Sol y sombra en el turismo de Baleares
La ca¨ªda del 7% en la llegada de visitantes provoca un fuerte debate sobre el cambio de modelo en las islas
Una ca¨ªda del 7% en la llegada de turistas en 2002 (con 9,5 millones) ha erosionado la condici¨®n de Baleares de gran playa hegem¨®nica en Europa en el mercado del turismo popular de verano, un negocio gracias al que las islas han protagonizado, desde 1960, uno de los desarrollos m¨¢s espectaculares del continente. La debilidad de la econom¨ªa alemana est¨¢ entre las causas del declive.
El 60% de la actividad balear est¨¢ ¨²nicamente ligada al alojamiento y los viajes, con una oferta de m¨¢s de 410.000 plazas tur¨ªsticas
La recesi¨®n registrada en el a?o del estreno de la ecotasa (un impuesto para turistas de un euro al d¨ªa) se atribuye a la crisis de uno de los dos principales mercados emisores donde surge la clientela, la Rep¨²blica Federal Alemana, y a la competencia de nuevos destinos. El turista se retrae por el impacto econ¨®mico y de seguridad tras el 11-S, el posible exceso de oferta y la carest¨ªa de precios de servicios de ocio.
"Baleares sigue ostentando el liderazgo, por n¨²mero de estancias en Espa?a, en el gasto y en el volumen de negocio, un 22% del total", asevera el consejero balear de Turismo, Celest¨ª Alomar, que atribuye el recorte "a la crisis del gran emisor, Alemania, porque la demanda crece en el que ahora es nuestro primer mercado, el Reino Unido, tambi¨¦n en Espa?a, Italia o Francia. El continuo despegue llevaba al agobio, iba en contra del bienestar. El medio ambiente y la calidad son la apuesta".
"La maravillosa y marcada especializaci¨®n de la econom¨ªa balear no es un defecto o maldad a corregir", afirma Ferran Porto, hotelero y ex dirigente patronal. Los empresarios culpabilizan en parte de la ca¨ªda tur¨ªstica a la pol¨ªtica alternativa del Gobierno balear y a la aplicaci¨®n de la ecotasa. "Hay, adem¨¢s, una ralentizaci¨®n y un grave retroceso en la demanda de los clientes tradicionales en la compra de paquete tur¨ªstico", dice.
El enfriamiento generado en un modelo volcado en el monocultivo (el 80% del PIB balear depende del sector servicios) se evidencia en un crecimiento en 2002 de s¨®lo del 0'55%, el menor de Espa?a. "El turismo no ha perdido su futuro", anota Antoni Riera, profesor de la Universidad de Baleares y director del Centro de Recerca Econ¨®mica de Sa Nostra, "pero existe seguramente un exceso de oferta, que no est¨¢ ajustada a las nuevas maneras de viajar. La crisis coyuntural de Alemania y la recesi¨®n mundial hacen notar los problemas de estructura".
Econom¨ªa estacional
Hay pocas regiones en el mundo con una econom¨ªa tan estacional como la balear, en la que el 60% de su actividad est¨¢ exclusivamente ligada al alojamiento y los viajes. Con una poblaci¨®n de 870.000 personas y una oferta de m¨¢s de 410.000 plazas tur¨ªsticas, a partir de 2001 se fren¨® el ritmo de crecimiento continuo desde 1992. El negocio del ocio se dispar¨® en 1993 al pasar de alojar 7,4 millones de viajeros a 11,3 millones en 2000. La recesi¨®n tur¨ªstica actual -se retorna a cifras de 1997- ha descolgado a Baleares del liderazgo en Espa?a en renta per c¨¢pita y calidad de vida.
Miquel Capell¨¤, abogado y consejero de empresas tur¨ªsticas, se?ala que "los operadores internacionales -sin los hoteleros locales- dirigen el mercado y tienden al control vertical global del negocio: marcan precios, bloquean plazas, venden el paquete, tienen compa?¨ªas charter de aviaci¨®n, flotas de autobuses y propiedades en hoteles en destino".
Los usuarios influyen con sus cambios de rumbo. Riera coincide con Capella, que apunta los nuevos estilos vacacionales: "El turista actual tiende a crearse su alternativa: '?Qu¨¦ quiero hacer en las vacaciones?, y no s¨®lo ?ad¨®nde voy a ir?': se gestiona el billete barato a ¨²ltima hora sin intermediarios, busca alojamiento y complemento. Viaja m¨¢s y menos d¨ªas. El turismo implica un cambio forzado de los productos y una correcci¨®n del proyecto para adecuarse a las nuevas demandas".
