Cartas al Director, una diana disputada
Los periodistas sabemos que la secci¨®n de Cartas al Director es una de las m¨¢s le¨ªdas de los diarios en todo el mundo. Hasta bien entrado el siglo pasado los peri¨®dicos brit¨¢nicos las publicaban en primera p¨¢gina, como ya explic¨® en su d¨ªa mi antecesora y primera Defensora del Lector, Soledad Gallego-D¨ªaz. En EL PA?S podemos dar buena fe de ello. Algunos estudios de mercado nos han demostrado que tienen un alto ¨ªndice de lectura. Sin embargo, su espacio es m¨¢s bien peque?o y adem¨¢s compite todos los d¨ªas con las dos tribunas de Opini¨®n -seg¨²n su tama?o, entran m¨¢s o menos cartas- y los domingos, con una tribuna y la columna de esta Defensora. Y, como ya dec¨ªa Gallego-D¨ªaz, cuanto m¨¢s larga es esta columna menos espacio tienen ustedes... Casi diez a?os despu¨¦s, tengo que asumirlo sin cambiar una coma. Lo siento.
Todo esto viene a cuento porque numerosos lectores est¨¢n interesad¨ªsimos en que explique los criterios de selecci¨®n de las cartas al director, los entresijos de la secci¨®n, o el porqu¨¦ del escas¨ªsimo espacio que les corresponde a ellos, los lectores. Algunos, incluso, se confiesan un tanto frustrados o desesperados porque, pese a reiterados intentos, no han conseguido dar en la diana y ver una carta publicada.
Entre los primeros est¨¢ Manuel Pascua Mej¨ªa, de Valencia, quien aduce que, cuando los responsables de Cartas al Director las eligen realizan una labor paralela a la de otros jefes de secci¨®n al escoger o desechar noticias, "solamente quiero saber cu¨¢les son esos criterios o baremos, porque alguno tendr¨¢n, para acomodarme a ellos (...) A veces pienso que la secci¨®n es una isla aut¨®noma, arbitraria y poco democr¨¢tica". Entre los segundos, Agust¨ªn Olivera Mart¨ªn, de Madrid, que reconoce haber enviado m¨¢s de 3.000 cartas. "Si es, como creo, una de las secciones m¨¢s le¨ªdas, ?por qu¨¦ le dedican tan poco espacio?, ?no es un crimen que tantas cartas acaben en la papelera? Los que como yo tenemos la funesta man¨ªa de escribir, quedamos "tocados" con las no publicadas. (...) Me quejo, s¨ª, de enviar cartas que deber¨ªan tener un sitio en 'mi' secci¨®n predilecta, ocupada con frecuencia por nombres conocidos que tienen su espacio garantizado en otras secciones: Savater, Javier Mar¨ªas...". Otra lectora, Olga Matasanz Escribano, incide en este punto y reitera la necesidad que tienen los lectores de m¨¢s espacio f¨ªsico, "ya que no es posible en tan poco dar rienda suelta a la maquinaria de la opini¨®n p¨²blica, que es mucha y tan defenestrada y olvidada (...). Deseo que nos teng¨¢is m¨¢s en cuenta y nos ofrezc¨¢is la oportunidad de exponer nuestros mensajes en m¨¢s p¨¢ginas".
Aumento veloz
La popularizaci¨®n del correo electr¨®nico, hace unos tres a?os, tuvo dos efectos inmediatos: la multiplicaci¨®n de las misivas de nuestros lectores y su env¨ªo masivo -m¨¢s del 95% de las cartas- por este sistema. Todos los d¨ªas llegan a EL PA?S una media de 120 cartas -cantidad que se duplica o triplica en momentos de acontecimientos destacados como la ¨²ltima guerra contra Irak o el accidente del Prestige-, que se ven sometidas a un primer filtro. De ellas, unas 15 o 20 se devuelven por improcedentes (poes¨ªas, chistes, insultos, cartas abiertas al presidente del Gobierno o diferentes pol¨ªticos, cr¨ªticas a empresas privadas o informaciones aparecidas en otros medios, etc¨¦tera). Otras, van a EPS, o a los cuadernillos auton¨®micos, por referirse a temas locales. El resultado, una media de 90 a 100 cartas, pasa a la secci¨®n de Cartas al Director y compite por su publicaci¨®n. Y se publican entre tres y siete cada d¨ªa. Por ejemplo, del 26 de abril al 2 de mayo (una semana bastante at¨ªpica por contar con una fiesta nacional, y un puente en Madrid, con alta incidencia en el correo), se han recibido un total de 367 cartas -73% varones y 27% mujeres-, y se han publicado 28. Como ver¨¢n, una diana disputada, aunque no imposible de acertar.
