Carlinhos Brown presenta a su 'alter ego' rumbero Carlito Marr¨®n
El m¨²sico brasile?o trae sus nuevas canciones a cuatro ciudades
Fue percusionista de Caetano Veloso, revolucion¨® el carnaval de Salvador de Bah¨ªa, anima desde hace veinte a?os el desarrollo de la comunidad pobre en la que creci¨® y acaba de triunfar en Brasil con Tribalistas, un trabajo grabado junto a Marisa Monte y Arnaldo Antunes. Carlinhos Brown y su alter ego Carlito Marr¨®n confluyen en un disco y actuaron ayer en Sevilla (Auditorio), el 21 lo har¨¢n en Madrid (La Riviera), el 22 en Barcelona (Razzmatazz) y el 29 en Murcia (Auditorio).
El t¨ªtulo suena a confesi¨®n rumbera: Carlinhos Brown es Carlito Marr¨®n. En el disco cantan Rosario y Bebel Gilberto y tocan cubanos como el percusionista Ang¨¢ y el tresero Papi Oviedo. "Lo primero que hizo Ang¨¢ al llegar fue acercarse a rezar al pie de mi santo, de mi orix¨¢, y colocar ah¨ª las piedras y hierros que lleva consigo".
Cuba y Bah¨ªa son almas gemelas. "Parec¨ªa que toc¨¢bamos juntos desde hac¨ªa siglos. La redi¨¢spora", dice Carlinhos Brown (Salvador de Bah¨ªa, 1962). La Bah¨ªa de alma africana muestra su rostro ib¨¦rico. "Antiguamente hab¨ªa orquestas que tocaban n¨²meros de P¨¦rez Prado, Machito... Funcionaban en los grandes bailes de carnaval con rumbas y marchas, pero entraron en crisis cuando las guitarras empezaron a sonar con fuerza. A¨²n me acuerdo de los modos arm¨®nicos de la m¨²sica de Glenn Miller por la orquesta de Sandoval, rey de la noche. Un acorde bien dado no se olvida, igual que una obra de arte que uno ve hermosa. Porque un acorde es la imagen de un sentido o un sentimiento", asegura. "La cultura es la emoci¨®n del encuentro de almas que ya se fueron con las que est¨¢n ahora. Un c¨®digo de celebraci¨®n".
Lo de cantar como si fuera en espa?ol lo debe a su padre. Juntos ve¨ªan pel¨ªculas mexicanas y escuchaban m¨²sica cubana. "Mi padre es incre¨ªble. Sale a la calle y canta como quiere. Inventa las palabras. La palabra es algo que se degusta, y el espa?ol es una de las lenguas m¨¢s deliciosas", dice Carlinhos Brown, que naci¨® en un barrio pobre y se ganaba unas monedas vendiendo peri¨®dicos o helados por la calle. "No me averg¨¹enzo de mis or¨ªgenes. La curiosidad que he tenido siempre me ha alimentado y me ha permitido mejorar".
No es cierta la teor¨ªa de que su nombre art¨ªstico lo tom¨® de James Brown. "En realidad viene de Box Brown, un esclavo negro que huy¨® escondido en una caja y consigui¨® la libertad. Es bueno para un Brown americano del sur como yo haber visto al Brown m¨²sico y al Brown militante de Am¨¦rica del Norte", afirma. "Tengo las mismas ra¨ªces negras, pero con otra idea de convivencia".
Carlinhos Brown se ha sentido discriminado en su pa¨ªs. "Los medios prefieren mostrarme como un loco, que ayudarme en la soluci¨®n de problemas sociales. Y en el Brasil de Cidade de Deus, mi barrio tiene un ¨ªndice cero de violencia. La realidad es ¨¦sa", cuenta. Su trabajo de m¨¢s de veinte a?os en la comunidad pobre del Candeal ha sido premiado recientemente por la Unesco: "El apoyo del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso fue muy importante porque dio credibilidad a lo que est¨¢bamos haciendo, pero ahora, por suerte, tenemos un Gobierno sin piscina, que conoce el valor de un ba?o o una ducha de agua fr¨ªa".
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