Contramanifestaci¨®n
Llamaron "rojo" a Caldera: esos eran los mil manifestantes contra Castro, y por Aznar, por Estados Unidos. Una contramanifestaci¨®n. Eran pocos y duros. Pero ?qu¨¦ hac¨ªa all¨ª Caldera? Est¨¢ contra los cr¨ªmenes en La Habana, llamados fusilamientos; pero ?debe sumarse al Gobierno para rescatar una derecha que se le est¨¢ aguando? Qu¨¦ locura. Palabra ben¨¦vola: no es locura sino estupidez, inter¨¦s disfrazado de lenguaje; y la de los ministeriales es tan grave que contagia a la oposici¨®n. El Gobierno se traga el sapo de la guerra y manda un general y tres funcionarios anglohablantes a la ocupaci¨®n de Irak, y cuatrocientos soldados para guardar el orden: meten su derecha en la extrema derecha, mientras balbucea la ministra de Exteriores, por la dificultad mental entre lo que debe decir y la realidad.
Los cubanos en el exilio se nutren de una raz¨®n y una pasi¨®n, no hist¨®rica pero s¨ª personal. Arden: tienen la vehemencia que les ha prestado Washington y la peque?a patria de Miami. Los maneja all¨ª el Partido Republicano; aqu¨ª, el Popular. Se les ha hecho extrema derecha, si no lo fueron antes: querr¨ªan que se entrara en Cuba como en Irak. Esta manipulaci¨®n sale de un dolor y de una clase, como la manipulaci¨®n gubernamental de las v¨ªctimas del terrorismo vasco las lleva a su campo: hacia lo que viene pasando desde que son un partido ¨²nico (y tampoco querr¨ªa yo un r¨¦gimen turnante). All¨ª estaban entre el millar de designados y explotados, pero no fueron a las manifestaciones contra la guerra, y reprocharon a quienes iban a ellas que no las abandonaran por su tema. Ni creen que manifestarse por Cuba es hacerlo contra su interminable bloqueo ?Cu¨¢ntas veces la izquierda se ha manifestado, cu¨¢ntas veces se han pintado las manos de blanco y han ense?ado la inocencia del asesinado, cu¨¢ntas han llenado las plazas de Espa?a contra un crimen reci¨¦n cometido, y contra todos los que le han precedido? Si ¨¦stos esperan que vaya la Legi¨®n y lo marines, no lo van a conseguir.
Ya hubo manos libres a polic¨ªas y guardias civiles con los socialistas: y a¨²n est¨¢n presos por delincuentes. Hay muchas maneras de estar contra el terrorismo que no son las de los aznar¨ªes ni las de los filipinos. Las hay de manifestarse contra el bloqueo de Cuba. Las tres bases de estos d¨ªas, terrorismo, Irak y Cuba, est¨¢n desvirtuadas; lo que es l¨®gico y humano -que no fusilen, que no maten a un oponente, que no destrocen un pa¨ªs- quieren acapararlo estos extremistas para s¨ª; y te?irse de extrema derecha, y dejan la conciencia para la izquierda, como es su tradici¨®n y su raz¨®n de ser. Y llamar "rojo" y "comunista" a Caldera es fascismo. ?se, no.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.