Ni una palabra sobre el d¨®lar

Los gobernadores de los bancos centrales no participaron esta vez en la reuni¨®n de los ministros de Econom¨ªa del G-8. Esta fue la raz¨®n alegada para explicar por qu¨¦ asuntos como la apreciaci¨®n del euro frente al d¨®lar y la pol¨ªtica monetaria s¨®lo fueron evocados con medias palabras durante las sesiones de los responsables econ¨®micos de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos (y Rusia), a pesar de que constituyen dos de las preocupaciones evidentes del momento.

Un planteamiento m¨¢s claro y n¨ªtido sobre la apreciaci¨®n del euro y los efectos perversos de la debilidad del d¨®lar habr¨ªa sido juzgado pol¨ªticamente inoportuno en el actual acercamiento "trasatl¨¢ntico" y en v¨ªsperas de la cumbre de Evian. La reuni¨®n de Deauville no ten¨ªa m¨¢s objeto que "preparar" la parte econ¨®mica de esa cumbre, insisten las fuentes consultadas.

La ausencia de toda referencia a los mercados de cambios en el comunicado oficial contrasta con el llamamiento a la "vigilancia estrecha" y a la cooperaci¨®n internacional en la materia, realizado durante reuniones anteriores de los ministros del G-8 en Par¨ªs y Washington, en febrero y abril pasados. Llamamientos y vigilancias que, bien es cierto, no han impedido que el billete verde alcance el nivel m¨¢s bajo frente al euro en cuatro a?os.

Si hubieran sido cuestionados sobre el d¨®lar, los estadounidenses habr¨ªan devuelto la pelota a los europeos sobre los tipos de inter¨¦s, en la hip¨®tesis de que un dinero m¨¢s barato permitir¨ªa frenar la revalorizaci¨®n del euro y sostener el crecimiento. En otro ejercicio de prudencia, Francis Mer, insisti¨® en la tesis "compartida por todos" de que hay m¨¢rgenes para que "los bancos centrales, y no s¨®lo el Banco Central Europeo, ayuden al sistema econ¨®mico a relanzarse".