?Cu¨¢les son los criterios de selecci¨®n? Aparte de cumplir con los requisitos obligados, que figuran al comienzo de la secci¨®n, esencialmente el inter¨¦s general sobre temas de actualidad. El director del peri¨®dico, Jes¨²s Ceberio, matiza estos criterios: "Damos preferencia a aquellas que polemizan con el diario sobre temas de inter¨¦s general. A veces no podemos evitar que se introduzcan pol¨¦micas de car¨¢cter personal, pero el prop¨®sito b¨¢sico de esta secci¨®n es que los lectores tengan al menos una peque?a ventana para expresar puntos de vista discrepantes de los que sostiene el peri¨®dico. Es esa relaci¨®n cr¨ªtica la que nos interesa cultivar".
Ceberio, que ante todo quiere agradecer la contribuci¨®n de los lectores, "porque adem¨¢s de leer el peri¨®dico nos escriben", explica que EL PA?S tiene tres p¨¢ginas de Opini¨®n desde hace 20 a?os, y reconoce que el espacio resulta claramente insuficiente, entre otras cosas, "porque el peri¨®dico ha aumentado su difusi¨®n y su influencia en este periodo". "Pero aunque lo ampli¨¢ramos una p¨¢gina m¨¢s seguir¨ªa siendo insuficiente. Resulta imposible satisfacer el deseo de todos los que nos escriben, tendr¨ªamos que hacer un peri¨®dico paralelo. Pero si no en papel, la inmensa mayor¨ªa de cartas se difunde a trav¨¦s de la edici¨®n en Internet (EL PAIS.es), que sigue siendo un espacio abierto".
Ni poes¨ªas ni chistes
Ciertamente, y pese a que el espacio se ampl¨ªa tambi¨¦n con las cartas que publica EPS todas las semanas, y las locales de los cuadernillos de Madrid, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco, Andaluc¨ªa y Valencia, es de temer que nunca habr¨ªa suficiente. Porque existen lectores que consideran que Cartas al Director es una secci¨®n de colaboraciones. Y no puede serlo. Hay quien escribe todos los d¨ªas -a veces, m¨¢s de una carta-, y quien tiene un ritmo semanal o mensual. No es lo habitual, pero los primeros superan la decena. Sin ir m¨¢s lejos, entre tres lectores "asiduos", de Madrid y Valencia, han escrito la pasada semana un total de 28 cartas.
?Cu¨¢les son los contenidos m¨¢s frecuentes? Sin duda, los temas relacionados con racismo, inmigraci¨®n, educaci¨®n, sanidad (listas de espera, maltrato en los hospitales), quejas sobre el funcionamiento de la Administraci¨®n (obras p¨²blicas y transportes: Renfe o Iberia), problemas ecol¨®gicos, cr¨ªticas al Gobierno, quejas sobre la programaci¨®n basura de televisi¨®n, y sobre publicidad ofensiva en televisi¨®n y carteles. Y por supuesto, sobre temas de actualidad de pol¨ªtica internacional. Curiosamente, son casi inexistentes las cartas sobre deportes.
Hay cartas muy buenas, bien escritas, con capacidad de s¨ªntesis, pol¨¦micas, ingeniosas, dicen los responsables de la secci¨®n, quienes tienen que fijarse, porque hay lectores "que le tienen cogido el punto" y pueden repetirse sin ellos advertirlo.
Algunas cartas pasan directamente a la Redacci¨®n del peri¨®dico, por considerarse su contenido de inter¨¦s informativo. Otras son origen de fe de errores, que se publican al d¨ªa siguiente, ya que se trata de r¨¢pidas correcciones hechas por los lectores. Y hay otras muchas que se devuelven por exceder del espacio exigido en los requisitos, lo que cuestionan algunos lectores, como Albert Roca. "Continuamente publican cartas que exceden -algunas con mucho- las 30 l¨ªneas mecanografiadas, y en cambio dejan de publicar otras -dos m¨ªas esta semana- que cumplen con lo estipulado". Extremo ¨¦ste que, como bien pueden comprobar los lectores, no es habitual, aunque excepcionalmente puede colarse alguna pasada de l¨ªneas.
Haro Tecglen, que se confiesa puntual lector de las cartas de este peri¨®dico, dice que "suelen ser cultas y con opiniones generalmente educadas". Muy cierto, aunque excepciones haylas. Algunos lectores insultan o las llenan de palabrotas y contenidos anticonstitucionales. Pero tambi¨¦n est¨¢n los que escriben poes¨ªas (todas las semanas se devuelve una docena), chistes-vi?eta, relatos breves o art¨ªculos de opini¨®n. Pero ¨¦stas no llegan a verlas ustedes.
Algunos lectores solicitan una especie de "gu¨ªa" de lo que no hay que hacer para que su carta llegue a buen puerto. Creo que de lo anteriormente escrito se desprende bastante claro, pero, a modo de ep¨ªlogo, les recuerdo algunos extremos esenciales: sean breves, directos, y escojan temas de actualidad e inter¨¦s general. Nada de poes¨ªas, chistes o art¨ªculos de opini¨®n -confiando en que cuelen-. Si, adem¨¢s, est¨¢n bien escritas y son ocurrentes, miel sobre hojuelas.
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensora@elpais.es) o telefonearle al n¨²mero 91 3377 836.
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