M¨¦dicos espa?oles operan en Bagdad
"No faltan medicinas, el gran problema es que todo el material est¨¢ viejo, desde las camas al quir¨®fano", dice el doctor Fonseca
Los heridos de guerra siguen llegando a los hospitales de Bagdad. No s¨®lo por acciones como la que ayer cost¨® la vida a 13 manifestantes en Faluja, 50 kil¨®metros al oeste de la capital iraqu¨ª, sino tambi¨¦n por incidentes aislados. Al¨ª Sam, de 23 a?os, es un campesino que estaba trabajando en su tierra, en las afueras de la capital, retirando basura. La explosi¨®n de "algo parecido a una lata", seg¨²n explic¨® a los m¨¦dicos del hospital Al Jraj, le destroz¨® la mano. La semana pasada fue operado en un envejecido quir¨®fano por Fernando Fonseca, un cirujano ortop¨¦dico y reconstructivo de Girona que ha pasado dos semanas en Bagdad como voluntario de M¨¦dicos del Mundo (MDM).
Mustaf¨¢ seguramente fue v¨ªctima de una bomba de fragmentaci¨®n. Saad, de 16 a?os, grita tumbado en una camilla en el pasillo junto al quir¨®fano. Result¨® herido por una estupidez bastante com¨²n en un pa¨ªs donde circulan ocho millones de armas: alguien tuvo la brillante idea de lanzar un cargador de Kal¨¢shnikov al fuego y las balas salieron en todos los sentidos. El equipo de MDM est¨¢ formado por Fonseca, de 56 a?os, y el anestesista sevillano Juan Moyano, de 50 a?os. Van todos los d¨ªas al hospital Al Jraj, vigilado permanentemente por un carro de combate estadounidense, y se coordinan con el doctor Farik al Ani, el jefe del departamento de ortopedia, que habla un espa?ol m¨¢s que correcto que aprendi¨® en Cuba.
"Nos ocupamos de los pacientes que ellos no pueden tratar porque son heridas demasiado complicadas", asegura Fonseca, que desde los a?os noventa dedica dos meses al a?o a trabajar como voluntario y que es un gran especialista en la recomposici¨®n de manos. Dice que en los hospitales de Bagdad no faltan medicinas, el gran problema es el material: todo est¨¢ envejecido, desde las camas hasta la mesa del quir¨®fano, que se cae a trozos. El embargo decretado por la invasi¨®n de Kuwait en 1990 permiti¨®, a partir de diciembre de 1996, la llegada de medicinas gracias al Programa Petr¨®leo por Alimentos de la ONU, pero no ha habido ning¨²n tipo de renovaci¨®n. Los m¨¦dicos son buenos, aunque les falta formaci¨®n en las ¨²ltimas t¨¦cnicas.
Las salas del Al Jraj resumen la guerra y el empobrecimiento de un pa¨ªs que en los setenta ten¨ªa el mismo ¨ªndice de mortalidad infantil que Espa?a (siete de cada mil) y que ahora lo ha triplicado (21 de cada mil). Moyano y Fonseca, que trabajan juntos desde hace casi 10 a?os, estuvieron operando durante siete horas a Nawj, una ni?a de nueve a?os que dibuja tumbada en su cama, junto a su madre. Un misil cay¨® en su casa el 7 de abril y le arranc¨® el brazo derecho, que qued¨® colgando. Han conseguido recompon¨¦rselo utilizando injertos, aunque no podr¨¢ moverlo.
"Lo que m¨¢s nos ha sorprendido de esta guerra es que los pacientes tienen heridas muy salvajes, como las de Nawj, pero muy limpias. La ni?a no tiene restos de metralla en el resto del cuerpo, ni quemaduras, como ocurr¨ªa siempre en Bosnia, pero los efectos sobre su brazo han sido devastadores", se?ala Moyano. Sus intervenciones est¨¢n destinadas a evitar las amputaciones.
Mustaf¨¢, de seis a?os, es un caso parecido: tambi¨¦n estaba en su casa el 6 de abril cuando fue alcanzado por un proyectil, que le destroz¨® el f¨¦mur y perdi¨® 10 cent¨ªmetros de arteria. Tambi¨¦n tuvieron que hacerle un injerto. Ayer ten¨ªa 38 de fiebre, aunque sonre¨ªa y dec¨ªa que quer¨ªa volver al colegio. Noor, de nueve a?os, comparte sus peluches con Nawj. Fue alcanzada por una bala perdida cuando jugaba cerca de su casa, durante los saqueos, el 19 de abril. En la misma sala hay otra mujer de 36 a?os que perdi¨® una pierna alcanzada por una bomba cuando caminaba por la calle con sus dos hijos, que tambi¨¦n resultaron heridos. Todos los pacientes del hospital, de 170 camas, tienen una historia parecida.
"Estuvimos trabajando casi 24 horas al d¨ªa, viviendo en el hospital, durante una semana, entre el 4 y el 11 de abril", relata el doctor Al Ani. Como todos los m¨¦dicos, de hecho como todos los funcionarios que representan el 60% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, lleva un mes sin cobrar. "No nos faltan medicinas, pero necesitamos trabajar en unas condiciones mejores. La mesa de operaciones tiene 20 a?os, la luz del quir¨®fano es horrible, no tenemos libros", se?ala. Otro m¨¦dico, Mohamed al Falaji, un simp¨¢tico cirujano de 40 a?os que habla perfectamente ingl¨¦s y adora al Real Madrid, agrega: "No hemos recibido ninguna asistencia por parte de los americanos. Est¨¢n en la puerta, vigilando, pero no ha venido nadie a preguntar si necesitamos algo. Han llenado nuestro pa¨ªs de bombas y ahora nos dejan con este caos".
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