Baleares depende de los flujos de Alemania y el Reino Unido -cada uno con un tercio de la clientela- porque s¨®lo 1,6 millones de sus turistas son de procedencia espa?ola. El analista Riera cree que "es dif¨ªcil repetir en un futuro la cota de los 11 millones de turistas anuales y tener el negocio tan concentrado en Alemania y Reino Unido, nos hace sensibles a los cambios de coyuntura". El hotelero Porto ve "deseable recuperar la marca de visitantes. Tender a reducir la afluencia, al cambio de modelo", dice, "son voluntarismos ingenuos exentos de realismo".
Crecer m¨¢s en Baleares no es negocio para los hoteleros. Grandes marcas de matriz insular -Sol Meli¨¤, Barcel¨®, Riu, Fiesta-Matutes, Flux¨¢-Iberostar- se extienden por toda Espa?a, y en grandes destinos mundiales y otras cadenas medianas tambi¨¦n se internacionalizan. "En Baleares los 11 millones de turistas anuales no se volver¨¢n a repetir. Hay que adaptarse al nuevo mercado. La demanda ha cambiado. No se puede escalar hasta el absurdo", sostiene el consejero Alomar.
La pol¨¦mica ecotasa
"La ecotasa es el s¨ªmbolo del nuevo turismo", indica Alomar, quien cree que el impuesto "no ha tenido nada" que ver en la ca¨ªda de visitantes, un an¨¢lisis compartido por Riera. El hotelero Porto discrepa: "La ecotasa pretende deprimir la demanda, en un marco que busca un equivocado cambio de modelo".
El profesor Riera agrega que "la bondad del monocultivo tur¨ªstico s¨®lo se cuestiona cuando se da una situaci¨®n de ralentizaci¨®n. La gente se asusta y habla de diversificaci¨®n, pero es un error confiar en el despegue alternativo de la industria o de la agricultura -aqu¨ª ¨ªnfima-, sectores con incrementos en sus beneficios de productividad muy bajos".
Antoni Riera explica que se deben buscar "m¨¢s mercados, ser competitivos por la v¨ªa de la calidad y no de los precios, realzar el valor del medio ambiente, con otras estrategias promocionales". Miquel Capell¨¤ apuesta "por reconquistar el cliente nacional" y el consejero Alomar resalta que para afrontar la recesi¨®n se han lanzado nuevas campa?as internacionales y que se promueven planes de marca y acuerdos con 2.800 de viajes agencias alemanas.
Los hoteleros ven una garant¨ªa para el ¨¦xito la actual alternativa de "una econom¨ªa especializada, que es l¨ªder". El Gobierno balear apuesta por la reforma del sector hotelero. "Es posible reducir la oferta, sin perder puestos de trabajo, mejorando la calidad, subvencionando la eliminaci¨®n de plazas en hoteles de m¨¢s 20 a?os, duplicando el tama?o de sus habitaciones", dice el consejero.
Riera, Capell¨¤ y Alomar coinciden en que no hay alternativa al actual turismo, pero lamentan que el tim¨®n del barco sea exterior: "Los operadores cambian su ¨¢rea de negocio y modifican el destino de los clientes all¨ª donde m¨¢s les interesa. Baleares domina el conocimiento del turismo de masas, pero no tiene el control de su actividad".
El empuje de los mercados alternativos
El consejero de Turismo de Baleares, Celest¨ª Alomar, atribuye la bajada del n¨²mero de turistas al frenazo del mercado alem¨¢n, porque el archipi¨¦lago creci¨® m¨¢s al ser varios a?os destino refugio de clientes germanos de Turqu¨ªa en la ¨¦poca de crisis, pero ahora aquel pa¨ªs ha recuperado su actividad y rebajado precios. Alomar a?ade la competencia directa de los nuevos mercados mediterr¨¢neos, que han aumentado 450.000 nuevas plazas de sol y playa, una oferta igual y en el mismo segmento que el balear.
En destinos cercanos del Mediterr¨¢neo, seg¨²n el profesor Antoni Riera, existe una competencia desigual para Baleares, la propia pol¨ªtica monetaria que favorece el manejo de los precios. "Turqu¨ªa devalu¨® su moneda y en pocos a?os gan¨® un 40% del mercado, que hab¨ªa perdido en beneficio de Baleares. Es un competidor directo en nuestro gran mercado alem¨¢n. Turqu¨ªa en 2001 ten¨ªa 12,3 millones de turistas y en 2002 tuvo 14,25, un 15% de salto anual".
El cliente europeo de clase media, el flujo del turismo de masas, halla destinos alternativos a las Baleares que suman segmentos de mercado importantes: T¨²nez, 5,3 millones de visitantes anuales; Marruecos, 4,23; Chipre 2,4; Malta 1,1; Croacia, 8 millones, o Bulgaria, 2,7 millones.
Riera concluye que "estos pa¨ªses emergentes no compiten para desplazar a Baleares s¨®lo en costes laborales". El hotelero Ferran Porto apunta otra causa a la crisis balear: "La gran competencia directa de Baleares es Canarias, por su gran expansi¨®n, su temporada de actividad mucho m¨¢s larga y la nueva planta existente".
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