Javier Viar reclama "m¨¢s esfuerzo econ¨®mico" para el Bellas Artes de Bilbao
Un a?o despu¨¦s de tomar posesi¨®n del cargo de director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar trabaja en la reordenaci¨®n de la colecci¨®n permanente. Su predecesor, Miguel Zugaza, redujo el n¨²mero de obras expuestas. Viar esta decidido, en cambio, a sacar cuantas pueda a la luz. "Hay demasiadas obras maestras en los almacenes", dice.
Pregunta. ?A qu¨¦ renuncia un aficionado cuando se hace cargo de la direcci¨®n de un museo?
Respuesta. Todo lo que es el trabajo ¨ªntimo y reflexivo, en mi caso, escribir poes¨ªa, relatos o sobre arte, queda anulado. Por otra parte, tienes que dejar tu subjetividad m¨¢s rabiosa. En tu vida civil puedes tener una visi¨®n m¨¢s radical porque dejas intervenir a tus gustos. Como director, te obligas a ser m¨¢s objetivo, a contemplar el arte con una distancia acad¨¦mica, para que tu criterio abarque m¨¢s territorios.
"El fondo de compras tendr¨ªa que duplicarse para seguir el discurso de la colecci¨®n"
"Tenemos que sistematizar el conocimiento de los artistas vascos"
P. ?Qu¨¦ papel debe jugar el Museo de Bellas Artes de Bilbao en un contexto cultural que ha cambiado tanto con la apertura de nuevos museos?
R. Es algo en lo que pienso constantemente, pero no he llegado a conclusiones definitivas. Han aparecido el Guggenheim, el Artium y Chillida-Leku. Por una parte, nos solapamos en algunos aspectos con el Guggenheim y el Artium. Pero no soy partidario de definiciones excluyentes, aunque pueden marcarse orientaciones preferentes. No hay que demostrar la inclinaci¨®n del museo con el arte antiguo, pero si quiz¨¢ hay que decir con m¨¢s intensidad su pertenencia a lo contempor¨¢neo.
P. ?Y debe cambiar?
R. No es un rol cualitativo el que puede cambiar, sino cuantitativo. El museo siempre ser¨¢ el mismo, el esquema sigue siendo el que hizo Losada [el primer director], porque las piedras angulares est¨¢n puestas desde entonces y se han mantenido. Los cambios han afectado al edificio, han mejorado las instalaciones, el nivel de las exposiciones, las compras. La intensidad de su oferta, de su vida en general, s¨ª ha cambiado, y tiene que cambiar m¨¢s, manteniendo su identidad, que se consolida y va haciendose m¨¢s poderosa. Lo bueno del museo es que desde sus or¨ªgenes tiene una identidad maleable, susceptible de mejorar constantemente.
P. ?Con qu¨¦ criterio aborda las exposiciones temporales?
R. El mismo que la colecci¨®n: arte contempor¨¢neo, arte antiguo y arte vasco. Creo que tenemos una responsablidad con el arte vasco; tenemos que sistematizar el conocimiento de todos los artistas vascos desde mediados del siglo XIX, ir haciendo exposiciones y catalogaciones de todos los artistas vascos interesantes. Este a?o se va a hacer la de ?ngel Larroque y, en el futuro, Anselmo Guinea y Ram¨®n Zubiaurre. Vamos a alternar grandes antol¨®gicas de estos autores con los artistas j¨®venes. Ser¨¢ una gran revisi¨®n cr¨ªtica del arte vasco; es una misi¨®n clara de este museo. Y en todos los ordenes, arte antiguo y contempor¨¢neo, nuestro inter¨¦s va a ser contextualizar las obras de nuestra colecci¨®n con exposiciones temporales, algo obvio. Hemos abierto tres ejes de trabajo: Londres, Par¨ªs e Italia. El ingl¨¦s est¨¢ m¨¢s orientado a la pintura contempor¨¢nea, el franc¨¦s a la pintura antigua y el italiano hacia ambas. Lo americano est¨¢ muy bien cubierto por el Guggenheim.
