El Bar?a le quita la pelota a la Real

A la causa madridista ayud¨® anoche el Barcelona, que descolg¨® a la Real Sociedad de la cabeza del campeonato en una actuaci¨®n de cierto m¨¦rito, tal y como est¨¢n las cosas en el Camp Nou, y que como premio le avala como aspirante a la UEFA. Los donostiarras pasaron por el estadio de forma silenciosa, sin grandeza, alejados del f¨²tbol que se les supone y que demanda la Liga en su tramo final. No tuvo frescura ni altura frente a un rival al que la mayor¨ªa de contrarios han tomado el pelo, y de ah¨ª el chasco del plantel blanquiazul. Al Bar?a le alcanz¨® media hora de ataque primoroso, manejada por Riquelme, y otra media de una gran defensa, con De Boer a la cabeza.

Abandonado por su hinchada, acomodada en casa despu¨¦s de una radiante jornada primaveral, y seriamente lastimado, tanto en la conducci¨®n como en el despliegue, el equipo azulgrana se reencontr¨® durante un buen rato con la mejor versi¨®n de Riquelme, cuyo ronroneo durmi¨® a la Real. La ausencia de Xavi ayud¨® de alguna manera al argentino a acomodarse en la cancha y a gobernar el partido con una delicadeza extrema. Pese a partir de la posici¨®n de volante zurdo, nadie discuti¨® el intervencionismo de Riquelme, expresado en su tendencia a recogerse para armar el ¨²ltimo pase, en lugar de abrirse, una maniobra que Sor¨ªn entendi¨® a la perfecci¨®n, o al menos le dobl¨® unas cuantas veces con sentido futbol¨ªstico.

Puesto que Motta y Cocu aseguraban la recuperaci¨®n de la pelota con un doble pivote, Riquelme se asom¨® por delante y por detr¨¢s, como si fuera un trescuartista, y ofreci¨® un repertorio de gestos t¨¦cnicos preciosos. Empez¨® por botar una falta que si no acab¨® en gol fue porque Westerveld se encontr¨® con la bola, servida a pedir de boca del ariete; baj¨® despu¨¦s hasta el c¨®rner derecho del gol sur para oxigenar la zona con un cambio de orientaci¨®n que quebr¨® el espinazo realista; y despu¨¦s engendr¨® dos goles como dos soles.

El tanto que abri¨® el marcador reflej¨® los par¨¢metros del partido: recuper¨® el bal¨®n De Boer, lo sirvi¨® para Riquelme, y el argentino habilit¨® con un solo toque a Saviola, cuya carrera entre los centrales Kvarme y J¨¢uregui acab¨® con un remate a la base del poste. El segundo fue m¨¢s elaborado, y habla de lo c¨®modo que estaba en el campo el Barcelona: hasta diez jugadores, todos menos el portero, tocaron el bal¨®n 23 veces en un minuto y 13 segundos, para que Kluivert acabara cabece¨¢ndolo a la red. Riquelme estuvo igualmente decisivo en la apertura para Sor¨ªn, cuyo cambio fue recogido por Overmars, asistente del ariete.

Kluivert ya est¨¢ acostumbrado a la rechifla de la hinchada, por no decir de la directiva, as¨ª que ni se inmut¨® cuando acert¨® a la de tres. Jugaban los azulgrana como les daba la gana frente a una Real inanimada, sobrepasada por el partido y el rival, incapaz no s¨®lo de elaborar sino tambi¨¦n de parar. Los blanquiazules tardaron medio partido en encontrar la pelota. A la que dieron con ella, sin embargo, se ganaron la divisoria, revolotearon bien por los flancos y el Barcelona se sinti¨® apurado. Falto de Puyol y de Luis Enrique, el Bar?a defend¨ªa con la dentadura postiza, pese a la colocaci¨®n de Frank de Boer y al inter¨¦s de V¨ªctor, un portero agresivo y despierto.

La Real se expuso al contraataque azulgrana a la que decidi¨® irse hacia el marco del reaparecido Vald¨¦s, sustituto de Bonano, en una decisi¨®n que explica la desorientaci¨®n del Camp Nou. Exigido por la presi¨®n forastera, el Barcelona defend¨ªa hasta con Kluivert y Riquelme. Abri¨® bien el campo la Real, pero en ataque est¨¢tico era mucho menos fiera que con campo por delante.

Riquelme, espl¨¦ndido en los pases interiores, emborron¨® su actuaci¨®n en una ¨²ltima acci¨®n que demandaba un remate o un toque para Saviola, que acompa?aba la jugada, y no hizo ni una cosa ni otra. Desfondado, Antic le sustituy¨® y empez¨® a sacar centrocampistas para intentar llenar la cancha y aliviar el laboro de los defensas.

La Real ten¨ªa el cuero y jugaba en feudo azulgrana, pero no encontraba posiciones de remate ni, por tanto, el gol que expresara la mejor¨ªa de su f¨²tbol, su superioridad en el entrejuego y le metiera en el partido, hasta que Nihat transform¨® un libre directo en un remate afortunado con diez minutos de encuentro por delante. Poco tiempo ante la solvencia defensiva de los azulgrana, que cerraron el partido con un blocaje de V¨ªctor Vald¨¦s a remate de Xabi Alonso.