Problemas de superficie

Las vanguardias de principios del siglo XX abrieron la puerta a la experimentaci¨®n con materiales y formas nuevos. Lo que los cr¨ªticos norteamericanos llaman el "modernismo", es decir, el internacionalismo surgido tras la Segunda Guerra Mundial, fij¨® la atenci¨®n en las superficies crom¨¢ticas, en los denominados "campos de color", como forma espec¨ªfica de la pintura. Experimentar con la aplicaci¨®n del color en superficies planas de diversa materialidad es, por tanto, una labor muy caracter¨ªstica de la modernidad vanguardista que ha ocupado a los pintores, como tema, durante casi un siglo. Lo curioso es que esta actividad, aparentemente simple, no ha concluido a¨²n su andadura como lo demuestran dos exposiciones que coinciden en el tiempo en Madrid, la de Pedro Calapez (Lisboa, 1953) y la de Andoni Euba (Bilbao, 1962).

Ambos artistas utilizan un mismo soporte material, el aluminio, sobre el que aplican la pintura siguiendo t¨¦cnicas muy diferentes, lo que supone, sin embargo, acabados y apariencias visuales que no inducen a establecer comparaciones de similitud pl¨¢stica entre sus obras. A pesar de la evidencia de sus diferencias, en las obras de los dos se puede encontrar una voluntad experimentadora que parece seguir una misma direcci¨®n: la de mostrar una superficie plana sobre la que se aplica el color, desvelando los matices que ¨¦ste posee.

Calapez compone sobre la pared, como si fueran azulejos, diferentes planchas de aluminio que ha pintado individualmente con colores y t¨¦cnicas de aplicaci¨®n muy distintas pero ejecutadas con grandes brochazos de acr¨ªlico de tonalidades intensas y saturadas, destacando carnosas texturas sobre la tersa superficie del metal. Alejado de cualquier posibilidad de ilusi¨®n perspectiva, su obra afianza el car¨¢cter plano y abstracto de la pintura, mostrando sus cualidades crom¨¢ticas y su carnosidad. Se trata de unas obras que entroncan con una tradici¨®n europea que va desde el lirismo crom¨¢tico de Nicolas de Sta?l hasta el conceptualismo visibilista de Gerhard Richter. Por su parte, Andoni Euba comenz¨® pintando superficies muy tersas y monocromas, que recordaban las primeras pinturas de Donald Judd, para interesarse ahora por fantas¨ªas figurativas, al servirse de siluetas de peces. Sin embargo, estas siluetas son meras m¨¢scaras que desv¨ªan la atenci¨®n sobre el verdadero tema que es, a mi entender, el tratamiento pict¨®rico de estas superficies lisas en las que el ¨®leo parece deslizarse formando fr¨ªas y tornasoladas superficies de color sfumato que se entretejen en forma de espigas o de h¨²medas escamas superpuestas.