Este lado del puente

?Hemos pasado el puente! D¨ªas duros. El 1 de mayo, agravado por la agresi¨®n de Fidalgo, con el parche del arrepentimiento del culpable (menos mal que quedan trazos de conciencia: de la de izquierda, digo, la laica, ¨¦tica, real); el "dosde" (en madrile?o, dos de mayo) que la Comunidad -Leguina- eligi¨® en honor a los chulos y frailes que nos apartaron de una Espa?a afrancesada y libre (Napole¨®n en vez de Borbones: un paso hacia adelante); y los dos d¨ªas del Papa. Y ya estamos otra vez en otros sue?os calderonianos. Digo, por la larga tirada de "Sue?a el rey que es rey..."; y el espa?ol sue?a que vive en democracia y que las elecciones son ciertas. Aunque se ilegalicen partidos y los altos tribunales concuerden. Me dicen: "T¨² no podr¨ªas escribir lo que escribes si no hubiera democracia"; muchos como yo no pueden. Sastre dice que no estrena por su pol¨ªtica -Batasuna- y le alejan m¨¢s sus declaraciones de que no es lo mismo la violencia del Che que la de los sicarios. Le han dado el Premio Max de honor, de la Sociedad de Autores; le he puesto pr¨®logo a su presentaci¨®n y empiezo diciendo que es un hombre bueno y col¨¦rico. Pero la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo dice que es "un perfecto cabr¨®n". Cada uno, su estilo. Y la televisi¨®n no retransmite el acto. No s¨®lo por ¨¦l: no vaya a ser que... Un d¨ªa habl¨¦ en la Universidad de Palermo de Alfonso Sastre y de Buero Vallejo, reci¨¦n terminada la guerra (reci¨¦n muerto Franco), y su discusi¨®n entre imposibilismo y posibilismo; me anunciaron que ir¨ªa el embajador de Espa?a en Roma, Robles Piquer, y advert¨ª que le dijeran que, si iba, yo lo contar¨ªa todo de ¨¦l y su pareja con Fraga en el Ministerio de Informaci¨®n; prefiri¨® no ir (no s¨¦ si ya eran familia, creo que s¨ª; se casaron sus hijos, y el apellido Robles Fraga ya est¨¢ en pol¨ªtica: que sea, esta vez, para bien). A veces prefieren no ir. Hace d¨ªas hubo estreno en el Centro Cultural de la Villa, y la fila tras de m¨ª, la del alcalde estaba vac¨ªa. Sin embargo, en la calle estaban los guardias, los sobresaltos del tr¨¢fico correspondientes, las esperas de la gente de bien. Pregunt¨¦ por qu¨¦ no estaba: y era que tem¨ªa que le recibieran con el "No a la guerra" y que se pusieran los actores el terrible cartel pacifista. Hay muchos sitios a los que no van, y no mandan sus c¨¢maras: donde hay actores, que son los intelectuales que mejor han continuado la tradici¨®n de transgredir las injusticias del Gobierno. Acostumbrados a decir en el escenario las palabras de un autor, cuando salen de ¨¦l pronuncian las suyas.

(Imposibilismo: Alfonso Sastre, que lo explic¨® m¨¢s que defenderlo, qued¨® fuera de juego, y en un exilio voluntario en el Pa¨ªs Vasco; Buero defend¨ªa el posibilismo y termin¨® en la derecha oportuna pero intratable).

(?El alcalde! ?Se va! Gane quien gane -?la Trini?- ?no volver¨¢ ?lvarez del Manzano!).