A la espera de un sueldo que no llega
Los funcionarios iraqu¨ªes conf¨ªan en que EE UU les pague pronto 20 d¨®lares como salario de emergencia
El jard¨ªn del Ministerio de Sanidad en Bagdad est¨¢ lleno de papeles que caen desde las ventanas. Ayer era d¨ªa de limpieza y de paga; pero los sueldos prometidos por el administrador estadounidense para Irak, Jay Garner, no llegaron. En la puerta del ministerio, decenas de funcionarios charlaban en corrillos. Dentro, los encargados de la ventanilla de informaci¨®n trabajaban normalmente. Al Centro de Comunicaciones de la capital tambi¨¦n hab¨ªan acudido los funcionarios, igual que al Ministerio de Cultura, completamente destrozado.
El ambiente parece sacado de una imagen de la Gran Depresi¨®n: mujeres y hombres pasan horas y horas hablando del dinero esperado ante la puerta de sus centros de trabajo y verificando una y otra vez que su nombre est¨¢ en la lista apropiada para cobrar.
"Nos dijeron que iban a venir hoy a pagar, pero no ha aparecido nadie por aqu¨ª"
En Bagdad, el comercio vuelve poco a poco a la normalidad y las zonas con mayor concentraci¨®n de tiendas, como Karrada o Arrasat, empiezan a recuperar el ambiente anterior a la guerra. Uno de cada dos establecimientos ha reabierto.
Sin ninguna autoridad de tr¨¢fico (ni de otro tipo), los atascos son eternos. No hay desabastecimiento. Incluso la l¨ªnea de ferrocarril que une la capital con el puerto de Um Qasr, en el sur del pa¨ªs, fue ayer reabierta. Pero los habitantes de la ciudad hablan ante todo de dos cosas: seguridad y salarios. Incidentes como el de Faluga, donde en dos d¨ªas han muerto 15 personas, no ayudan precisamente a recuperar la confianza en los ocupantes. La falta de dinero tampoco.
El pasado mi¨¦rcoles, tras una reuni¨®n con 60 representantes de la sociedad civil iraqu¨ª, Garner prometi¨® el pago de los salarios correspondientes a una semana para los funcionarios, que representan el 60% de la poblaci¨®n activa del pa¨ªs. "Estoy seguro de que vamos a cobrar", asegura Abbas Adab, responsable de contabilidad del Ministerio de Sanidad. "Es algo seguro, aunque a lo mejor se retrasan un poco. Hemos elaborado listas, hemos hablado con los estadounidenses; pero todav¨ªa hay problemas con el sistema bancario", agrega Adab, que ha acudido a su puesto de trabajo con traje y corbata.
El sistema pactado es el siguiente: los antiguos responsables del centro elaboran listas de los trabajadores (3.200 en el caso del Ministerio de Sanidad) y, como pago de urgencia, cada asalariado recibir¨¢ 20 d¨®lares. "Necesito el dinero. Llevo viniendo muchos d¨ªas aqu¨ª y esperaba cobrar", dice una mujer que prefiere no ser identificada. R¨¢pidamente se forma un corrillo: otro dice que el sueldo prometido no da para nada y un tercero interviene para decir que no es justo que todos cobren lo mismo.
En el Centro de Comunicaciones, los trabajadores van llegando desde primera hora de la ma?ana y esperan dentro del edificio, que ha sido limpiado a lo largo de la semana. All¨ª tambi¨¦n han elaborado listas, que han entregado a los estadounidenses. Mowaffak al Ani es el responsable: "Nos dijeron que iban a venir hoy a pagar, pero no ha aparecido nadie por aqu¨ª". Antes de la guerra, Al Ani cobraba 125 d¨®lares. Ahora espera al contable del centro, que es quien se ha ocupado de las famosas listas, para recibir 20.
En Cultura ni siquiera se hab¨ªan enterado de que ayer, en teor¨ªa, era el d¨ªa de paga. En este caso, su edificio fue arrasado durante los saqueos y est¨¢ quemado, con el patio central lleno de cristales rotos ennegrecidos por el humo.
En el hospital bagdad¨ª de Al Jraj s¨ª han recibido los salarios. Reunidos en una sala, un grupo de m¨¦dicos lleva un buen rato discutiendo sobre el tema. El doctor Ahmed Alnasiry, un cirujano maxilofacial que estudi¨® en Irlanda, explica la situaci¨®n: "Hay tres tipos de salarios. Nosotros hemos recibido una ayuda especial para este centro proveniente de los Emiratos ?rabes Unidos. En mi caso, 175 d¨®lares. Luego est¨¢ el salario de emergencia de los estadounidenses, que todav¨ªa no hemos visto, y, por ¨²ltimo, la paga normal, que no cobramos desde febrero".
Otro m¨¦dico que acaba de llegar del quir¨®fano le interrumpe: "Con 20 d¨®lares, si alg¨²n d¨ªa nos los pagan, podemos alimentar a nuestras familias durante unos d¨ªas. Es una miseria, una limosna".
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