Un Consejo de Artistas
Imag¨ªnense por un momento que en Europa existe -bajo el modelo del Consejo de Ministros de Cultura- un Consejo Europeo de los Artistas, que dispondr¨ªa de los mismos poderes que su equivalente pol¨ªtico para dirigir el destino cultural de Europa. Partamos del principio de que, como ambos organismos se re¨²nen en paralelo, se abrir¨ªa con la primera sesi¨®n de la Europa ampliada. En una de las salas de reuni¨®n estar¨ªan los 15 representantes de la pol¨ªtica cultural de los 15 pa¨ªses de la "vieja Europa" y, en otra, 15 artistas originarios de estos mismos pa¨ªses. En ambas salas, en el mismo momento, las puertas se abrir¨ªan y ver¨ªamos aparecer, uno tras otro, a los enviados de los 10 pa¨ªses "entrantes" de la nueva Europa. ?Cu¨¢l ser¨ªa entonces la diferencia?
No me voy a permitir describir lo que ocurrir¨ªa en la sala de reuni¨®n de los ministros de Cultura; despu¨¦s de todo, nunca he asistido a dicho encuentro. Pero creo saber qu¨¦ ambiente podr¨ªa haber en la sala de los artistas, ya que he participado en numerosas reuniones de este tipo. "...Ahhh", dir¨ªan en un murmullo los cineastas de la "vieja Europa" en el Consejo de los Artistas cuando la puerta se abriese y apareciese un anciano con una sonrisa amistosa y llena de sabidur¨ªa: "... ?Los polacos han enviado a Andrzej Wajda!". Y todos se levantar¨ªan y se inclinar¨ªan aplaudi¨¦ndolo, mientras que en la puerta otro hombre esperar¨ªa con respeto a que la oleada de aplausos se calmase. "Szab¨®, Istv¨¢n, de Budapest", se presentar¨ªa discreto. Pero todos se abalanzar¨ªan con las manos extendidas para darle la bienvenida y tendr¨ªa que ir de uno a otro para saludarlos. Se encontrar¨ªa con toda seguridad en un c¨ªrculo de viejos amigos. Justo despu¨¦s entrar¨ªa una mujer muy joven, pongamos que sea escritora, originaria de uno de los pa¨ªses b¨¢lticos. Y aunque casi ninguno de los presentes la haya visto jam¨¢s o siquiera haya o¨ªdo su nombre, ser¨ªa recibida con el mismo respeto, incluso con los mismos aplausos, saludada con el mismo calor y objeto de tantas preguntas y curiosidad como sus colegas m¨¢s c¨¦lebres. Y lo mismo ocurrir¨ªa con cada uno de aquellos que entraran en esta sala.
Oh, no. Lo que cuento aqu¨ª no es una ficci¨®n, ocurrir¨ªa realmente as¨ª. Lo he vivido bastantes veces como para poder decirlo. ?Por qu¨¦ cuento esto, en vez de subrayar la importancia de la historia de la civilizaci¨®n europea, defender la diversidad cultural o advertir de los peligros de la globalizaci¨®n? Pues porque no es necesario realizar estos llamamientos mientras mantengamos un respeto mutuo, mientras prestemos atenci¨®n a todo el mundo y estimemos su trabajo, mientras sigamos sintiendo curiosidad por los dem¨¢s en esta vecindad ¨²nica en su g¨¦nero que ofrece este continente que es nuestra patria, Europa.
Wim Wenders es director de cine alem¨¢n ? Le Monde / EL PA?S
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.