Un libro recupera la historia y la bot¨¢nica del parque de La Florida
La obra reivindica sentimentalmente una zona verde con 200 a?os
La Florida es el parque por excelencia de Vitoria, cita obligada tanto para los vecinos de sienpre como para los m¨¢s recientes; todos pasan por all¨ª antes o despu¨¦s. Y para el forastero es una visita obligada junto a la catedral de Santa Mar¨ªa y el Artium, como bien indican las gu¨ªas tur¨ªsticas. Ahora, una publicaci¨®n recupera por fin la historia y la bot¨¢nica (m¨¢s de 125 variedades) de este parque emblem¨¢tico.
La vinculaci¨®n de La Florida con Vitoria es tal que no hay evento que no pase por sus alamedas: los grupos musicales que animan las ma?anas del Festival de Jazz, los conciertos de la Banda Municipal, el Bel¨¦n navide?o o cualquier feria de artesan¨ªa que se organice tienen como marco este jard¨ªn que dise?¨® a principios del XIX Miguel ?ngel de Chavarri.
Pero no ha sido hasta este a?o 2003 cuando el parque ha recibido la atenci¨®n merecida. El Ayuntamiento de Vitoria acaba de publicar una cuidada edici¨®n en dos vol¨²menes sobre la historia y la bot¨¢nica de La Florida, primera monograf¨ªa conocida sobre el lugar. Su autor, Miguel ?ngel Domingo, ya descubre desde su introducci¨®n la deuda sentimental que tiene con el parque, como todo buen vitoriano que se precie.
La Florida fue el primer pulm¨®n de Vitoria, heredero de un antiguo Espol¨®n que discurr¨ªa entre las calles Prado y Diputaci¨®n. La corporaci¨®n de entonces ve¨ªa con recelo la necesidad de un nuevo parque, pero la ciudad necesitaba abrir ese espacio de recreo.
La alocuci¨®n a los ediles de su dise?ador expon¨ªa la necesidad de esta renovaci¨®n: "El Espol¨®n actual es sombr¨ªo y malsano por su poca ventilaci¨®n; el nuevo presta toda la alegr¨ªa, salubridad y ventajas que puedan apetecerse en semejantes puestos de reuni¨®n y recreo".
Fueron argumentos irrebatibles. Las obras comenzaron pronto y, como en todo parque que se precie, llegaron las estatuas correspondientes de los h¨¦roes y personajes locales. Pero en La Florida destacan las figuras de cuatro reyes godos: Liuva I, Ataulfo, Sigerico y Theudio. Esta ex¨®tica aportaci¨®n lleg¨® cuando se dise?aba el parque desde el Palacio Real Nuevo de Madrid, que se dispon¨ªa a renovar su fachada.
El parque fue creciendo en superficie con el tiempo, pero desde el primer momento hubo un deseo por incorporarle especies ex¨®ticas. Ah¨ª est¨¢n, por ejemplo, las famosas secuoyas gigantes cuyos primeros ejemplares llegaron a Vitoria en 1858 de Par¨ªs, donde fueron adquiridas por el comerciante Eugenio Ortiz de Urbina.
Y no hay que olvidar otras como el rosal de Siria, el pitosporo del Jap¨®n o el falso cipr¨¦s de Lawson. Y entre los aut¨®ctonos, fresnos, majuelos, abedules, robles o encinas. Todos figuran con una referencia exhaustiva en el segundo volumen, que se completa con una clave para que el aficionado pueda determinar el nombre de los ¨¢rboles que le dan sombra durante su paseo.
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