EE UU retira sus tropas de Arabia Saud¨ª tras una presencia de m¨¢s de 20 a?os
La base Pr¨ªncipe Sult¨¢n fue el epicentro de la fuerza militar estadounidense en Oriente Pr¨®ximo
Donald Rumsfeld formaliz¨® ayer con las autoridades saud¨ªes la retirada estadounidense de la base a¨¦rea Pr¨ªncipe Sult¨¢n, que durante m¨¢s de 10 a?os fue el epicentro de la fuerza militar de EE UU en Oriente Pr¨®ximo. El jefe del Pent¨¢gono se reuni¨® en Riad con el ministro de Defensa de Arabia Saud¨ª, pr¨ªncipe Saud al Faisal, para ultimar los detalles de la reducci¨®n de efectivos norteamericanos en el pa¨ªs. Los aviones y sistemas de seguimiento instalados en la base se trasladar¨¢n en los pr¨®ximos meses a Al Udeid, en Qatar, el emirato desde el que el general Tommy Franks dirigi¨® la invasi¨®n de Irak.
El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, afirm¨® que el hecho de abandonar la gran base saud¨ª no significaba un enfriamiento de las relaciones entre ambos pa¨ªses, ni el fin de la presencia militar de Estados Unidos. En realidad, la retirada se produc¨ªa a petici¨®n del Gobierno de Riad. Ya en enero de 2002, Andrew Card, jefe de gabinete del presidente George W. Bush, anunci¨® que Arabia Saud¨ª hab¨ªa solicitado a la Casa Blanca que redujera todo lo posible el n¨²mero de aviones y soldados en su territorio.
El jefe de gabinete se?al¨® que Bush hab¨ªa respondido positivamente a la petici¨®n. "Creo que la medida favorecer¨¢ las buenas relaciones a largo plazo entre ambos pa¨ªses", dijo Card en aquel momento.
Custodia de La Meca
Las bases militares de EE UU resultaban muy inc¨®modas para la monarqu¨ªa saud¨ª, estrictamente religiosa y con una legitimidad directamente vinculada a la custodia de La Meca, el lugar m¨¢s sagrado para los musulmanes. La presencia de los soldados norteamericanos infieles soliviantaba a los sectores m¨¢s ultraconservadores del pa¨ªs y foment¨® un amplio sentimiento antiestadounidense.
Osama bin Laden, saud¨ª hasta que se le retir¨® la nacionalidad, utiliz¨® el rechazo a las bases como una de las banderas de enganche de Al Qaeda. Un recurso que gener¨® el eco esperado entre los s¨²bditos del reino: 15 de los 19 secuestradores a¨¦reos del 11-S eran de nacionalidad saud¨ª.
Las bases empezaron a instalarse en los a?os ochenta y se consolidaron a partir de 1990, cuando Irak invadi¨® Kuwait y Riad pidi¨® auxilio urgente a Washington para evitar que Sadam Husein ocupara tambi¨¦n los yacimientos petrol¨ªferos saud¨ªes. La base Pr¨ªncipe Sult¨¢n alberg¨® durante una d¨¦cada los casi 130 aviones que patrullaban la zona de exclusi¨®n establecida por Washington y Londres en el espacio a¨¦reo del sur de Irak tras la guerra de 1991. Suprimidas ya las patrullas, varios de esos aviones han sido reenviados a Estados Unidos, y el resto se desplazar¨¢ a Qatar dentro de este mismo a?o.
En v¨ªsperas de la reci¨¦n concluida invasi¨®n de Irak, Arabia Saud¨ª prohibi¨® que los aviones estadounidenses estacionados en su territorio fueran utilizados para bombardear el pa¨ªs vecino. La medida, encaminada a apaciguar a su poblaci¨®n, encubr¨ªa, sin embargo, una profunda cooperaci¨®n militar con Washington: la base Pr¨ªncipe Sult¨¢n fue dotada de extraordinarios medios tecnol¨®gicos y se convirti¨® en el Centro Combinado de Operaciones A¨¦reas para toda la zona. Todos los bombardeos sobre Irak fueron coordinados desde la base Pr¨ªncipe Sult¨¢n, aunque partieran de Kuwait u otros emiratos.
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