Atracadores piadosos

En el barrio de la Urca, a las faldas del famoso Pan de Az¨²car, desde donde se puede observar una de las vistas m¨¢s maravillosas de la ciudad de R¨ªo, un grupo de bandidos bien vestidos, ocultando sus pistolas en un malet¨ªn de ejecutivo de piel interrumpieron el martes pasado la funci¨®n religiosa de la Iglesia Evang¨¦lica, dirigida por el pastor Geraldo Curcio Filho, y comenzaron a asaltar a los fieles. Ante el temor de que adem¨¢s de robarles pudieran disparar, el pastor les pidi¨® que, por lo menos, les dejasen acabar el rito religioso. Los bandidos, muy educados, pidieron perd¨®n por interrumpir la ceremonia. Los fieles rezaban, como es costumbre en estas comunidades evang¨¦licas, con las manos levantadas al cielo. La sorpresa de los fieles fue que los bandidos se sab¨ªan de memoria oraciones y cantos. Hasta levantaban una de las manos al cielo mientras con la otra sujetaban el malet¨ªn con la pistola. Eso s¨ª, acabados los rezos les dejaron a todos limpios, llev¨¢ndose dinero, relojes, joyas, tel¨¦fonos m¨®viles y hasta la guitarra que acompa?aba a los cantos, y se fueron.