Las denuncias por malos tratos a mujeres crecieron un 14% en la regi¨®n en 2002

El n¨²mero de mujeres que decidieron denunciar las palizas y maltratos a las que son sometidas por sus parejas o ex parejas mantuvo el a?o pasado el crecimiento galopante que viene registr¨¢ndose en la regi¨®n en los ¨²ltimos a?os. Las 5.136 denuncias presentadas en 2002 superan en un 14% a las 4.506 de 2001 y casi duplican las 2.797 presentadas en 1997. Pese a ello, los autores de un estudio de la Consejer¨ªa de Sanidad consideran que dos de cada tres mujeres soportan en silencio las agresiones en el hogar. El trabajo critica que se consideraron delito s¨®lo 999 denuncias de las 5.136 presentadas.

Aisladas, en un hogar asfixiante que anula su capacidad de decisi¨®n y la b¨²squeda de una salida, con el agresor sentado al lado y a la espera de la pr¨®xima paliza. As¨ª viven varios miles de mujeres en la regi¨®n. Nadie sabe cu¨¢ntas son, porque muchas de ellas no se sienten con fuerzas de denunciar el infierno en el que viven ni pedir ayuda.

"Lo que conocemos es s¨®lo la punta del iceberg. La violencia dom¨¦stica est¨¢ mucho m¨¢s presente en nuestra sociedad de lo que estamos dispuestos a aceptar. Pero no hay estudios que pongan cifras a la dimensi¨®n real del problema. S¨®lo tenemos indicios, y las denuncias presentadas es uno de ellos. Lo que sabemos es que cada vez son m¨¢s las mujeres que denuncian los maltratos", explica Luisa Lasheras, una de las autoras del estudio de la Consejer¨ªa de Sanidad La violencia de pareja contra la mujer: Magnitud del problema.

?Significa este aumento de denuncias que la violencia dom¨¦stica crece en la regi¨®n? "No es posible saberlo. Puede ser que la violencia sea la misma y que ahora se denuncie m¨¢s. Pero tambi¨¦n es cierto que la violencia est¨¢ cada vez m¨¢s presente en nuestra sociedad", afirma Lasheras.

Aunque la falta de denuncias hace imposible saber cu¨¢ntas mujeres son maltratadas, diversos estudios citados por los autores calculan que "s¨®lo entre el 30% y el 40% de las agredidas denuncian su caso en comisar¨ªa o acuden a los servicios sociales a pedir ayuda".

Agresiones mortales

Cuatro mujeres murieron en la regi¨®n en 2002 a manos de su pareja o ex pareja. En 2001 fueron siete y en los casi cuatro meses de este a?o el n¨²mero de muertes ha sido una. Fue el pasado 4 de marzo, cuando Manuela Penabella, de 71 a?os, recibi¨® varias pu?aladas y un fuerte golpe en la cabeza de su marido, de 73, en el hogar familiar. El homicida cogi¨® despu¨¦s un taxi y se entreg¨® en comisar¨ªa.

Antes de llegar a la agresi¨®n mortal, sin embargo, la v¨ªctima soporta a?os de maltratos. El estudio de Sanidad cita otro trabajo realizado hace tres a?os por el Defensor del Pueblo para dibujar un perfil de la mujer maltratada: 33 a?os de edad, casada en un 70% de los casos, con estudios primarios o inferiores en dos de cada tres casos, con 10 a?os de convivencia con su pareja y m¨¢s de siete de sufrir maltratos antes de pedir ayuda en una casa de acogida.

"?se es el perfil medio, pero la violencia dom¨¦stica se extiende entre todos los grupos socioecon¨®micos, con v¨ªctimas y agresores con ¨¦xito social y profesional y estudios universitarios", afirma Lasheras.

Pese a ello, el estudio afirma que "la pobreza es la ¨²nica caracter¨ªstica sociodemogr¨¢fica consistente asociada con el riesgo de violencia en la pareja". "Los hombres que viven en situaci¨®n de pobreza", contin¨²a la investigaci¨®n, "no consiguen cumplir el rol social de ¨¦xito, y el estr¨¦s resultante les lleva a desarrollar comportamientos de malos tratos contra la mujer. Esta violencia es un medio de resolver la crisis de identidad, porque permite expresar un poder que no consigue en otros ¨¢mbitos".

El origen de la violencia dom¨¦stica contra las mujeres hay que buscarlo, seg¨²n los autores del estudio, en "la desigualdad entre el hombre y la mujer que existe por el sentido patriarcal de la mujer como un objeto propiedad del hombre". "La igualdad de sexos no existe en nuestra sociedad. S¨®lo estamos dando los primeros pasos hacia ella, pero a¨²n queda mucho trabajo por hacer", afirma Lasheras.

?sta destaca el papel clave que debe tener la sanidad p¨²blica en la "detecci¨®n y atenci¨®n de los casos de maltrato". "Demasiadas veces la mujer agredida sigue escondiendo el origen de sus heridas. En ocasiones, porque el agresor la acompa?a en la consulta, pero muchas veces la capacidad de decisi¨®n de pedir ayuda de la mujer est¨¢ tan anulada que ella misma se inventa una supuesta ca¨ªda".

El estudio recoge otro hecho escalofriante: los maltratos aumentan cuando la mujer se queda embarazada. "El embarazo es un factor desencadenante de la violencia", concluye el trabajo. "El embarazo supone un cambio en la relaci¨®n de la pareja, y esto puede no ser aceptado por el hombre", concluye Lasheras.