P. En su a?o de gesti¨®n el volumen de compras ha sido significativo. ?Por d¨®nde va a continuar?
R. Las primeras compras fueron compromisos ya existentes antes de que yo fuera nombrado. Por suerte eran unos compromisos perfectamente aceptables. Reforzaban la identidad del museo de llegar a lo contempor¨¢neo y tambi¨¦n ser el amparo de los artistas m¨¢s pr¨®ximos. El pensamiento que siempre ha funcionado es formar una colecci¨®n que aclare la historia nacional y la sit¨²e en el m¨¢s amplio contexto internacional. El museo tiene una obligaci¨®n de atender a la cultura pr¨®xima e incardinarla en la universal.
P. ?C¨®mo se puede valorar si la gesti¨®n es acertada?
R. El n¨²mero de visitantes es un baremo, pero no el ¨²nico. Hay una predisposici¨®n a criticar que no han aumentado los visitantes en la proporci¨®n esperada. En 1998 hubo 200.000, porque se mostraron las exposiciones El bodeg¨®n y Caravaggio, al Guggenheim vinieron cientos de miles de personas, coincidi¨® con la tregua de ETA y la gente descubri¨® los museos. El a?o pasado hubo 150.000 y calculamos que este a?o ser¨¢n unos 160.000. No me parece tan angustiante que poco a poco nos vayamos acercando a las mejores cifras. M¨¢s que obsesionarnos debemos ser sensibles a las opiniones, a las malas y a las buenas. Se oye un murmullo favorable al museo. La correcci¨®n del baremo de los visitantes es dif¨ªcil de cuantificar. Los Amigos del museo est¨¢n satisfechos con los servicios que se prestan, por ejemplo.
P. ?La remodelaci¨®n de la colecci¨®n permanente es prioritaria?
R. De una manera global s¨®lo ha afectado a las salas de arte contempor¨¢neo. S¨ª, est¨¢ pendiente una remodelaci¨®n total de la colecci¨®n permanente, que se presentar¨¢ en pocos meses.
P. ?Como ser¨¢?
R. Un criterio cronol¨®gico, de calidad y abundancia. Creo que hay demasiadas obras maestras en los s¨®tanos. Exige ponerlas m¨¢s juntas, pero no pasa nada.
P. ?Tiene algo que pedir al patronato?
R. Tengo mucha suerte porque est¨¢ muy volcado en el museo, con un inter¨¦s real por el arte. Si no existe ese entusiasmo es dif¨ªcil llevar a delante programas que est¨¢n hechos desde la pasi¨®n por el arte.
P. ?Quiz¨¢ mayor esfuerzo econ¨®mico?
R. S¨ª, este museo va a necesitar un mayor esfuerzo econ¨®mico. Ya siento lanzar este mensaje. No se trata de aumentar el gasto ordinario [cerca de 5.400.00 euros], que se trata de contener, sino que deber¨ªa aumentarse de forma paulatina el cap¨ªtulo de exposiciones, que se han encarecido mucho, y de compras.
P. ?No es suficiente con el cr¨¦dito de mil millones que disponen para las compras?
R. El fondo tendr¨ªa que duplicarse para seguir el discurso de la colecci¨®n.
P. ?Hay voluntad en el consejo?
R. Todav¨ªa no se ha planteado, pero no es una exigencia de hoy para ma?ana. Las instituciones deben pensar que el museo ha sido suficiente a la ciudad mientras ¨¦sta ha sido otra ciudad. Si ahora pretende ser otra cosa, la capital cultural del eje atl¨¢ntico, una ciudad de servicios de referencia, l¨®gicamente, el museo tiene que crecer en proporci¨®n a lo que ha cambiado Bilbao. Yo adoro el Guggenheim, en todos los aspectos. Aparte de su calidad intr¨ªnseca, es un motor econ¨®mico que ha funcionado. El Museo de Bellas Artes de Bilbao quiz¨¢ no tiene que demostrar esa capacidad, pero s¨ª servir de apoyo a ese motor extraordinario, un apoyo m¨¢s acad¨¦mico y m¨¢s imbricado en la historia del arte, del arte vasco y de la ciudad. Est¨¢n creciendo los parques, las avenidas y el ocio; es l¨®gico que crezca tambi¨¦n este museo.
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