin ninguna avaricia de suelo, y, sin embargo, excepto el barrio de Chartrons, ha vivido siempre de espaldas a una de sus dos riquezas naturales: el r¨ªo, el Garona. Primer puerto de Francia y segundo de Europa despu¨¦s de Londres en el siglo XVIII, Burdeos ya no tiene por desgracia ninguna animaci¨®n portuaria. La ribera derecha del Garona no fue urbanizada, de manera que la ciudad jam¨¢s lleg¨® a dotarse de un espejo de s¨ª misma, como casi todas las ciudades divididas por un r¨ªo. En realidad, el Garona parece m¨¢s bien un anticipo del oc¨¦ano, situado a 60 kil¨®metros, pues Burdeos se acaba en los muelles, como una ciudad costera, muelles sin barcos, excepto la mole gris del buque de guerra Le Colbert. Hay que imaginar lo que fue este puerto no hace tanto tiempo, en los mismos a?os setenta, para comprender lo que ha perdido.
El puerto y la hacienda
Y he aqu¨ª otra de sus peculiaridades: Burdeos ha perdido el puerto como antes los nobles perd¨ªan la mitad de su hacienda en la ruleta, es decir, sin inmutarse. No hay ciudad m¨¢s altiva en toda Francia, m¨¢s aristocr¨¢tica, m¨¢s impenetrable. Los que no son de aqu¨ª dicen que a los bordeleses les ha quedado un aire de la dominaci¨®n inglesa y que viven de rentas, de lo que Mauriac, un traidor, llam¨® su "respetabilidad de fachada". ?Pero qu¨¦ fachadas y qu¨¦ vida! No conozco ciudad donde uno pueda pasarse tanto tiempo admirando la riqueza y variedad de las fachadas, el trabajo de la piedra en los adornos, las cornisas, los portales. Y para hablar de la vida, del buen vivir, hay que mentar el vino. Burdeos y toda la regi¨®n de Aquitania vive exclusivamente de sus vi?as, las m¨¢s famosas y productivas del mundo. La espl¨¦ndida Maison du Vin permite degustar varias veces a la semana esos caldos, cuyo origen como industria floreciente se debe a los ingleses y a su aprecio por el clarete, exportado masivamente a la Europa del Norte desde hace siglos.
Se puede hablar de varios Burdeos. Sin que existan cortes marcados entre las diferentes identidades de la ciudad, hay el Burdeos popular, mediterr¨¢neo, que se asienta alrededor de la plaza de Saint-Michel, sede del mercadillo dominical; el Burdeos burgu¨¦s de las florister¨ªas y las lingeries, de las boutiques y los restaurantes, en torno a la Place des Grands Hommes; el Burdeos monumental y espectacular de la Place Rohan y de la Place de la Com¨¦die; el Burdeos romano del Palais Gallien; el Burdeos fluvial -en forma de media luna y de color caf¨¦ con leche, pues as¨ª es la estela y el color del Garona-, que arranca en el Pont de Pierre y llega m¨¢s all¨¢ de Chartrons, donde en otro tiempo se cargaba el clarete en la bodega de los cientos de barcos atracados en los quais; el Burdeos de la revoluci¨®n, mi preferido, al norte de la Place Gambetta, donde silb¨® la guillotina, con sus calles de decorado teatral y su amplio cielo surcado de nubes rectil¨ªneas; el Burdeos literario, con sus tres M -Montaigne, Montesquieu y Mauriac-, sin olvidar a las S de Semp¨¦ y Sollers, y su ejemplar Librerie Mollat, el librero m¨¢s grande del continente. Y a¨²n hay m¨¢s Burdeos, sobre todo el que descubrir¨¢ el tranv¨ªa cuando desaparezcan los coches que ahogan el centro. ?se, si Alain Jupp¨¦ no lo malogra, puede convertirse en una de las ciudades m¨¢s apacibles y bellas de Europa.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir
- Air France (901 11 22 66) vuela a Burdeos directo desde Madrid y Barcelona, 255 y 272 euros, respectivamente, con tasas.
- Iberia (902 400 500), directo desde Madrid, 319,92 euros, y desde Barcelona, 352,92. En www.iberia.com, precios algo m¨¢s bajos; por ejemplo, desde Madrid por 299,92. Todos con tasas.
- Renfe (902 24 34 02), ida y vuelta en tren entre Madrid y Burdeos cuesta 111 euros; el trayecto dura unas ocho horas y media.
Informaci¨®n
- Maison de la France (906 34 36 38 y www.franceguide.com).
- Oficina de turismo de Burdeos (00 33 556 00 66 00 y www.bordeaux-tourisme.com). La web tiene un buscador de hoteles.
- P¨¢gina web de informaci¨®n sobre los vinos de Burdeos: www.bordeaux.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.