Chechenia no es Arabia
Chechenia vivi¨® ayer un nuevo atentado terrorista apenas dos d¨ªas despu¨¦s de otra enorme matanza perpetrada con un cami¨®n bomba. El atentado suicida llega al d¨ªa siguiente de los tres ataques tambi¨¦n suicidas perpetrados en Riad y tiene en com¨²n la traza de un v¨ªnculo isl¨¢mico. Pero ni siquiera la Administraci¨®n de Bush ha ca¨ªdo en la tentaci¨®n de meter todos estos hechos atroces en el mismo saco. La Casa Blanca, al condenar el atentado de ayer, inst¨® a Mosc¨² a buscar una "soluci¨®n pol¨ªtica" para el conflicto de Chechenia "que respete la soberan¨ªa y la integridad territorial de Rusia, detenga la violencia y acabe con las violaciones de derechos humanos". Rusia tiene un problema abierto que no podr¨¢ resolver apelando s¨®lo a la fuerza de las armas, la represi¨®n o las fintas pol¨ªticas.
Aunque todos los terrorismos son condenables, hay que diferenciar entre ellos si se quieren buscar soluciones. La reacci¨®n de la Casa Blanca, pese a su discurso antiterrorista global, es correcta. La estrecha relaci¨®n establecida por Putin entre los atentados de Chechenia y Arabia Saud¨ª es m¨¢s fruto del oportunismo que de una realidad comprobada. El conflicto de Chechenia no se arreglar¨¢ con referendos ama?ados, como el que en marzo pasado decidi¨® por m¨¢s de un 90% su permanencia en la Federaci¨®n con un estatuto de falsa autonom¨ªa, ni con una guerra frente a cuyas atrocidades Europa y EE UU han preferido mirar para otro lado.
Al Qaeda es otra cosa. Ni siquiera ofrece flanco a una posible negociaci¨®n, pues en su af¨¢n nihilista no pide nada, aunque su apoyo y popularidad en el radicalismo islamista se alimente tambi¨¦n de problemas no resueltos, como el de Chechenia o el que enfrenta a palestinos e israel¨ªes.
La lucha contra Al Qaeda s¨®lo puede terminar con la caza uno a uno de todos sus terroristas repartidos por el mundo, algo que de momento se antoja quim¨¦rico. La guerra de Afganist¨¢n sigue inacabada y aunque EE UU destruy¨® buena parte de las infraestructuras afganas de Bin Laden, dej¨® escapar a muchos de sus seguidores. El papel de Arabia Saud¨ª sigue sin estar claro. El atentado en Riad prueba que Al Qaeda cuenta con apoyos en aquel pa¨ªs, donde el acoso policial es m¨¢s bien escaso. Y el distanciamiento entre Washington y Riad no permite alentar esperanzas de que el r¨¦gimen tome las medidas necesarias contra la base. Al margen de la tirantez actual en la relaci¨®n transatl¨¢ntica, Europa ha sido hasta ahora el m¨¢s eficaz colaborador de EE UU en la persecuci¨®n policial de Al Qaeda.
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