?Sabrosos!
Estos fakires no son de los que se sientan sobre camas de clavos, tragan fuego o realizan proezas a¨²n m¨¢s inveros¨ªmiles, aunque tambi¨¦n ellos sorprendan con sus poderes. Lo hacen todo f¨¢cil, con tal sencillez y naturalidad que parece que tocar m¨²sica tradicional cubana est¨¢ al alcance de casi todos.
Con su sombrero de mimbre, escasa estatura y una extrema delgadez que provoca la impresi¨®n de que se va a descoyuntar en cualquier paso de baile, Cascarita es la figura carism¨¢tica. El septuagenario y p¨ªcaro cantante tiene una voz milagrosa: cuando arrastra las notas hacia los agudos recuerda al gran Beny. Tampoco se qued¨® corto Felo Vald¨¦s con su Mata siguaraya. Y c¨®mo se empatan, de qu¨¦ manera, las voces de ambos en un bolero como A mi manera.
Los Fakires
Mart¨ªn Ch¨¢vez Cascarita (voz y g¨¹iro), Jos¨¦ Remi¨¦ (guitarra), Gilberto Abreu (bong¨®), Rafael Vald¨¦s (maracas) y ?ngel Blanco (saxof¨®n). Galileo Galilei. Madrid, 28 de abril.
Palabras mayores
Los Fakires son palabras mayores, caballero. Y eso que llegaban lastrados por la ausencia de su fundador, Jos¨¦ Bringues, al que la salud le est¨¢ jugando una mala pasada. Su sustituto, saxo alto colgado del cuello y atril con partituras siempre a la vista, solvent¨® la papeleta con decoro.
La industria y los medios ya no respiran Cuba. La proliferaci¨®n de productos de dudosa calidad e intenciones sospechosas ha contaminado la percepci¨®n que se tiene de su m¨²sica tradicional y ha tra¨ªdo la deserci¨®n de los aficionados salvo en el caso de un referente popular como Compay Segundo o de un Ibrahim Ferrer bendecido por Buena Vista Social Club.
Son de Santa Clara, en el centro de la isla, lugar que forma parte de la leyenda del Che. Supervivientes de una orquesta de los a?os sesenta que qued¨® reducida, en 1987, a este quinteto ¨²nico por usar el saxo en vez de la trompeta. Tocaron El reloj de Pastora, Suavecito o su cl¨¢sico Guitarra, tabaco y ron. Guarachas, sones, chachach¨¢s... melosos y vibrantes de los a?os cuarenta y cincuenta, de los que se ha nutrido, por ejemplo, la Orchestra Baobab. N¨²meros en los que Los Fakires se muestran deliciosamente arrebatadores.
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