Los 'otros catalanes' s¨®lo han tenido el 5,2% del poder auton¨®mico en la era Pujol

Hace una semana Pasqual Maragall se destap¨® en Matar¨® con una frase que ha hecho correr r¨ªos de tinta. Dijo que la federaci¨®n que ha gobernado Catalu?a en los ¨²ltimos 23 a?os ha practicado un catalanismo que privilegia la "pureza de sangre y de estirpe", lo que caus¨® indignaci¨®n en el resto de los partidos, aunque las m¨¢s furibundas fueron de CiU. Los nacionalistas acusaron a Maragall de atentar contra la convivencia y Artur Mas pidi¨® que le pusieran un bozal.

El l¨ªder socialista no ha vuelto a utilizar esta frase -sus asesores admiten que quiz¨¢ fue excesiva-, pero en cada mitin insiste en la misma idea de fondo, aunque impl¨ªcitamente: el Gobierno nacionalista, sostiene Maragall, ha hecho la Catalunya petita; en cambio, los socialistas van a contar con todos para hacer la Catalunya gran. El tel¨®n de fondo es la participaci¨®n de los otros catalanes -expresi¨®n acu?ada por el escritor Francesc Candel en los sesenta para referirse a los catalanes procedentes del resto de Espa?a- en la construcci¨®n del autogobierno.

Hasta ahora, todos los partidos -incluido el PSC- han sido remisos a elegir a catalanes nacidos en el resto de Espa?a para ocupar puestos de responsabilidad, aunque la designaci¨®n de Jos¨¦ Montilla, nacido en Izn¨¢jar (C¨®rdoba), como primer secretario del PSC, en 2000, supuso una inflexi¨®n notable de la tendencia.

Integraci¨®n

Todos los partidos, incluidos los nacionalistas, han mantenido un discurso en el que la voluntad de ser catal¨¢n prevalece sobre los elementos hist¨®ricos; salvo en 1980, cuando el Partido Socialista de Andaluc¨ªa (PSA) obtuvo dos diputados reclamando exclusivamente el voto de los ciudadanos procedentes de aquella autonom¨ªa. Desde entonces, ning¨²n partido ha apelado s¨®lo a un segmento del electorado en funci¨®n de su origen. El denominador com¨²n ha sido la apuesta por la integraci¨®n.

No obstante, este discurso no ha tenido su traducci¨®n en el acceso a las instituciones de autogobierno, en las que la presencia de los otros catalanes ha sido muy escasa en comparaci¨®n con su peso en la sociedad. Seg¨²n datos del Instituto de Estad¨ªstica (Idescat), ¨¦stos supon¨ªan en 1991 el 40% de los adultos (el porcentaje es hoy del 30%). En cambio, en ninguna de las instituciones de autogobierno han tenido una presencia superior al 10% si se analizan los 23 a?os transcurridos desde la aprobaci¨®n del Estatut y las primeras elecciones al Parlament, un periodo que ha discurrido bajo la hegemon¨ªa pol¨ªtica de CiU. ?nicamente tres de los 58 consejeros de los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol desde 1980 (el 5,2%) nacieron en comunidades espa?olas de habla no catalana.Los tres consejeros de Pujol nacidos en otras comunidades espa?olas son Josep Manuel Bas¨¢?ez, natural de Burgos y nombrado consejero de Econom¨ªa en 1987; Maria Eug¨¨nia Cuenca, de origen aragon¨¦s (Gobernaci¨®n, en 1992), y Xavier Hern¨¢ndez, nacido en Soria (Ense?anza, en 1996).

El porcentaje no es muy distinto al de las otras instituciones de autogobierno. El primer presidente del Consejo Consultivo -que vigila la constitucionalidad de las leyes- fue el ya fallecido Francisco Fern¨¢ndez de Villavicencio, de origen sevillano. Pujol puso este ejemplo como prueba de esp¨ªritu integrador, pero en la pr¨¢ctica los otros catalanes han representado el 6,6% de los miembros que ha tenido el Consejo. En la Sindicatura de Cuentas -que fiscaliza las cuentas de las administraciones catalanas- el porcentaje ha sido id¨¦ntico.

En el Parlament ocurre algo similar: desde 1980 han pasado por la C¨¢mara 489 diputados, 47 de ellos nacidos en otras comunidades espa?olas, lo que supone el 9,6% del total. Otros cinco nacieron en el extranjero, lo que eleva a 52 el n¨²mero de parlamentarios nacidos fuera de Catalu?a.

La proporci¨®n baja a medida que aumenta el poder. As¨ª, en la Mesa de la C¨¢mara desciende hasta el 5,9% a lo largo de las seis legislaturas. S¨®lo dos personas de las 34 que han formado parte de la Mesa han nacido fuera de Catalu?a: el socialista Luis Andr¨¦s Garc¨ªa y el comunista Celestino S¨¢nchez, ambos en la tercera legislatura (1988-1992).

Por grupos parlamentarios las diferencias son notorias, aunque los otros catalanes siempre han estado subrepresentados. Dejando de lado el PSA, que s¨®lo tuvo dos diputados en la primera legislatura, ambos de origen andaluz, la mayor notoriedad la han tenido de la mano del comunista PSUC -que fue el partido hegem¨®nico en el antifranquismo y cuyo papel de integraci¨®n es un¨¢nimemente destacado por acad¨¦micos y pol¨ªticos- y su sucesor, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV): representan el 20% de los diputados auton¨®micos de este tronco pol¨ªtico desde 1980 (10 de 50). Le siguen el PSC, con el 15,1% (19 de 121), y Alianza Popular/Partido Popular, con el 13,3% (6 de 45).

En los partidos nacionalistas el porcentaje capota: en CiU han supuesto el 3,4%. De 203 diputados, siete nacieron en otras comunidades espa?olas, y de ellos, tres en el Pa¨ªs Vasco.

El caso de Esquerra Republicana (ERC) es m¨¢s contundente: a pesar de que en los ¨²ltimos tiempos el castellano ha dejado de ser una extravagancia en los actos de ERC y de que el padre del actual secretario general, Josep Llu¨ªs Carod, era de origen aragon¨¦s, ninguno de los 40 diputados que ha acumulado en estos 23 a?os naci¨® en otras comunidades de Espa?a.

Tradicionalmente, los grupos parlamentarios de Esquerra Republicana han sido muy homog¨¦neos, una caracter¨ªstica que la actual direcci¨®n trata de rectificar: tuvieron que pasar 19 a?os antes de que hubiera una diputada de Esquerra en el Parlament. Esta anomal¨ªa se super¨® en 1999, cuando Carme Porta gan¨® el esca?o: hoy es la ¨²nica mujer de un grupo de 12 diputados.