El Rayo se mete todav¨ªa m¨¢s en el hoyo

Antonio Iriondo, el entrenador del Rayo, ten¨ªa muy claro como ordenar sus cromos en el campo: todos atr¨¢s menos M¨ªchel, Perag¨®n y Bolo. En la banda izquierda, jugando de interior, un defensa, Dorado, y en el medio campo Pablo Sanz y Mora atentos a todo lo que se mov¨ªa menos al bal¨®n. Una estrategia favorecida por el gol en el minuto cinco, un cabezazo de Bolo que sac¨® los colores de Juanito, uno de los centrales b¨¦ticos.

En el segundo tiempo, ya con el empate en el marcador, Iriondo tuvo que desmontar su invento pieza a pieza. Entr¨® Iriney, bastante aceptable a la hora de mover la pelota en el medio; entr¨® Cembranos, uno de los mayores talentos del equipo madrile?o; y entr¨® Bolic, un delantero algo m¨¢s imaginativo y con m¨¢s recursos que el desma?ado Bolo. Y con esos mimbres, el Rayo cerc¨® la porter¨ªa de Prats a base de balones en profundidad, de centros cruzados y de buscar el rechace en la frontal, una t¨¢ctica bastante ¨²til en un campo como el de Vallecas.

El Betis, con unos horrorosos Joaqu¨ªn y Varela, rechaz¨® la idea de jugar por los costados. Empe?ado en entrar por el centro, el equipo sevillano hizo poqu¨ªsimo por ganar y mucho para que gran parte del encuentro fuera pasmosamente aburrido. El Betis busc¨® moderadamente la pelota en el primer tiempo, se encontr¨® con un gol en la frontera de los dos tiempos y desapareci¨® en el segundo.

Mientras, el conjunto vallecano se confiaba a la zurda de M¨ªchel, muy bien durante algunos minutos del primer periodo y durante algunas fases del segundo. A partir del minuto 50 todas las costuras de las pizarras de los entrenadores empezaron a soltarse por las urgencias. Y el partido mejor¨®. Al menos, fue m¨¢s entretenido. El Rayo atacaba a su manera, un poco a trompicones y el Betis se dedicaba descaradamente a defender el resultado y a buscar un contraataque. Joaqu¨ªn fue sustituido a falta de un cuarto de hora, despu¨¦s de haber completado un encuentro p¨¦simo, por el argentino Gast¨®n Casas. El ariete aprovech¨® su velocidad en un par de ocasiones mientras el Rayo, completamente decidido, se lanzaba al ataque. No le val¨ªa el empate. Cada vez est¨¢ m¨¢s solo en las profundidades de la tabla, a seis puntos de la salvaci¨®n.