Juego sucio
Las declaraciones el pasado martes del que fuera portavoz del grupo parlamentario de IU en el Parlamento de Andaluc¨ªa durante varias legislaturas, Luis Carlos Rej¨®n, en el programa La Ventana de la Cadena SER, en las que descalificaba, de manera sencillamente inexacta, el lugar del Parlamento en el sistema pol¨ªtico andaluz y en las que frivolizaba sobre las condiciones en que se desarrolla el trabajo en la C¨¢mara andaluza, han generado la l¨®gica repulsa de todos los grupos parlamentarios, as¨ª como la respuesta inexcusable del presidente del Parlamento, Javier Torres Vela. Hay que lamentar que el grupo parlamentario de IU no haya hecho p¨²blica de manera inequ¨ªvoca su condena de dichas declaraciones. Peor para ¨¦l.
Hay que lamentar que IU no haya hecho p¨²blica su condena de las declaraciones de Rej¨®n sobre el Parlamento
Si las palabras de Luis Carlos Rej¨®n merecen alg¨²n tipo de comentario, no es por su contenido, sino porque nos permiten reflexionar sobre un periodo de nuestra autonom¨ªa que conviene que no se pierda de vista. En s¨ª mismas se trata de unas declaraciones que se califican por s¨ª solas y que si dejan a alguien en mal lugar es a quien las hizo. Si alguien se falta al respeto a s¨ª mismo, es muy dif¨ªcil que pretenda que no se lo falten los dem¨¢s. De manera que si Luis Carlos Rej¨®n quiere seguir alardeando de que no ten¨ªa que prepararse los temas y de que pod¨ªa salir del paso con una faena de ali?o, pues que siga haci¨¦ndolo. Que los ciudadanos tomen nota y sepan el respeto que el representante integrado actualmente en el grupo parlamentario de IU en el Congreso de los Diputados tiene por los representados que lo han elegido.
Pero si las declaraciones, como digo, carecen en s¨ª mismas de cualquier inter¨¦s, no ocurre lo mismo con el periodo al que dichas declaraciones se refieren.
Y es que las manifestaciones de Luis Carlos Rej¨®n a Gemma Nierga resultan particularmente chocantes porque el eje de la pol¨ªtica de su grupo parlamentario as¨ª como el del PP, durante el periodo al que el ex portavoz de IU se refiere, fue "gobernar desde el Parlamento". Desde el momento en que el PSOE, aunque fue el partido m¨¢s votado en las elecciones auton¨®micas de 1994, perdi¨® la mayor¨ªa absoluta, el grupo parlamentario de IU rechaz¨® expresamente participar en el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa presidido por Manuel Chaves y opt¨® por llegar a un acuerdo con el PP, con la finalidad de "gobernar desde el Parlamento".
La perturbaci¨®n que dicha estrategia produjo en el sistema pol¨ªtico andaluz es dif¨ªcil de sobrevalorar. Fue una legislatura en la que, como vulgarmente se dice, estuvo todo manga por hombro. Buena prueba de ello fue la imposibilidad de que a lo largo de la misma se pudieran aprobar los presupuestos de la comunidad aut¨®noma en las dos ocasiones en las que se intent¨®, raz¨®n por la cual el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa tuvo que proceder a la disoluci¨®n anticipada de la C¨¢mara y a la convocatoria de nuevas elecciones.
No ha habido en el sistema pol¨ªtico espa?ol o en los sistemas pol¨ªticos de las diecisiete comunidades aut¨®nomas ning¨²n otro ensayo de "gobernar desde el Parlamento" como el que vivimos en Andaluc¨ªa. Y los responsables de esa "originalidad" tienen nombres y apellidos. Los dos han tenido que dejar de hacer pol¨ªtica en Andaluc¨ªa, tras recibir un dur¨ªsimo varapalo por parte de los ciudadanos en las elecciones auton¨®micas de 1996.
La estrategia de "gobernar desde el Parlamento" ha sido la mayor agresi¨®n que se ha perpetrado al dise?o del Estado de las Autonom¨ªas, desde su puesta en marcha inmediatamente despu¨¦s de la entrada en vigor de la Constituci¨®n. De no haber sido desautorizada de manera clamorosa por los ciudadanos andaluces en 1996, es posible que nos hubi¨¦ramos encaminado a una crisis del Estado auton¨®mico no f¨¢cilmente reversible. Si el 28-F de 1980 los ciudadanos andaluces tomamos la decisi¨®n de la que acab¨® dependiendo la formaci¨®n del Estado de las Autonom¨ªas tal como hoy lo conocemos, en las elecciones de 1996 evitamos lo que hubiera podido suponer la degeneraci¨®n de dicho Estado. Si los ciudadanos andaluces hubieran respaldado con sus votos la estrategia de Rej¨®n y Arenas de "gobernar desde el Parlamento", la alteraci¨®n de las reglas del juego habr¨ªa conducido a un sistema muy dif¨ªcilmente manejable. Afortunadamente, la reacci¨®n de los ciudadanos andaluces sabemos cu¨¢l fue.
A la luz de esa pretensi¨®n de sustraerle al Gobierno andaluz la facultad de gobernar y transfer¨ªrsela al Parlamento,con la finalidad de ser ¨¦l uno de los protagonistas de dicha operaci¨®n de gobierno, resultan todav¨ªa m¨¢s fr¨ªvolas las declaraciones de Luis Carlos Rej¨®n esta semana. ?C¨®mo es posible que quien pretend¨ªa gobernar o, mejor dicho, cogobernar la comunidad aut¨®noma desde el Parlamento, no se preparara siquiera los temas y se limitara a salir del paso con "dos gracias"? Si los parlamentarios andaluces dejaban tanto que desear desde el punto de vista de su preparaci¨®n t¨¦cnica y de su laboriosidad, ?c¨®mo es posible que con ellos se pensara que se pod¨ªa gobernar la comunidad aut¨®noma?
Las preguntas podr¨ªan multiplicarse, pero no creo que sea necesario. El paso de Luis Carlos Rej¨®n y de Javier Arenas por el sistema pol¨ªtico andaluz ha sido, desde una perspectiva institucional, uno de los momentos de juego m¨¢s sucio de la pol¨ªtica espa?ola desde el comienzo de la transici¨®n. La degradaci¨®n de la pol¨ªtica durante el bienio de la pinza en Andaluc¨ªa no se ha producido con esa intensidad en ninguna otra comunidad aut¨®noma. Ahora nos enteramos de que ni siquiera uno de los protagonistas de aquel periodo se tomaba en serio su trabajo. Despu¨¦s de esta confesi¨®n, no s¨¦ si pretender¨¢ esperar que alguien se lo tome en serio de ahora en adelante. Como dice el refr¨¢n, antes se coge a un mentiroso que a un Rej¨®n.
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