Peligro
No s¨¦ si ya habr¨¢ salido de Asia Cristina Escudero, de Cartaya, Huelva, estudiante en Pek¨ªn, que hace diez d¨ªas, en este peri¨®dico, le explicaba a Luc¨ªa Vallellano su miedo a la neumon¨ªa at¨ªpica. Siento gran simpat¨ªa por Cristina Escudero, como la siento por todos los que dejan su casa y amplian los l¨ªmites de su vida y su mundo, y aprenden una lengua distinta a la suya: cada nuevo idioma nos da una nueva visi¨®n de las cosas, nos duplica. Pero por aqu¨ª perdura una provinciana resistencia a emigrar si no es por obligaci¨®n ineludible: por destierro econ¨®mico o pol¨ªtico. Deber¨ªa figurar en los planes de estudio pasar un par de a?os lejos del pa¨ªs, como esos j¨®venes mormones americanos que tienen la obligaci¨®n de predicar un par de a?os en misiones remotas.
Cristina Escudero, especialista en traducci¨®n jur¨ªdica, aprende chino, lengua complicada, seg¨²n cuenta por tel¨¦fono. Leyendo su conversaci¨®n con Luc¨ªa Vallellano, yo me acordaba de un amigo, profesor de literatura espa?ola, que acab¨® en China, desde Granada. Tambi¨¦n a ¨¦l le parec¨ªa complicado aquel mundo, donde, a su juicio, no exist¨ªan las relaciones amorosas, ni distintas tendencias art¨ªsticas. Todo el arte era igual, desde siempre. En aquel pa¨ªs raro la gente encontraba rar¨ªsimo a mi amigo: se admiraban de que pudiera discutir con sus padres, con cualquier autoridad. Les parec¨ªa incre¨ªble que hubiera elegido carrera y destino al margen de la familia. Era en 1988. Los novios ricos de Pek¨ªn celebraban en el McDonald la boda decidida por sus mayores. Las hamburguesas eran un mito. Disentir del Gobierno se consideraba una barbaridad, como disentir de tu padre (es lo que sienten aqu¨ª algunos jerarcas: modelo chino de vida).
Me figuro que China habr¨¢ cambiado much¨ªsimo en una docena de a?os, pero Cristina Escudero se enfrenta a una situaci¨®n extraordinariamente m¨¢s rara que la que encontr¨® mi amigo: el S¨ªndrome Respiratorio Agudo y Grave. En Pek¨ªn se vive con mascarilla y guantes, y uno se lava continuamente las manos, y los funcionarios desinfectadores van dejando un olor a lej¨ªa y amoniaco (un olor ¨¢spero, dice Cristina Escudero). Te encierras en tu cuarto y no sales a la calle, porque alguien te puede infectar con s¨®lo hablarte o toserte, en China. Es parad¨®jico: estar encerrado en un mundo cada d¨ªa m¨¢s abierto, m¨¢s ¨²nico, universal y mezclado como un aeropuerto infinito. La traductora Cristina Escudero hab¨ªa tomado la decisi¨®n de volver a Huelva, y espero que haya cumplido su deseo. Yo, que comparto su vocaci¨®n de explorar idiomas y pa¨ªses extra?os, la entiendo perfectamente.
Lo que temo es que, a pesar de personas como Cristina, el miedo al exterior descubra un pretexto m¨¢s. La Guardia Civil detuvo el viernes, en Tarifa, a cinco asi¨¢ticos clandestinos, a quienes, como es l¨®gico, examinaron los m¨¦dicos por si tra¨ªan la neumon¨ªa. ?Es posible que un virus a¨²n mal conocido renueve y refuerce el bien conocido recelo hacia todo lo que viene de lejos, e incluso lo justifique cient¨ªficamente? Los partidarios de la bunkerizaci¨®n de las fronteras podr¨¢n ampararse en criterios de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Y, al mismo tiempo, Pek¨ªn, en alerta m¨¢xima, seguir¨¢ estando a un paso de Cartaya y Tarifa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.