Un regalo envenenado
Richard Smith, director del British Medical Journal y conocido de los lectores de EL PA?S [v¨¦ase la entrevista publicada el 1 de octubre de 2002], nos advierte con iron¨ªa de la moda que se avecina: obsequiar a nuestros m¨¢s queridos pr¨®jimos con un esc¨¢ner de cuerpo entero a prop¨®sito de alg¨²n aniversario se?alado. El comentario se refiere a la intensa campa?a publicitaria para promocionar la demanda de esta modalidad de exploraci¨®n m¨¦dica que se est¨¢ llevando a cabo en Estados Unidos.
La tomograf¨ªa axial computarizada o esc¨¢ner es capaz de detectar lesiones min¨²sculas que pasan inadvertidas a la radiolog¨ªa convencional, de modo que podr¨ªa utilizarse para la detecci¨®n precoz de muchas enfermedades, como pone de relieve un estudio que acaba de publicar la revista Radiology, entre ellas distintos tipos de c¨¢ncer y tambi¨¦n otras alteraciones, como los temidos aneurismas de aorta.
La ¨²ltima moda es obsequiar a nuestros m¨¢s queridos pr¨®jimos con un esc¨¢ner de cuerpo entero
De particular inter¨¦s es la capacidad de descubrir c¨¢nceres de pulm¨®n incipientes. Dos tercios de los tumores detectados corresponden al estadio m¨¢s inicial, que, con un tratamiento adecuado, alcanzar¨ªa una supervivencia del 65% a los cinco a?os, muy superior a la que se obtiene cuando los tumores se diagnostican en periodos m¨¢s avanzados de su evoluci¨®n.
Sin embargo, el profesor Stephen Swensen, del departamento de Radiolog¨ªa de la cl¨ªnica Mayo y primer firmante del art¨ªculo, considera prematuro promover una campa?a de detecci¨®n precoz del c¨¢ncer de pulm¨®n mediante esc¨¢ner. Entre otras razones por la elevada proporci¨®n de falsos positivos, cerca del 70% en el citado estudio.
La investigaci¨®n de las lesiones sospechosas expone a los pacientes a riesgos notables. La exposici¨®n radiol¨®gica para confirmar el diagn¨®stico podr¨ªa ocasionar m¨¢s defunciones por c¨¢ncer que las que se evitar¨ªan mediante el tratamiento precoz de los verdaderos positivos. Por otra parte, la letalidad asociada a la recesi¨®n quir¨²rgica de los n¨®dulos pulmonares indeterminados, que en m¨¢s del 50% de los casos son benignos, es del orden del 4%.
Una aplicaci¨®n precipitada originar¨ªa perjuicios notables, sin olvidar el elevado coste. La prudencia que reclama Swensen se ampl¨ªa al resto de patolog¨ªas puesto que la inmensa mayor¨ªa de alteraciones detectadas por el esc¨¢ner de cuerpo entero no se confirman posteriormente. Lo m¨¢s sensato, pues, es proseguir con las investigaciones para mejorar la especificidad de las pruebas de detecci¨®n. No obstante, es de temer que proliferen las ofertas y se fomenten las expectativas de los eventuales clientes.
Uno de los motores del desarrollo de nuestra sociedad es el consumo, y las innovaciones tecnol¨®gicas surgen bajo el est¨ªmulo de los beneficios econ¨®micos que reporta su aplicaci¨®n, tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la sanidad. Aunque en este caso el consumo s¨®lo resulta ben¨¦fico para la salud si las intervenciones est¨¢n indicadas y el balance entre los potenciales efectos positivos y negativos es favorable.
Se da la circunstancia de que las estrategias de prevenci¨®n no se limitan al diagn¨®stico y tratamiento precoz de las enfermedades que ya se han iniciado. Como es harto sabido en el caso del c¨¢ncer de pulm¨®n, y tambi¨¦n en otros muchos, evitar la exposici¨®n a los cancer¨ªgenos del tabaco es la medida preventiva con mayor potencialidad. Las dificultades para llevarla a la pr¨¢ctica tienen mucho que ver con las resistencias de quienes se dedican al cultivo, elaboraci¨®n y comercializaci¨®n de la planta y sus aditivos.
De ah¨ª que cualquier medida que no suponga un enfrentamiento directo a intereses poderosos tenga m¨¢s posibilidades de aplicaci¨®n inmediata, sobre todo si a su vez comporta actividades con repercusi¨®n econ¨®mica directa, a pesar de que a medio y largo plazo las consecuencias puedan ser negativas. Esto, desde la perspectiva comunitaria o del bien com¨²n, como no hace mucho se llamaba, es manifiestamente mejorable.
Hay muchos otros ejemplos de actuaciones sanitarias que, analizadas globalmente, resultan igualmente mejorables. Uno de los factores m¨¢s determinantes de la hipertensi¨®n arterial, que a su vez es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades vasculares, es el exceso de peso. A pesar de ello, la respuesta sanitaria es el tratamiento farmacol¨®gico de la hipertensi¨®n. Con independencia de que a menudo se prescriban los medicamentos m¨¢s caros en lugar de los mejor estudiados, se trata de una medicaci¨®n de por vida que, adem¨¢s, una notable proporci¨®n de afectados incumple.
Parecer¨ªa m¨¢s l¨®gico esforzarse en actuaciones dirigidas a conseguir un peso adecuado, lo que es factible si se equilibra la energ¨ªa de los alimentos que ingerimos y la actividad f¨ªsica consumida. Este prop¨®sito queda en buena parte fuera de las posibilidades del sistema sanitario asistencial, impotente frente a los intereses que han ido apareciendo aprovechando las adaptaciones de los comportamientos humanos a las condiciones de la vida actual. Impotente y en cierta manera c¨®mplice ya que llevando a cabo intervenciones que requieren consumo de visitas, de exploraciones y de medicamentos, se contribuye al mismo tiempo al crecimiento del sistema.
La din¨¢mica de retroalimentaci¨®n positiva lleva a una situaci¨®n insostenible desde el punto de vista de los recursos disponibles, pero tambi¨¦n conduce a resultados ineficientes bajo la perspectiva estrictamente sanitaria. Para evitar el despilfarro y prevenir los efectos perniciosos sobre nuestra salud que comporta el regalo envenenado de la medicalizaci¨®n, no se me ocurre otra opci¨®n que el consumo sanitario prudente y responsable, lo que para que sea algo m¨¢s que una ingenua reivindicaci¨®n, necesita valedores competentes desde el propio sistema sanitario. Un papel que podr¨ªan desempe?ar unos servicios de salud p¨²blica comprometidos con los intereses del conjunto de la poblaci¨®n.
Andreu Segura es profesor de salud p¨²blica de la Universidad de Barcelona y coordinador del proyecto AUPA Barceloneta.
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