Sevilla y Barcelona se neutralizan

A juzgar por el resultado, en el S¨¢nchez Pizju¨¢n ni el Sevilla ni el Barcelona se dieron por enterados del marcador de la jornada, que invitaba a cualquiera de los dos a destaparse. Optaron por neutralizarse y conformarse con tener la UEFA a la vista, que no es poco para Sevilla y bien que lo agradece tambi¨¦n para el Barcelona si se atiende a su esperp¨¦ntica temporada. Por inter¨¦s, y juego tambi¨¦n, el Sevilla mereci¨® ganar, aunque la derrota habr¨ªa sido quiz¨¢ tambi¨¦n un castigo excesivo para los azulgrana, m¨¢s que nada por el empe?o que pusieron en no perder, con Victor Vald¨¦s a la cabeza.

A ambos equipos, en cualquier caso, les falt¨® un punto de grandeza para aspirar a cotas mayores, sobre todo en el Barcelona, que en todo momento ejerci¨® de equipo menor ante un contrario que no afloj¨® y tir¨® con todo lo que pudo despu¨¦s de ponerse a salvo con una zaga espl¨¦ndida.

El Sevilla s¨®lo perdi¨® algo de vuelo con la la lesi¨®n de Reyes al cuarto de hora. Muy bien organizado, consistente y combativo, como de costumbre, el equipo de Caparr¨®s anduvo escaso de luces a la que alcanz¨® el balc¨®n del ¨¢rea, donde el Bar?a se refugi¨® como pudo para detener el partido con una falta tras otra si era menester. La ausencia de pase interior por parte andaluza alivi¨® a la zaga de los azulgrana, que tardaron un buen rato en asentarse.

La lesi¨®n de Xavi y la suplencia de Riquelme dejaron al Bar?a sin criterio en la direcci¨®n en la misma medida que el equipo perdi¨® desborde y juego de banda por la bajas de Overmars y la insistencia de Luis Enrique en recogerse, como gran delantero que siempre ha sido, en lugar de tirar hasta el bander¨ªn de c¨®rner como se pide a los extremos.

A uno y otro equipo les cost¨® consecuentemente ganarse posiciones de remate que les complicaran la vida a los porteros, aunque la pelota la manej¨® mayormente el Sevilla, m¨¢s voluntarioso, trabajado y paciente. Pese a la falta de remate y el sofocante calor, el partido tuvo siempre un buen color y ritmo, se anim¨® con relativa facilidad y oblig¨® a la hinchada a mantenerse despierta. Al Barcelona, sin embargo, le faltaba atevimiento. Parec¨ªa un equipo demasiado t¨ªmido para desarreglar a un Sevilla que no acostumbra a conceder goles. Jugaban los azulgrana al pie, incapaces de generar espacios, de combinar incluso, faltos de pegada, como si estuvieran aguardando a que el Sevilla desfalleciera por tanto esfuerzo, ante tanto sofoco. Una transici¨®n que Luis Enrique remat¨® sobre el cuerpo de Notario alert¨® al Sevilla de que el Barcelona estaba en el ajo.

La respuesta local, sin embargo, fue todav¨ªa m¨¢s demoledora, y V¨ªctor Vald¨¦s las pas¨® canutas para blindar su porter¨ªa. Gallardo supo abri¨® bien el campo por la derecha, parti¨® a Sor¨ªn muy a menudo y puso unos cuantos centros muy bonitos que certificaron la jerarqu¨ªa del Sevilla en el partido. Antic reaccion¨® r¨¢pido y meti¨® a Reiziger en el campo en detrimento de Mendieta para mejorar el control defensivo.

El Sevilla no se dio por enterado y se at¨® a la bota de Anto?ito, para insistir en en que no renunciaba a la victoria. En los momentos de mayor apuro azulgrana, Vald¨¦s estuvo especialmente atento y calm¨® la refriega, con unas cuantas intervenciones de m¨¦rito. El portero estuvo muy por encima de los delanteros, que pusieron muy poco de su parte, a excepci¨®n de Luis Enrique, siempre inconformista. No est¨¢ el equipo azulgrana para grandes cosas, as¨ª que dio por bueno un resultado que no dice ni fu ni fa, sabedor quiz¨¢ que todo el protagonismo del club estaba reservado ayer al equipo de baloncesto, ganador de la Copa de Europa.